30. august 2004

Qué fácil es hacerme feliz...

gracias irenerl
Fue Somófrates a les 18:00 | Comentarios (5)


Original título para atraer lectores. Y tal.

"Ser un soltero -o soltera- a los treinta años a modo de Bridget Jones, puede ser tan peligroso para la salud como el cigarro. Según revela una investigación, liderada por el profesor Andrew Oswald, de la Universidad británica de Warwick, las personas que no tienen pareja tienden a llevar un estilo de vida poco sano que acaba por recortar su longevidad."

Si es que los lunes tienen un no se qué que qué se yo, que pa qué...

Fue Somófrates a les 11:16 | Comentarios (4)


27. august 2004

Dolorrrr

Ayer, con aquello de que a última hora se me quitaron las ganas de subir a Sanse dado que hoy madrugaba, me dió por llamar a un amigo del barrio (del viejo, el que dejé hace más de un año), para cenar, y ver si podía conseguir algunas hierbas medicinales para hoy, para fumarmelas con un par de amigas.

Y estas cosas, es lo que tienen. Que empiezas a encontrarte con gente (el Alvarito hasta me dió dos besos), empiezas a fumarte unos porretes, tumbas unas cervecitas, unos cacharros, te lías a hablar de la mar y los peces, que si las tías son esto y aquello, que si el Toni tiene material del bueno pero no se va a pasar hasta dentro de un rato, que si vamos a un bar que está a cinco minutos en coche, y acabas acostandote a las cuatro de la mañana cuando al día siguiente te tienes que levantar a las siete.

En fin, al menos me dejan deambular por la oficina con la mirada perdida y diciendo aquello de "cereeeeebroooooos". Lo mejor de todo es que ya me lo estoy viendo venir: al final el fichote me lo voy a fumar yo solito... Lo cual tampoco está mal, ya que esta noche iré a ver "las crónicas de Ridick", y mañana haré el pinopuente-patrás toda la noche por Sanse (Mari, cielo, que sí, que esta vez te juro por mis muertos más frescos que voy). Y si el Domingo aún me queda algo, y no me lo paso entero en el tanque bacta, maratón de Leslie Nielsen, que suele ser un buen cocktail.

Hablando de las crónicas de Ridick, encuentra la quince mil cuatrocientas veinte diferencias:

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Gemelillos. Talmente.

Fue Somófrates a les 14:34 | Comentarios (6)


26. august 2004

Qué mala es la envidia

Ahora, todo el mundo a hacerse tatuajes. *sigh*

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Fue Somófrates a les 01:14 | Comentarios (7)


25. august 2004

Igual le sirve a alguien

Dar con el nombre de esa canción que tanto te gusta y el otro día escuchaste en la radio. Volver a ver aquella película que tanto te gustaba cuando eras crío. Terminar de pintar algún día aquella miniatura. Volver a coincidir en una red con aquella pandilla con la que se te iban las tardes y las noches entre videojuegos y comida china. Encontrar ése poster de Boba Fett que no se vendía fuera de los USA. Que publiquen en España "el club de los cinco" en DVD por menos de 20€. Volver a follar con esa persona especial. Sacarte algún día el permiso de conducir. Realizar ese salto en paracaídas. Que el episodio tres sea medianamente decente. Que me den el piso de una vez por todas y hacer una fiesta. Levantarte un día por la mañana y, como spiderman, descubrir que tienes el cuerpo esculpido en madera de pino. Volver a jugar a aquel trivial pursuit de "quien falla bebe". Volver a dormir al raso con alguien viendo las estrellas mientras se apaga la hoguera. Que el portero de mi edificio me devuelva el saludo alguna maldita vez. Que George Bush pille un dolorosísimo cáncer de colon. Volver a hacer chistes de curas pederastas con tu madre.

Se puede vivir sin esperanza, mal afeitado, aflojando la corbata y desabrochando el botón de arriba. Pero la ilusión, eso que de vez en cuando hace que levantes la cabeza con los ojos muy abiertos y agudices el oído, que no os la quite nadie, que sin ella ya no nos queda mas que pagar la cuenta y largarnos.

