7. jaanuar 2004

Soy el ego resentido de Jack

Allá por Julio fué la última vez que estuve aquí. De nuevo me toca pasar unos días incomunicado en la Plaza de la Independencia, sin conexión a internet, sin compañeros en mi misma planta y, practicamente, sin trabajo que hacer. Vengo aquí unicamente como la imágen jóven y de compromiso de mi empresa de cara al cliente. Algo ficticio, por supuesto.
Este verano perpetré desde estos sofisticados despachos una atrocidad de unos cinco o seis folios con mi letra de mujer, debido al aburrimiento, que más tarde transcribí a este blog ya desde mi casa. Hoy estoy en las mismas, aunque me he traído lectura: la 'glamour' y el 'cosmopolitan'; que lo mismo me valen para hacer autocrítica, que investigación botánica, que preparar un monólogo para el club de la comedia, que para aliviar el tedio en los futuristas lavabos de este edificio. Hecho en falta, eso sí, a las dos azafatas conjuntadas de verde y azúl que repartían infusiones en tacitas de porcelana. Eran como un par de Tamagotchies 90-60-90.
Hablando de porcelana, la máquina de café que había este verano estaba averiada, y parece ser que como era un tanto irreparable, directamente la han cambiado. La nueva es mucho más bonita, negra, cuesta cinco céntimos más, y el café lo pone sin azúcar. Hijos míos, yo qué queréis que le haga si me crié con el pasatiempo de buscar en las nubes formas sugerentes...
Y sé que la tarea de buscar el sentido de la vida en un vasito de plástico en el que un grumito de leche en polvo flota alrrededor de ese odioso palo para remover el café es algo difícil. Tibetano. Pero lo que la autodisciplina y la contemplación meditativa no pueden conseguir, lo alcanzo yo por éstas, con dos cojones, que a cabezota debe haber sólo cinco o seis personas que me ganen en todo el planeta.
Y, como no podía ser de otra menera, dí con la solución: Pase lo que pase, hay que lavarse las manos después de mear, joder. Entré en el lavabo para tirar el vasito de café a la papelera, ya que la del pasillo estaba perdida, y me encontré al jerifante de movilandia subiéndose la bragueta. Un... miembro... respetable de esta comunidad con muy buen gusto a la hora de comprar calzoncillos, pero que según acabó con la... pesada... tarea, me extendió la mano al grito de "¿qué, otra vez por aquí...?"
Claro, no era plan de dejarle con la taza del café, o escupirle en la palma que me extendía, así que apreté los glúteos y me dije para mí mismo "si su pene es lo suficientemente bueno para su señora, habrá de serlo también para mí", y estreché su mano con complaciente sonrrisa. No la sonrrisa buena, no, esa la guardo sólo para las visitas agradables. Le ofrecí la de exfumador nicotinizado que acababa de beberse un café de máquina sin azúcar.
Éso y que me pude lavar las manos a los pocos segundos han evitado prolongados traumas para mi ego (hablando del tiempo, aprovecho para dedicarle el título del post a todos los apasionados de "el club de la lucha", tanto dentro como fuera de Murcia). Odio a la gente que no se lava las manos después de mear. En el otro edificio tengo confeccionada una lista con la gente que se lava las manos y la que no. También me molesta la gente que salpica. No hay nada más desagradable para alguien de mi estatura que encontrar un urinario ametrallado. Que parece que en vez de mear, los hay que van a practicar grafitti. Joder, el papel higiénico se inventó para algo. Y lo peor no es eso, no; lo peor es encontrarte un puto rizo púbico. Dan ganas de ir a la mesa del desaprensivo y mearle encima.

