26. jaanuar 2005

¡A mí, mis mutantes!

Hace ya bastantes veranos, yo tenía un mutante que se llamaba Mario. Quería comprarme un ordenador nuevo, de manera que estuve una temporada trabajando por las tardes en una empresa de venta de cupones de minusválidos, disfrazada de ONG.

En aquella oficina de mierda yo debía dar la imágen de que aquello en realidad era un archivo para una especie de bolsa de trabajo para discapacitados, y de vez en cuando venía alguna madre con el currículum de su niño, a ver si se lo podíamos colar al alcampo como mozo de almacén, o alguna licenciada recientita de magisterio pidiendo trabajo, o vaya usted a saber qué. También repartíamos los premios, de manera que cuando a alguien le tocaba algo, fotocopia, grapa, firma y billetazo.

Y, por supuesto, los viernes venía toda la patrulla X a recoger los cupones para la semana siguiente. Y allí había de todo, oigan. Los peores eran los discapacitados físicos, que, en su mayoría, eran hijos de puta bastante amargados y bastante bordes, por todo y por nada en particular. Pero también había gente bastante maja, que siempre se quedaban veinte o treinta minutillos a charlar, a beberse un vasito de agua conmigo antes de volver al bar a vender, o a escuchar un ratito a Gemma Nierga en la ventana.

Uno de los mutantes era Mario, al que le faltaba más de un tornillo. Mario a veces venia con su pandilla, también mutantes todos, a saludar y contarme su día, a preguntar si ayer alguien dió algún premio porque él quería mantener el récord. Fué al mes justo de trabajar allí cuando yo me corté las melenas (de ahí que empezaran a llamarme Charles Xabier), por lo que Mario me identificó al instante. ¡Tú eres jebiiiii! El chaval (y su pandilla) se sabía de memoria todas las letras de Iron Maiden y de los Queensryche, sin tener ni puta idea de inglés. Se inventaba muchos palabros que, más o menos, sonaban como la original, pero se venía a la oficina, me cantaba alguna, y yo se las traducía según me iban sonando.

fearofthedark.jpgNo sé qué cojones habrá pasado con aquella panda de mongolos afectados por el dawn. Yo conseguí las 150 para mi ordenador y salí cagando hostias de allí (cualquier día podía aparecer la policía con una denuncia a confiscar archivos, o vete tú a saber, aquello era un vertedero inmundo donde cuatro cabrones se aprovechaban de cuarenta desgraciados). Pero de vez en cuando me acuerdo de Mario y de su pandilla, porque eran un grupo de personas que no entendían el mundo y no les hacía falta, porque eran gente que no necesitaban aparentar nada, porque eran gente que te soltaban las cosas tal cual, y porque eran tontos del bote y lo sabían y eso no les causaba ningún problema. Eran unos tíos super majos, siempre contentos, siempre con ganas de contarte sus movidas, siempre con ganas de hacer cosas, siempre con ganas de ayudar a los demás en lo que pudiesen. Y son gente que no tienen ningún problema ni ningún reparo en mostrar afecto, que jamás van a llegar a nada en sus puestos de trabajo, que nunca jamás van a tener ocasión de fundar una familia o labrarse una vida, que jamás sabrán lo que es estar con una chica o tener novia. Incluso es dificil que pasen de los 35, dada su enfermedad. ¿De qué coños voy a quejarme yo habiendo gente como Mario tarareando el "fir o de dar" tan contentos por el mundo?

Serán tontos...

Mira lo que hace Somófrates a las 01.26.05 12:37



Cosonísimas:

"Down"

Serás burro...

Mira lo que hace Charles M. Towsend

Algo de eso se comenta, sí...

Mira lo que hace Somófrates

Ei, el Hombre Máquina te dedica un post!

Mira lo que hace Garusi

será eso...:)

Mira lo que hace mOe:)

La vida es tan vacua...

Mira lo que hace Garuda