2. märts 2004

Fuerte, vigoroso, firme. Robusto.

Seguro que alguna vez os ha pasado, que habéis hecho alguna compra, un producto maravilloso, algún aparato que os hiciese ilusión, y todo es estupendo, y la vida es alegría y color. Desde que sales de la tienda hasta que llegas a casa, lo sacas todo de esa caja fantástica, con todos los cachibaches de relleno que trae, los papelotes de la garantía, las instrucciones en catorce idiomas, y todo ello en bolsitas de plástico. Al final todo embalaje posible es desperdigado, porque en ese momento no te preocupas en cómo bajar todos esos desperdicios a la basura, o al contenedor de papel y cartón.
A los tres días de usar el trasto en cuestión, empiezas a sospechar que no es la solución a todos tus problemas, que el secreto de la vida no reside en ese aparatito. Es más, comienzas a sospechar que el producto parecía mucho más vistoso, e incluso mucho más robusto en las fotos del panfleto que te pasaste dos meses ojeando. Hasta sus prestaciones te empiezan a parecer mediocres.
Y luego es cuando te empiezas a fijar en productos similares que existan en el mercado, y a comparar precios y resultados, y empiezas a temer lo peor.
Por una parte te sientes estafado. Pero por otra, empiezas a temer que hayas sido lo bastante tonto como para merecertelo. En una palabra, comienzas a sentirte defraudado.
A partir de ese momento puedes hacer muchas cosas, desde desesperarte, hasta intentar disfrutar con cierta resignación de tu artículo, pasando por consultar al defensor del consumidor.

No, no estoy hablando de mi teléfono móvil, que ese chiste ya lo tenemos muy trillado (y, sí, lo reconozco, soy un comprador nefasto), que al fin y al cabo, ya sabemos que con el tiempo el precio de absolutamente todo tiende a bajar. Es tan sólo una reflexión que me ha venido a la cabeza, y llevo un rato intentando saber si algo así se puede extrapolar a un ser humano. Supongo que sí, que por eso no nos venden por catálogo.

Y si lo hiciesen, ¿de qué marca seríais vosotros?
Creo que yo sería de una taiwanesa que no conociese ni Cristo. Como esos DVDs en oferta que tienen en el Alcampo.

Mira lo que hace Somófrates a las 03.02.04 14:41



Cosonísimas:

Yo de la Tyrell Corporation.
"más humanos que los humanos" ;P

aunque no se si me comercializarían aquí o por los mundos exteriores...

Mira lo que hace haditjé

No se yo si estos señores se saben la historia de tu telefono movil...

Mira lo que hace El Hombre Malo

Yo también soy un comprador compulsivo.

Pero, desde luego, soy tan cool como un Fujitsu.

Mira lo que hace Adrián

No se por qué me da, pero juraría que yo sería de la Central Lechera Asturiana...¿qué, nunca visteis venta de yogures por catálogo?

-Anuk, que ya no sabe si comprarse ese MP3 que le recomendó el niño del gatu...

Mira lo que hace Anukahn

Haditjé, fuere como fuere, daría para una buena película ver a un reproductor de DVD made in Taiwan persiguiendo a una replicante nexus.

Adri, tienes más cara de Kodak, lo siento.

Anukahn, te falta... algo para poder ser de la central lechera asturiana. Casi que mejor te pega Cat-Chauuuuuuuu. Por cierto, que me van a pasar un concierto de Ramstein en Berlín o no sé qué gaitas, e igual te interesa.

Mira lo que hace Somófrates

Hey hey atenciónq dos de mis neuronas se han chocado accidentalmente y he hecho una conexión wowo a ver somo ha respondido no se q de rammstein de ramstein me he acordado de uno del club q habla alemán y escucha ramstein y luego de una amiga de tow q se llama anuka q ha venido alguna vez al club luego he leido Anukahan y he dicho "Pos va a ser esta" ummm q listo soy joder

Mira lo que hace gorkamorka

yo tambien seria una marca extraña, muy extraña.
Pero mas extraño es mi dvd, y lo lee todo, incluso lo que no leen los mejores del mercado, leia dvix antes que lo sacaran, (como este seria yo).

Mira lo que hace cedrik

Lo mismo me pasa a mí. El problema de ser un DVD sin marca del Alcampo, es que eres cojonudo, pero a nadie le importa, y nunca te enchufarán con un televisor de plasma de 32 pulgadas.

Mira lo que hace Somófrates