Fue Somófrates a les 13:34 | Comentarios (8)


Anexo pictórico

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Fue Somófrates a les 10:52 | Comentarios (11)


24. august 2004

Conversación tribal

L: ¿Pero qué coño es eso?
A: Que me he tatuado, chaval.
L: Pero eso es un barbaridad, hombre.
C: Dios. Ahora la gente ya no te va a conocer como "el de la polla gorda", sino como "el del tatuaje".
L: Sí, eso que has perdido.
C: ¿Y si cuando encuentres a la mujer de tus sueños resulta que no le gustan los tatuajes?
A: Pues que no mire...
L: Qué coño, pues se busca otra.
C: También es verdad. Total, todas la chupan igual.
A: Que te lo has creído.
C: Que sí, coño. Que si no saben, las vas guiando a collejas. A la izquierda. A la derecha. Plas, plas. Al final, todas hasta la campanilla.
L: Eso es cierto. Al final todos acabamos en la garganta.
C: Te puede llevar una semana. Dos semanas. Un mes si es muy torpe.
L: A mí es que no me gusta que me la chupen... ¡Pero es que cuando se ponen coloradas...!
C: Bueno, ¿y qué piensas decirles a tus hijos cuando ellos quieran hacerse un tatuaje a los catorce años?
A: Que se lo paguen ellos. A mí me la suda.
L: Eso lo dices ahora.
A: Pero si yo no voy a tener hijos.
C: ¿Sabes que con el hierro que lleva esa tinta ya no te vas a poder hacer una resonancia magnética en la vida?
A: Oh, cielos, no. He arruinado mi vida (*gesto de chupar pollas*).
L: Tu viejo debe de estar contentísimo contigo.
C: Bueno, ¿Y qué significa?
A: Tienes que acostarte conmigo para que te lo diga.
L: ¿Y te dolió mucho?
A: Pues pensaba ponerme un párrafo en latín cuando cicatrizase, pero creo que paso. Casi me da una pájara cuando me lo hicieron.
C: Si es que te lo has tenido que hacer en el peor sitio de todos, gañán.
L: Se me ocurre uno peor.
A: No te he dicho dónde me iba a poner el párrafo en latín...

Fue Somófrates a les 13:33 | Comentarios (8)


22. august 2004

Baja la guardia y mira atrás

Como decía el tío Rosen, a mí no va a haber Dios que me soporte. Soy un tío muy difícil, complicado. Cojones, si hay días que no me aguanto ni yo. Pero os advierto que es el precio justo por tener una personalidad y un carácter. Tal vez no sean ni la mejor personalidad ni el mejor carácter, pero son los que a mí me gustan.

Y no os creáis eso de que a un perro viejo no se le pueden enseñar trucos nuevos. Si el perro es listo, incluso desarrollará él los suyos propios. Éso sí, no serán más que eso: trucos. Y no sirven para nada. No dejéis de ser vosotros nunca. Evolucionad. Aprended, que es lo mejor que se puede hacer en esta vida. Cultivad vuestras mentes, que es lo único que vale la pena cultivar, y sed siempre fieles a vosotros mismos, nunca dejéis de lado vuestra dignidad y vuestro orgullo, no dejéis que os anulen por nada del mundo.

Mirad atrás, y sed capaces de decir "estos son mis errores, y este es el precio que pagué por ellos". Si podéis hacer éso, pocos reproches podrán haceros mella. El perdón pierde peso cuando se recurre a él con demasiada frecuencia. Tú eres lo primero en tu vida, haz con ella lo que quieres, asume las consecuencias de tus errores y tus aciertos, y no dejes nunca que te suban a ésa cruz.

Si consigues hacer esto, y serte fiel a tí mismo, no importarán las miradas que atraigas, no importará la gente que se acerque o se deje de acercar a tí, no importarán los reproches o las lecciones, no importará que estés solo o no tengas a nadie. Paga gustoso el precio. Porque te tienes a tí. Porque habrás conseguido ser la puta caña.