En este despacho tengo una ventana enorme. A pié de la calle Alcalá, todo un lujo que compensa la obligación de traer la chaqueta y la corbata (aunque reconozco que me encanta que me den una excusa para ponérmelas...) El caso es que el ventanal, por fuera, es de espejo. Al principio mosquea, y no miras directamente a la gente no vaya a ser que te vean, pero al rato te acostumbras, y te pones en plan voayer descarado total.
La mayoría de la gente pasa sin más, pero hay otros que son una juerga. De lo que más hay son chicas que se miran al espejo; de estas también hay en el metro, que andan girando la cabeza en cada cristal que surge a su paso para mirarse de forma casual mientras caminan. Las hijas de puta están buenas y lo saben, y salen a la calle a castigarnos con sus pantalones elásticos y demás utensilios de tortura.
Los hay muy malotes que no pierden ocasión para mirar mal incluso a su propio reflejo, con ademán de ir a desenfundar de un momento a otro sin pestañear tras sus gafas de sol. Se paran a hablar por el móvil mientras ensayan caras de "busco a John Connor".
Luego está el limpiacristales, que como sabe que hay gente trabajando tras el espejo que pueden estar viéndole, pues limpia los cristales mirando al suelo. Un show.
Eso sí, reconozco que en verano por aquí pasaba gente mucho más interesante. La falta de ropa y la lejanía del puto espíritu navideño, supongo...
Entre el café, los 'cheetos' en el lavabo y el ventanal, creo que empiezo a acercarme al Tao. Somos demasiado complejos.
Y, sin embargo, a los ojos de los demás somo como la gente que vá calle Alcalá abajo. Los ves pasar fugaces, propios, con caras que ni si quiera observas porque las vas a olvidar. Gente con la que en toda tu vida compartes una milmillonésima de segundo. Cada uno con millones de circunstancias, de historias, de inquietudes, de experiencias, de temores y de ideas, y sin embargo están predestinados a pasar de largo. Individuos capaces de consagrar sus vidas a ellos mismos, y sin embargo carecen de todo significado para mí. Somos crueles.

En mi casa nunca hacemos regalos. Y como se me estaba acabando el frasco de Old Spice, tenía pensado darme un capricho y comprarme uno nuevo de Loewe. Sin embargo, la novia de mi padre ha decidido dejarnos mal regalándonos "juteco items" sin avisar. Ahora he de postergar la compra de mi frasco de Loewe porque a ella le ha dado por comprarme uno de Xs de Paco Rabanne. Lo pero de todo es que a la tía al parecer también le gusta mucho la colonia de Loewe (al menos tiene buen gusto), pero se la ha regalado a mi viejo (y, claro, no le voy a pedir que me la cambie, porque es la colonia que le mola a su churri...)

¿Alguna vez habéis jugado al póker? Yo he jugado bastante, pero antes mucho más que ahora (pero muchísimo más), y siempre son partidas memorbles.
La mayor parte de las veces me despluman, nadie se traga mis faroles. No sé si será mala suerte, pero por más estrategias que pruebo, no hay manera.
La última vez fuí hasta el final con una triste pareja de cincos. Ella lo alargaba más y más, sabiendo que como soy un puto cabezón orgulloso, subiría la apuesta hasta el último de mis euros antes que rendirme y tirar las cartas. (Sí, lo sé, debería haberme quedado en el restaurante del casino comiendo cócktails de gambas con mi dinero...)
En fin, en todas estas partidas llega un momento en el que sabes que es imposible ganar, como cuando te presentas a un exámen de ecuaciones diferenciales sin haber ido a clase un solo día ni haber pegado chapa en todo el año. Y aún así algo en tu cabecita ronda que hace que cuando veas la nota que has sacado en cierto modo aún te desilusiones. Como si al menos esperases un dos por la caligrafía, y sin embargo ahí está ese puto cero riéndose de tí desde el tablón de notas.
Pues allí estaba yo, intentando poner cara de Mel Gibson (aunque sólo consigo que me salga la de Shrek, qué le vamos a hacer...) sin hacerme ilusiones por ganar. No, ilusiones ya no. Pero aún así era un buen momento para que Dios se llevase de regalo un satisfecho devoto. Sé que los milagros no existen pero, Señor, si de verdad estás ahí arriba, considera el hecho de que el golpe de efecto que puedes conseguir en este momento tras veintisiete años de escepticismo van a hacer que el mismísimo Moisés se muera (otra vez) de la envidia.
... Pero nada. Dos cincos, los mirase por dónde los mirase. A joderse. Ful de negros-chinitos y la banca gana. Y no sólo eso, la crupier se acercó a mí, y me dijo al oído que jugaba de pena (tengo testigos capaces de negarlo con argumentos, pero no es plan).
Lo sé. Los chicos no paran de repetirmelo. Nunca debí dejar lo de atracar licorerías con ellos, joder...

