2. veebruar 2004

¿Querés un caramelo?

Pues hoy es uno de esos días en los que relamente me apetece aporrear el teclado, y sin embargo no me viene nada a la cabeza. Es una emoción contradictoria que deja un nervioso sentimiento de frustración. Siempre se puede hablar de nada en concreto, de lo que podríamos determinar como una conversación banal (monólogo, por las obvias cisrcunstancias), pero luego me pasan cosas como le comentaba la otra noche a una amiga en el messenger, que cuando a la tarde me encuentre con alguien, se desatan intercambios del tipo:
- Hola.
- Buenas.
- ¿Qué tal?
- Bien, ¿no has leído hoy mi blog?
- Sí.
- Pues eso.
Y, claro, luego no tenemos otra cosa que hacer en toda la tarde que mirarnos el careto y ponernos hasta arriba de cerveza. Que tampoco es que esté mal, pero empezar así ya un lunes, pues tampoco es plan...
Una excusa fantástica para actualizar esta inagotable fuente de autocomplacencia sería, por ejemplo, tirarle una foto a las gafas de sol que me compré ayer y comentar brevemente lo mucho que me gustan y las tremendas ganas que tengo de que haga sol para ponérmelas, pero como aquí no tengo ni la cámara ni las gafas, ni soy capaz de semejantes superficialidades, pues no saco el tema y ya está. (badabadum-chssss)
También me gustaría que el hombrecillo verde me pasase las fotos del sábado para poder hacer al mundo saber lo que pasó aquella tarde al calor de las sartenes, entre dibujos animados argentinos y tortitas con nata (que, aunque feas, le salieron mu güenas a la Irenerl)...
Anoche también recibí una atropellada retahila de incongruencias por parte de la pequeña y adorable yonki, que apuraba los últimos minutos de conexión que le quedaban en un cyber para recordarme que sigue viva. Tranquila, chata, que tío Somo te llama hoy al móvil, que ya te lo dije yo ayer, y me cuentas a ver cómo va todo. Y al Joaquinín ni caso, chatina, que a ese el blog se lo enderezo yo de un puñetazo, que para eso he sido boxeador y he estudiado en la universidad de las islas Caimán. (Esto me pasa por ver reposiciones de la serie de Arturo Fernández por las noches...)
Venga, y para rellenar, unos chistecitos de la prensa de hoy:

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Hale, me voy a comer, que sino luego a las dos no pillamos mesa en ningún lao...

Mira lo que hace Somófrates a las 02.02.04 13:06



Cosonísimas:

Nadie me quiere ni me comprende.

Mira lo que hace Sr. Estricnina

Noumea es la capital de Nueva Caledonia

Mira lo que hace apio


Pensaba que Noumea era cuando no podias ir al baño...

Mira lo que hace ZaraJ

Aprovecho la ocasión para declarar la superioridad, inteligencia, bondad y belleza de Apio.
Y esto no es fruto de ninguna manipulación ni de ninguna apuesta. ¡Es la verdad!
Y el cagón soy yo.

Mira lo que hace Somófrates

Pues ya que nos ponemos, yo he de reconocer que me pone usted como las putas cabras, señor Somófrates. Su sobrecogedor carisma y su arrebatadora personalidad sólo pueden compararse con mi insoportable halitósis, la cual es la responsable de que no me queden amigos en el mundo.

Mira lo que hace Apio

Teniendo en cuenta que yo no llego ni a podérseme identificar como persona. Y que soy un cerdo, facha, repulsivo, pestilento, cabronazo, sin sentimientos y sin celebro. Aún estoy intentando comprender que cuando una mujer me vomita encima y sale corriendo, no significa que le guste.

Mira lo que hace Somófrates

Pues sepa que cuando yo lo haga (porque lo haré, siempre vomito y salgo corriendo) será porque me gusta, y no al contrario.
Oh, es la hora de mis lavativas...

Mira lo que hace Apio

/me se sienta y coge la bolsa de palomitas...

Mira lo que hace Sr. Estricnina

Me encantara que me vomite, porque al ser yo un ser tan repulsivo, no hay cosa que me excite más. Bueno que me vomiten en la boca y que me den por culo con una foto de Urdaci enrollada a modo de canuto.

Mira lo que hace Somófrates

¡Ostras! ¡Pues ya tenemos algo más en común!
Cuando vengas a Barcelona podemos jugar con mi colección de PUTOS PÓSTERS GIGANTES EN CARTÓN DEL GORDO de Urdaci.

Mira lo que hace Apio