Y de postre galletines

El hombre es el único animal que tropieza dos veces con el mismo título.

Otra vez lunes. ¿Es que no se van a acabar nunca?
En fin, ayer terminé de leerme los tebeos de Enrico Marini que me prestó Tanita, y sin duda el que más me ha gustado de todos ha sido el Escorpión. En cuanto terminé de leerlo, me dije "en cuanto Germán me devuelva el dinero que me debe, me compro los de Gipsy". Y ayer por la noche Germán me llamó y me devolvió mi dinero, de manera que ya tengo a dónde ir esta tarde.
Por cierto, Tanita, hija mía de mis entretelas, lo de "espiral" es bastante tropical. Rozando lo cosmopolitan, si me fuerzas. Y eso, el tomo gordo, que de los pequeñitos me leí la mitad del primero y los volví a meter todos en la bolsa...

Ayer, volviendo a casa, me paré al cruzar la calle porque el semáforo estaba en verde. En la calle había un coche detenido; el conductor no debió advertir que el disco estaba en verde, y como no parecía reaccionar, crucé. El reflejo de la farola en el parabrisas me había impedido ver el interior del vehículo, pero cuando estaba a mitad de trayecto hasta la otra acera, pude ver a los ocupantes del vehículo. Una pareja jóven (realmente jóven).
Ella estaba llorando apretada contra la puerta, mientras el conductor del vehículo, un chaval de rasgos angulosos (bastante atractivo, añado) estaba ladeado y gritándo a la chica mientras escupía. Yo me quedé parado mirando. Al tiempo que el tipo levantó la mano excitado como gesto de amenaza (la mantuvo, no sé si pretendía dejarla caer), se dió cuenta de que el semáforo estaba en verde, y de que yo estaba allí mirando. El muy cabrón me sostuvo la mirada durante al menos cinco segundos, como diciendo "¿qué pasa contigo?". Y le habría dicho lo que pasa conmigo. Nada justifica una actitud como esa, y menos con alguien más débil que tú. Por mí ese tipo podía morirse de un cáncer de pene mañana, y yo me alegraría. Si hubiese salido del coche no sabría decir qué habría pasado; desde luego no me asustaba que ese crío pudiese darme una paliza. Pero pensé en la muchacha. Nena, no es mi puto problema. La vida pude ser una broma muy cruel; haber elegido mejor, cariño. Creo que hay un teléfono para denunciar estas cosas. Arreglatelas, princesa. Ni si quiera te conozco. Yo me voy a mi casa a dormir.
Y lo cierto es que no he podido dormir muy bien. Lo siento.

La gente vuelve resacosa de Barcelona de ese infecto agujero de vileza y perversión llamado "Salón del Manga". Os lo dije. No digáis que no os lo dije. En ese tipo de cosas no se puede estar en fin de semana; todo está atestado de frikis quinceañeros revoloteando alrededor de tu sana, intelectual, cultivada y elitista afición por lo underground (recordemos: ellos sólo son frikis purulentos que han aprendido un puñadito de palabras en nipón y que no habían pasado del suplemento infantil del ABC cuando tú ya eras un cultureta retro más allá de las fronteras al grito de "¡puños fuera! ¡fuego de pecho!"...)

Lo mismo pasará en el expocómic de Madrid dentro de un mes. Bueno, lo mismo lo mismo no. Esta vez habrá gentuza jugando a las cartas del Señor de los Anillos. Pero por lo demás, sí, todo será manga, las niñas de Carlos Diez (que están para echarles [2D6+1/nivel] polvos sin sacarla a cada una... ¿Qué...? No, yo no soy friki...), quinceañeras disfrazadas de Dios sabe qué cual morcillitas mal atadas, algún autor extranjero que no sabía lo que le esperaba, goteras, Cels "sonrío porque me lo estoy pasando pirata" Piñol y algún fancineroso vociferandote en la oreja creyendo que es un tipo realmente gracioso que merece tus dos euros por sus cuatro hojas mal grapadas.

En fin, a mí no es que no me guste comprar frikeridas y tebedos, pero es que lo hago en mi tienda, y sin embargo en estos sitios se trata de eso: una carpa llena de stands donde te venden novedades que puedes comprar pasado mañana en la tienda de tu barrio. Sin embargo, en la tienda de mi barrio yo no pago entrada...
Bueno, pues es igual, la puta tonterida esta seguirá reuniendo a ingentes cantidades de materia orgánica humana proviniente de todo el país que se agolparán cual borregos en una cola para pagar 5€ a cambio de poder pisotear sin piedad una espantosa moqueta azul mohosa.
El caso es que el viernes fuí a comprar tebedos a mi tienda, y allí estaban las novedades del salón del manga de Barcelona. Compré dos mangas: Lonewolf and comosediga y el número siete de Gantz. El resto fueron todo no-mangas. 78€. Es por ello que propongo celebrar anualmente en verano un "salón del tanga" (de macramé lila, of course), a ver si es posible que los señores editores de estepaisquenosellamapaisquesellamaespaña les dá por repartir un poquito más las novedades que sacan a lo largo del año, que a uno le salen canas cuando pasa una de estas, copón.

Dadme fotos de niñas disfrazadas, y las cuelgo en un post especial "somos otakitas aceituneras" (no, Joaquín, tú no a menos que me traigas una autorización firmada por tu novia, sus padres, un juez, y el holograma del certificado de autenticidad de microsoft del windows XP...)

Mira lo que hace Somófrates a las 10.27.03 12:01