Esto va dedicado a mi Ane Igartiburu, a la niña del tatuaje chino, al zaragozano errante, al castigador castigado, y a los hombrecillos grises que bajan del cielo a jugar la timba de póker los jueves a mi balcón. Porque para tener el corazón a biomanán, antes llevar sobrepeso. Porque los ídolos sólo son objetos, no personas. Porque a Peter Pan hasta le echaba polvos Campanilla. Y porque a mí me puede comer la polla la tripulación entera del Enterprisse.

Fue Somófrates a les 11:31 | Comentarios (5)


18. august 2004

De opinión

Hoy os voy a colgar dos artículos. Los he visto uno junto al otro en la página de Periodistadigital.com, y como a la ocasión la pintan calva, me he dicho "hoy me va a costar poco llenar el blog".
El primer artículo es de Arturo Pérez Reverte, y habla de los idiotas. El segundo es de Alfonso Ussía, y habla de Zapatero. Creo. Porque a este señor me da a mí que se le acumulan las cosas en la cabeza y luego le salen como le salen. En fin, akoki:

LA CENA DE LOS IDIOTAS

Hay una película francesa basada en una obra de teatro, llamada La cena de los idiotas. Cada comensal lleva un idiota a la cena, y de ahí arranca una serie de divertidas peripecias, con moraleja final: el idiota resulta ser mucho más inteligente y humano que los presuntos listos. Pero claro. Eso es el cine. En la vida real, lo que suele ocurrir es lo contrario: que un supuesto listo termina revelándose un perfecto idiota. Incluso, a veces, descubrimos en nosotros mismos una inmensa capacidad técnica para la idiotez.


No siempre es malo, oigan. Según las circunstancias, la idiotez puede ser inofensiva, divertida, incluso útil. Hay sujetos –algún idiota diría sujetos y sujetas– que con la idiotez propia se ganan la vida. Enchufas la tele, por ejemplo, y salen por docenas. Pero hay casos en que la idiotez resulta peligrosa, sobre todo cuando se combina con el poder, el dinero o la política. Ahí están los Estados Unidos de mi primo Bush, verbigracia: un país poderoso y normal –dentro de lo que cabe– que en manos de un idiota no sólo se ha vuelto idiota en su conjunto, sino que además exporta idiotez y nos ha vuelto idiotas a todos los demás. Y paranoicos.

Y como la idiotez y la paranoia activa arrastran sus consecuencias, se ha logrado encima rizar el rizo: hacer que la idiotez paranoica se vuelva una realidad que se autoalimenta y engorda a sí misma, hasta justificarse de puro idiota. Bueno. No sé si me explico, pero sé muy bien lo que quiero decir. Y creo que ustedes también. Resumiendo: somos idiotas.

Lo que pasa es que, además de la idiotez importada, aquí tenemos la propia. Idiotas rotundos y lustrosos, de esos que tecleas la palabra idiota en el ordenador, le das a la tecla enter y sale su foto. Idiotas autóctonos, de pata negra. Es cierto que éste es un país difícil, esquinado, con muy mala leche, y no siempre resulta fácil distinguir a un idiota auténtico de un hijo de la gran puta. Por poner un ejemplo: cuando oyes a un comentarista analfabeto de Salsa Marciana o Tomate Rosa hablar de los compañeros reporteros de guerra muertos en tal o cual sitio, a veces dudas si te encuentras ante una idiota –o un idioto– o ante un hijo de la gran puta. Y en política, tres cuartos de lo mismo. O cuatro. Ahí el aire hijoputesco es abrumador; aunque la verdad es que, si uno se fija y pone voluntad, al final se aclara un poco.

