Y de postre galletines

¡Feliz pajote!

No sé si alguna vez os habéis visto en la resitura de tener que pasar una mañana de 31 de Diciembre en un entorno intencionadamente festivo en una oficina. Yo no lo puedo evitar, y aún a sabiendas de que el lunes voy a volver a ver a la mitad, se me ponen los pezoncillos tiernos. Gente que aguantas o no, en mayor o menor medida, por incompatibilidades, por rasgos de carácter, por roces, por todas esas cosas que hay que aguantarse por cojones, por estar todos ganándonos el pan en el mismo barco. Todos celebrando un día como si fuese especial. Como si de un día para otro toda la carga kármica de la humanidad fuese a hacer borrón y cuenta nueva. Es ingénuo, pero me cuesta no entrar en el juego, y no atiborrarme de jamón ibérico, queso curado y vino tinto, mientras todos nos reímos a carcajadas con las payasadas de todos los años.
Y no por estar en Diciembre o en Enero se deberían de hacer propósitos, ni desear lo que no se ha deseado el resto del año para los demás, pero la reflexión -frívola, innecesaria- es contagiosa. Cosas de regir nuestras vidas por un estúpido calendario, supongo, que hacemos de estas fechas una especie de mojón en la carretra.

Será otro año como otro cualquiera. Para algunos mejor, para otros peor. Algunos dirán que intentarán ser mejores, y otros serán irremediablemente peores. Y seguiremos riendo y seguiremos llorando, y seguiremos conociendo miserias y miserables, y el mundo seguirá siendo por muchísimos siglos una madriguera de egoístas y desconsiderados. Pero bueno, allá cada cual con su vida y su conciencia.

El año pasado por estas fechas, dije en este blog (creo) que no estaba muy seguro de si había sido un año bueno o malo. Fué malo. Este último, pues también, pero menos. Y estoy convencido de que este que llega será, sin ninguna duda, bueno. Buenísimo.

Me voy de casa, no sé si este año entrante, o el siguiente, dependiendo de lo que tarden en hacerme la cueva. Independencia que ya tengo desde hace tiempo, pero que esta vez disfrutaré en mi propiedad. Negocios que vienen, responsabilidades, proyectos, propuestas. Creo que este será el año idóneo para retirar ciertas inversiones y empezar a disfrutar de lo ahorrado. Empezar a gastar con salud, y sobre todo con alegría y buena compañía, este y todos los demás años que han de llegar.

A los que os conozco, tanto a los que dedico mi tiempo como a los que no (lo sé, no tengo perdón de Dios, soy un dejao), tanto a los que trato como si fuéseis mi familia como a los que símplemente toco tangencialmente y de vez en cuando pasais por aquí a leer algo divertido, o morboso, o absolutamente descerebrado, desearos lo mejor de corazón (total, una vez al año no hace daño). Ojalá que tengáis salud, vosotros y los vuestros, y trabajo, y dinero, y gente que os quiera, que es lo único que vale la pena tener de verdad en esta vida.

Aguantad el chaparrón de familiares pelmazos e indigestiones navideñas durante estos días, que viene un año larguísimo para disfrutar y para pasarlo bien. Pasad de rollos raros, reíros mucho. A comer, a beber y a follar, que esto son dos días mal contaos y dentro de cien años todos como yo. Calvos.

Os dejo, que mi jefe está borracho, poniendo a Britney Spears, y contando historias de su puta mili, y hay que hacerle la pelota.

Recordad recibir el año nuevo con un buen pajote, ye olde good Somo style. Feliz año a todos, perromonos.

Mira lo que hace Somófrates a las 12.31.04 11:59