18. mai 2004

De cómo alcanzar el Tao

Siempre ando el andén de Gregorio Marañón de un lado al otro antes de coger el tren. Normalmente incluso dejo escaparse el metro si no me ha dado tiempo a llegar al otro lado.
Al llegar a la estación de García Noblejas, me levanto apoyando el hombro (casi el pecho) contra la barra del vagón, sin despegar ni las manos ni los ojos de mi lectura. Despacio, no tengo ninguna prisa por salir el primero, de hecho me gusta salir siempre el último.
Una vez fuera del tren, termino de leer apresuradamente las hojas que me falten hasta el final del capítulo (no suelo usar marcapáginas) sin moverme ni un milímetro del sitio. Cierro el libro, lo guardo en mi bolsa, y compruebo que en mis cascos esté sonando lo que tiene que sonar.
Ahora he de volver a desandar este andén. Y es lo que me encanta de mis mañanas. La estación de García Noblejas, de la línea siete del Metro de Madrid, no es muy vieja (no tendrá más de quince años), y es la típica estación sin nada. Sin transbordos, sin muchos tramos de escaleras, sin muchas salidas, sin muchos adornos, sin muchas esquinas limpias, sin muchos olores concretos. Rezuma mediocridad. Y sin embargo, al otro lado del andén, después del rato que yo he tardado en terminar el capítulo de mi libro, como todas las mañanas, la gente sigue abultandose en las inmediaciones de las escaleras mecánicas. Cientos de personas llegan a esta mediocre estación por la mañana para trabajar en talleres y oficinas.
Y así es como todas las mañanas doy un pequeño y breve paseo por el mediocre andén de García Noblejas, escuchando la música que se supone que debería escuchar, saboreando el regusto amargo de un café sólo y sin azúcar que he asimilado casi por ósmosis hace media hora, jugueteando con mi llavero sin sacarlo del bolsillo, a un millón de años luz de toda esa gente que intenta llegar a la superficie con la ayuda de esos ruidosos peldaños negros.
Y me doy cuenta todas las mañanas de que si algún día se me revelase el verdadero sentido de la vida, tendría la misma sensación de entre vértigo y tranquilidad que experimento de Lunes a Viernes a las ocho de la mañana.

Mira lo que hace Somófrates a las 05.18.04 12:56



Cosonísimas:

Joder, que pedazo de post Somo, para volver a leerlo!!. Con tu permiso si¿?, hoy no voy a escribir post propio, voy a poner un enlace a este, que es lo mejor que he leído hace la tira de tiempo...

Mira lo que hace mOe:)

Exagerao.
Si sólo ha sido cuestión de estrenar mi libreta nueva para tomar notas...

Mira lo que hace Somófrates


Estoy con Moe!! Una pasada de post...

Mira lo que hace Princesa

Yeah!

The master is BACK!

Mira lo que hace Adrian

¡¡eso es estar en paz!! aunque nos demos cuenta sólo de vez en cuando.

Me uno al aplauso general.

Mira lo que hace haditjé

¿Es ahora cuando digo que vas al tajo en autobús?

Mira lo que hace Gablin

Se pasea por el metro con una libreta kukuxumuxu y ya es e lputo amo... :P

Mira lo que hace Tanita

Oye tío, se te pierden las fotos. Hace unos días había una más.
Afortunadamente se me ocurrió guardarlas desde tu blog... como nadie nunca me pasa las fotos de nada.

Mira lo que hace Gablin

Vale, sí que lo leí y lo he vuelto a leer. Pero me sigue pareciendo lo mismo. La rutina es una mierda, ¿eh? :P

Mira lo que hace Tanita

Jodida PPerra (iba a llamarte "puta gamba enana cabezona anoréxica paranóica comecoños culogorda y tetiflaca", pero me ha parecido excesivo, así que mejor no lo pongo):

Como de costumbre, no tienes ni puta idea, y no entiendes nada. La rutina, efectivamente, es una mierda (bueno, la tuya más); pero de lo que hablo (y muy bien, aunque esté mal que yo lo diga) es de un momento en concreto. De una serie de circunstancias concatenadas (y fácilmente reconocibles por el lector, de ahí su exquisito atractivo) que revierten en una gloriosa consecuencia: yo molo.

Y tú no.

Mira lo que hace Somófrates

Es puta rutina. Y como no sabías de qué escribir cojes esa rutina, la llenas de frases mariconas y tienes el jodido post.
Y no soy anorexica, estoy en mi punto.

¿Y tús huevines que tal?

Mira lo que hace Tanita

Güebazos, jodida yonki caníbal.
Son GÜEBAZOS.

Y que el peso de tu cabezón y las células muertas de tu enorme trasero hagan que tu índice de masa corporal sea el adecuado, no significa que compensen tu galopante desnutrición.

Claro, luego ves algo de chicha y te lanzas hambrienta a morder, que así me dejaste ayer, hija de porro...

Mira lo que hace Somófrates

Venga vah, que sí, que tu post no está mal y tu momento de iluminación divina merece alguna que otra alabanza, pero que el resto te la chupe no significa que yo me vaya a rebajar de la misma forma.

Y mejor no hablemos de cabezas enormes... recuerda que tu gorrita a mi me queda grande.

Mira lo que hace Tanita

¡¡ESO HA SIDO UN CUMPLIDO!!

Mira lo que hace Somófrates