Cuando uno tiene algún problema con su información personal, o de accesos, o con el correo, o con el ordenador, o con lo que sea, aquí hay que llamar al 12002. Allí te tiende un cualquiera, a quien le tienes que decir quién eres, en qué edificio de telefónica estás, qué ordenador ocupas, y cuál es exactamente tu problema. Después te dan un número de avería, y a esperar...
Igual te mandan al técnico de planta, de modo que no conviene abandonar tu puesto de trabajo. O, lo que es peor, te enchufan un remote y de repente el puntero del ratón se empieza a mover solo. Y no mola estar en plena bacanal de yonkis.com y que un desconocido te pille de marrón viendo tetas y culos; y lo que es peor, que te cierre el navegador sin darte tiempo a guardar imágen como...
Aunque cuando pasa eso es buena señal, porque significa que te están haciendo caso y van a arreglarte tu problema. Normalmente, entre tu llamada y la resolución del problema, se suceden algunas llamadas más, y casos extraños. Ojo, esto no es así siempre, y me consta que la gente de mantenimiento dan el callo como unos campeones, pero lo que es, es.
Una vez vino el técnico de planta buscando a una tal "Alejandra Gómez". Claro, en cuanto preguntaba al que se sentaba más cerca de la puerta, éste le decía que no, que allí no habia nadie que se llamara así. A las tres horas me entero, claro, y sospecho que entre llamadas y demás, el lenguaje termina por deteriorarse, como cuando en el colegio jugabamos al teléfono roto. De Alejandro González he pasado a ser Alejandra Gómez. Y yo sin enterarme.
Hubo otra vez en la que desde el servicio técnico vieron que desde mi ordenador se hacían demasiadas peticiones al servidor, y temiéndo que pudiese estar siendo víctima de un virus, me cortaron la conexión a la red. Todos los documentos que estaba manipulando, el FTP, la base de datos de access, todo a la porra. Comprensible, claro: tenía un virus.
El problema es que a nadie se le ocurrió llamarme por teléfono para decirme por qué me habían cortado la red. Uno, que es muy listo (y muy guapo y muy bueno, que me lo decía a mí mucho mi mamá), lo primero que intenta hacer es poner en práctica sus increíbles conocimientos de informática y arreglar el problema. Una hora después, llamo al 12002. Vale, me abren una avería y me dan un número. El problema: mientras unos me tiran la conexión para luego enviarme un técnico a chequear el ordenador (que el pobre hombre debería tener varios infectados, y como había cola estaba tardando un huevo), otros intentaban reestablecer mi punto de red. Aquél día fué épico. Apocalíptico. Wagneriano, vamos.
Hoy me ha caducado la contraseña para acceder al navegador de internet y no me he enterado. "¿Y cómo es posible que esté escribiendo en su blog si no puede conectarse a internet?", os estaréis preguntando. Bueno, pues yo también me lo pregunto...
A ver si mañana me acuerdo y me traigo la cámara a la oficina, y os escribo algo bonito sobre la seguridad de telefónica y los divertidísimos tornos nuevos que nos han puesto en la entrada. Se cierran antes de tiempo, y siempre me pillan en... en fin... el huevo derecho, para variar...
Mira lo que hace Somófrates a las 02.11.04 12:58Un puntazo el Radioblog.
Ya era hora de que alguien lo dijese.
Mira lo que hace ErranteEn yonkis un poco difícil que te pillen, hace unos días que no funciona. No sé qué les pasa.
Mira lo que hace aporellas djComo diría Nelson: JA JA
Mira lo que hace apioAlex, te voy a copiar el radioblog, y cantaré loas en tu honor.
Mira lo que hace Darwi O.