Cuando una persona está viva, es blanda y flexible.
Cuando está muerta, se vuelve dura y rígida.
Cuando una planta está viva, es blanda y tierna.
Cuando está muerta, se vuelve marchita y seca.
Por ello, lo duro y lo rígido son compañeros de lo muerto: lo blando y lo flexible son compañeros de lo vivo.
Así pues, un ejército poderoso tiende a caer por su propio peso, al igual que la madera seca está lista para el hacha.
Lo grande y poderoso será colocado abajo; lo humilde y débil será honrado.
rallao
Mira lo que hace anguaMe declaro Necrófila, a mi megustan las cosas duras y rígidas.
Mira lo que hace apio, la filosafa pragmáticaMi conclusión es que se ha comprado un paquete de galletitas chinas de la suerte...
Mira lo que hace Errante