16. oktoober 2003

Ale...

Blog interruptus. Cosas de escribir desde la oficina, donde en cualquier momento puede llegar alguien mientras tu escribes en tu blog y te quedan dos opciones: darle a "save" sin ni si quiera poder revisar las tonterías que has escrito, o cerrar la ventana y perder todo lo que llevabas escrito.

¿Por donde íbamos...? Ah, sí. El sexo me intimida. Cambiemos de tema...

Ayer me pasé el día muerto de sueño, deseando que me diesen las cinco para irme a mi casa. Cuando por fin me las dieron, me largué corriendo, y al plantarme delante de la puerta de mi edificio tuve uno de esos momentos "¿pero qué coños hago yo aquí?". Es decir, me levanto a las seis, salgo a currar, desperdicio diez horas del día en ganarme la nómina, y cuando tengo tiempo para mí... ¿me encierro en mi casa?
Cuando me hice a la idea, dormí una breve siesta y planeé verme algunos capitulos de la serie "hermanos de sangre" (la tengo en DIVX en 12 CDs, por si a alguien le interesa) o algún DVD de la pila de "pendientes", me llamó una mala persona, a eso de las ocho, para ir a cenar por ahí. Era el cumpleaños de Alberto. Caprichoso el destino, que hace que acabe cenando con dos ex-compañeros de clase de mi hermano y un par de desconocidos. Y Alberto, claro. En fin, nada que mereciese la pena el llegar a casa a las doce, excepto la breve charla (a solas, como suelen ser las mejores charlas) que tuve con él de vuelta al metro. Un simple momento que llevaba tiempo buscando en el que alguien con un sextante te vuelve a situar en el mapa. Mola cuando vuelves a saber de dónde vienes y a dónde vas; ese sentimiento de agobio o de constante nerviosismo se esfuma. Vuelves a darte cuenta de que el mundo no se acaba esta noche en una agenda del año 96 donde llevas años apuntando nombres y teléfonos de gente que no te recuerda. Y de repente volví a sentirme tranquilo, más o menos del mismo modo en el que me sentí la madrugada del martes. Quizá todo fuese a causa de la falta de sueño. Quizá todo fuese a causa de llevar tiempo sin ver a según qué gente que a veces se me olvida que está ahí siempre para lo que uno necesite. Sin condiciones. Sin reglas. Tan sólo el silencioso "tú y yo" que hace que dos amigos lo sean sin que nadie tenga que preguntarlo.
Que la gente quiera conocerte está bien. Que haya gente que te conozca, éso ya es la hostia. Y ahí sobran las palabras. Sobran los problemas. Porque es fácil recordar quién eres con tan sólo mirarles a ellos.

Mira lo que hace Somófrates a las 10.16.03 12:54



Cosonísimas:

Me has dejado acojonao (en el bue sentido, digo)

Mira lo que hace Usagi Yojimbo

Joer... yo quiero un blog! (pero fijo q luego ni me acuerdo de él y no escribo nada...)

Mira lo que hace yo_verde