9. veebruar 2005

Schlopp!

Y se echó. Hablábamos de todo y de nada. Pasábamos la tarde en el salón de su casa, viendo algún bodrio en la tele. La tarde anterior había cogido frío y había pasado la noche con fiebre, y por no dejarme solo paseando por el pueblo, me invitó a ir a su casa y hacerla compañía. Y así, entre un punto y a parte y otro, me rodeó el torso y se recostó sobre mí, con toda la naturalidad del mundo. Y, la verdad, me sorprendió bastante, aunque no me duró mucho más de medio segundo. Ella apoyó la cabeza, y seguimos charlando. Pasaron un par de minutos y yo, cansado de tener el brazo derecho en alto, pues decidí apoyarlo en su costado, que era lo único que me quedaba a mano. Con muchos reparos y con miedo a poder molestarla, dispuesto a levantarlo rápidamente ante el primer indicio de molestia por su parte. Pero no, así estuvimos toda la tarde hasta que su madre amenazó con hacer la cena a base de freidora. Dios sabrá por qué coños sería, pero parecía que estaba a gusto conmigo.
Normalmente detesto a todo integrante de la especie humana, y el día que los míos lleguen a este planeta para acabar con todos vosotros pienso reír hasta vomitar viéndoos perecer. Sin embargo esta tipeja asquerosa se estaba haciendo amiga mía. A base de café, a base de salir a comer, a base de pasear, a base de ir al cine, a base de quedar con otra gente. Tanto puto abrazo y tanta gilipollez acabaron por reblandecerme el encofrado de los cojones. De repente estaba más al tanto de su puta vida que de la mía. Pensaba en cosas que en la vida me había planteado. Y hasta estaba dispuesto a beberme el asqueroso café soluble de microondas con sacarina y leche desnatada que me daba en su casa con tal de pasar a saludarla y arrancarle un par de risas aunque fuese a hostias.
Pero tanto si fue verdad como si fue mentira, aquella persona ya no está. Lo cierto es que tardó poco en desaparecer. Muy poco, coño. Y allí me dejaron, en pleno síndrome de abstinencia, en pleno otoño, joder. Alguien se la llevó, y me dejaron tirao desnudo en un callejón tiritando por otra dosis de cariño (y es que es un veneno, coño; peor que fumar chinos con papel de plata en el asiento de atrás de un atobús).
Hay alguien por ahí. Con su risa y con sus manos. Alguien que a lo mejor llevaba dentro a mi… puta tipeja enana de los cojones, o lo que fuese aquello. Y me dejé las uñas escarbando desesperadamente, como un loco, y sólo conseguí sacar mierda, con la esperanza de que aún estuvieses ahí dentro. Y sólo había mierda y más mierda. Y de mierda acabé hasta las orejas yo solito. La misma puta mierda de la que está hecha toda la puta estupidez humana. Pero ahora ya me queda la seguridad de que no es así. No sé a dónde pollas te fuiste, pedazo de imbécil, pero te podías haber despedido antes de dejarme creyendo que ese pedazo de estiércol eras tú. Me dejaste escarbando y desnudo ante alguien que no eras tú. Alguien a quién yo no conocía de nada. Y yo, como un gilipollas, creyendo que aquella eras tú. Se ha quedado con mi dignidad y con mis palabras. Palabras que pesaban toneladas. Joder, hasta sabe cosas de mí, que ya no quiero recordar ni yo. Hasta le hablé de mi puta madre. Sólo de pensarlo me dan ganas de meterme en la ducha y frotar con jabón hasta arrancarme la piel, joder, qué puto asco, coño. Ojalá un dieciséis ruedas se lleve por delante a esa espantosa carcasa vacía que has dejado y se quede como un mosquito aplastado el parabrisas.

Schlopp!

Moríos todos de una hemorragia por desgarre anal, coñoya.

PD: El corrector del word reconoce puta pero no puto. Pues que te jodan a ti también, puto programa de mierda.

Mira lo que hace Somófrates a las 02.09.05 17:50



Cosonísimas:

¿Cómo? ¿No hay sexo? ¡Vaya mierrrda de relato!

Mira lo que hace Chache

pues vale, colega, quédate con la toalla de los huevos...

Mira lo que hace Adrián

Sí. Y mis yemas se convirtieron en nácar y mis besos en leche de luna, y coroné de estrellas su vientre creyendo que era mazapán. Y un montón de polleces más de estas que escribo yo cuando me pongo idiota. Y no significaron una puta mierda.

Pero en este texto no hablo ni de amor ni de sexo. En este texto hablo de amistad y de miseria.

¡Y tu puta toalla, hijo de la gran Bretaña, es la que está bajo mi cama con la mancha de hongos!

Mira lo que hace Somófrates

Que sea como tú dices.

Mira lo que hace Lobo

Bahhh, total pa qué...quien pierde una de estas no sabe lo que gana :) Lo peor es la cara gilipollas que se le queda a uno...pero es lo normal, acostumbrarse. ¿Es uno pa tanto?? Cada uno con su cadaunada...

Mira lo que hace mOe:)


Cuanto tiempo sin pasarme por aqui...veo que todo sigue bien y eso me alegra!!!

Mira lo que hace Princesa

Pues yo creo que es lo de lo mejor que he leído de tí, Somófrates.

Mira lo que hace Zet

Lo mismo pienso. Zet.

Mira lo que hace Lobo

Leí tu comentario en mi blog. Tío, no te he pedido que te cases conmigo a partir de mayo, o una foto tuya para tatuarme tu cara en una nalga. Sólo quería dar a entender que me gustó este post. Tan lejos de esos que escriben en sus blogs esperando que chicas dejen comentarios en plan "No t dsnimes. Tú vales mcho chval. Mucho bzkis". Lo de los blogs y la reacción de la gente es, creo,a veces aleatoria. Hablas de algo serio y la gente pasa de ti. Cero comentarios. Sueltas lo que crees que es una chorrada y que te deja como el culo, y la gente te aclama. Ya ves. Los entiende su tía.

Y lo que contaba en mi blog de que "nunca seré escritor" era una coña mofándome de todos eso editores que lanzan al estrellato a jóvenes escritores de pacotilla que sólo saben escribir de pijos envueltos en una espiral descendente de sexo, drogas y alcohol. Lo nunca visto, oye. No te jode...

Mira lo que hace Lobo

Si, se lo que dices. Una ducha caliente, de las que queman, deportes masocas y compras compulsivas. Todo con tal de limpiar la conciencia y jurar no volver a contarle a nadie aquello que te guardas en lo más profundo, tu verdad.

Mira lo que hace Fienna