Nunca grito. Ni rompo cosas. Ni las aplasto. Ni le pego puñetazos a la pared, o a la mesa.
Nunca.
Nunca diga nunca
Supongo que algún día lo haré, pese a que de momento no tengo motivos.
Aunque sólo sea por ver las caras de los demás.
Quisiera destrozar a golpes a cualquiera que no estuviese dispuesto a follar por la mera perpetuidad de la especie, cubrir de crudo todas esas playas paradisiacas en las que nunca estaré. Quiero respirar humo.
O algo así, no recuerdo exáctamente cómo era la frase esa...
Antes gritaba, pegaba puñetazos y rompía cosas. Ahora ya no, y desde que no lo hago estoy más amargada, más frustrada y para colmo creo que me está saliendo ulcera.
Mira lo que hace Tanita