Lo más divertido de este sitio eran los mensajes multimedia del Kama-Sutra, de manera que voy a pedir uno, a ver si sale otro kebap como el de este verano y se puede comentar. Ya sale, ya...

UNIÓN DEL EMU:
La pareja está de pié, la mujer dándole la espalda a su compañero. El hombre la atrae hacia él y la penetra por detrás. Inclinándose hacia delante, la mujer modifica el ángulo de peneración para conseguir una mayor profundidad.

Lo cachondo del Kama-Sutra es que todas las posturas son diferentes, pero sólo la descripción, porque a la hora de ver la ilustración (foto en este caso), todo se reduce a las cuatro guarreridas que ya sabemos hacer todos, sólo que con excepciones del tipo "el hombre ladea su cabeza, mientras ella acaricia su axila con la mano izquierda". Esta, en concreto, es la foto de un tío dando a una tía por detrás.
Y lo llaman "sabiduría oriental"...

VENTAJAS:
- Postura muy excitante: el hombre puede cumplir sus fantasías de dominación, y la mujer puede fantasear acerca de amantes imaginarios.
- Penetración profunda, con una buena estimulación de las paredes vaginales y el punto G.
- El hombre tiene las manos libres para acariciar el clítoris o los senos de su compañera.

Bueno, lo de "postura excitante" sobra. Cuando se está follando, todas las posturas son excitantes, joder (y más si hay una lavadora vieja de estas que traquetean de por medio, pero esa es otra historia que vá más allá de la sabiduría oriental...) Al igual que el mensaje que copié en Julio, el que tu churri fantasée con otro mientras te la trabajas viene en el apartado "ventajas" y eso es algo que a mí verdaderamente me mosquea...
Lo de que el hombre tiene las manos libres ya sí que es de coña. Vamos, que se referirá al manos libres del coche, porque si pudiéseis ver la foto, os daríais cuenta de que si el tío se suelta con las manos, la churri se va de morros al suelo.

INCONVENIENTES:
- Es una postura difícil si los dos tienen estaturas muy diferentes. Si es así, el hombre deberá flexionar las piernas o, al contrario, subirse a un soporte para facilitar la penetración.

Vale, tíos. Si esto es una broma no ha tenido ni puta gracia...

Aún es pronto, quedan dos horas para terminar las pruebas y marcharme. Me han llamado del K-tuin, ya tienen mi cable, y antes de ir a recogerlo quiero dar un paseo por el parque del Retiro y comprar una corbata en Serrano. Me aburro.
En la 'glamour' he leído un artículo titulado "Sexo. Cuántos hombres son demasiados". Básicamente trata sobre cómo decirle a tu novio de la forma más suave posible que tu entrepierna es conocida entre la tripulación del portaviones SS Midway como "Tigre y Dragón". Y no por el olor, precisamente...

Buenas noches, muchas gracias.

Manuscritos.jpg

Mira lo que hace Somófrates a las 01.07.04 20:42



Cosonísimas:

Pués a minunca me sale la familia de esqwuimales al completo así que solo gano si el otro tiene doble parejas de zulus y de indios.

Mira lo que hace apio

Si ejke es un juego mu bonito.
Pero es mu complicao...

Mira lo que hace Somófrates

Un post cojonudo, oiga.

Mira lo que hace Adrián

Gabino Diego ha hecho escuela por lo que veo...

Mira lo que hace Asheton

Ni campanadas ni pollas, gracias por señalarnos el buen camino hacia el retorno a la normalidad...

Mira lo que hace Germán

Pues es verdad, tienes letra de mujer.

Mira lo que hace Bocatatun

¿A qué se dedica caballero?

Al Bocatatun, preguntarle si tiene visión miscroscópica.

Mira lo que hace Sickned

-No distingo la letra pero como buena aficionada a la grafología me gustaría verla (/k-c se tira el pegote)
-Menudo post, empiezan a parecerse a alguno que yo conozco (jeje). Y deja de leer esas revistas por Dios, que secan el cerebelo...
-En cierto modo envidio tu trabajo, yo quiero estar en una oficina con ventanales y gente que se mire en ellos (sigh).Que coño, quiero trabajar con ordenador!!

Mira lo que hace k-c

Telefónica móviles. Provisión y desarrollo.

Mira lo que hace Somófrates