No es lo mismo una de esas resabiadas acémilas nacionalistas de sacristía y boina que se creen Astérix, que antes pedían leña y cerillas para quemar liberales y ahora piden tribunales y jueces para ajusticiar a su aire, que un tonto del haba que se masturba leyendo a Tomás Moro, o que se busca la vida como puede. Lo malo del asunto es que al otro hijoputa lo ves venir de lejos, y a poco que hayas leído un poco de historia o no sé, a Galdós, a Baroja, ya sabes a qué atenerte. El peligroso es el lelo. El idiota que te la endiña sin querer. Por las buenas. Por la utopía de una Arcadia feliz de aizkolaris o butifarra. O en plan más práctico, por un voto o un escaño de mierda.

Lo malo, como decía antes, es que a veces estos idiotas hacen más daño. Por alguna extraña ley de Murphy, prosperan en todas partes. Y no sólo en política. Alguna vez sostuve que nunca hubo, como ahora, tanto gilipollas diciéndonos lo que debemos o no debemos comer, fumar, vestir, conducir, votar. Tantos idiotas creando opinión, neo-historiando, pasteleando, cediendo la palabra a otros idiotas, apuntándose a esto o a lo otro por el no vayan a creer que soy tal o no soy cual, ojo, más de aquí, más de allá, más nacionalista, más demócrata que la hostia. A mí, que las vendo. Todo eso podría ser divertido, porque el espectáculo parece una tarde con los hermanos Tonetti. Lo malo es que la risa se te hiela cuando caes en la cuenta de que entre todos esos pichaflojas han conseguido de nuevo, por enésima vez en nuestra triste y desgraciada historia, lo que don Luis Mejías, hecho polvo, le contaba a Don Juan Tenorio: «Don Juan, yo la amaba, si / mas con lo que habéis osado / imposible la hais dejado / para vos y para m텻.

Dicho de otro modo, que la vieja y noble palabra España vuelva a ser secuestrada por la derecha, y ésta se convierta en su administradora exclusiva, como ocurrió después del concilio de Trento, de la guerra de la Independencia, de la primera y de la segunda repúblicas. O para ser justos: a la derecha, o como carajo se llame ahora, se la han vuelto a regalar gratis, por el morro. La palabra España. Los idiotas.

-Arturo Pérez Reverte (El Semanal 16/08/04)

DE HABER NACIDO MUJER, ZAPATERO TENDRIA MUY MENGUADA REPUTACION

El Honorable Presidente de la Generalidad de Cataluña –me refiero a Maragall, no a Carod-Rovira– ha afirmado que la «nacionalidad catalana en la Constitución es un tema que ya está pescado». Lenguaje veraniego. De haber dicho la misma tontería en invierno, se hubiera pronunciado de esta manera: «La nacionalidad catalana en la Constitución es un tema que ya está esquiado».


Me pregunto gracias a quién habrá pescado Maragall en los últimos días. Me respondo que a «Míster Yes», también conocido como Rodríguez Zapatero. Además de la obsesión aldeana y cursilona hay mucha ingenuidad en Maragall. Para que ese tema, como él dice, pueda ser pescado, necesita del apoyo parlamentario del Partido Popular, que presumo prefiere pescar otros peces. Si Maragall hace cuentas, que no las ha hecho, se apercibirá de que el pescado está en la mar y ahí va a seguir durante mucho tiempo.

«Míster Yes» le podrá prometer lo que quiera, pero si no puede lo que quiere, se la tendrá que envainar como todo hijo de vecino que se ve obligado a envainársela. Además, que lo importante para «Míster Yes» en esta hora y momento es aprobar el «Máster» de inglés que le ha preparado Moratinos. Todas las mañanas, a las ocho en punto, el profesor llega a La Moncloa y le pide al alumno los deberes. Naranja, «orange»; blanco, «white»; coliflor, «coliflower». Cuando llega manazana, que es «apple» pero se pronuncia «ápel», lo pasa fatal. Y creo que tiene razón. Si se escribe «apple» ¿por qué se pronuncia «ápel» cambiando de sitio a la «e» y a la «ele»?

Y menos mal que todavía no ha llegado a Dorchester, que se escribe así y se pronuncia «Dorster». Es como si Zapatero se pronunciara en español «Zatero». Se comen una sílaba por antojo y para fastidiar al alumno. De ahí que después de cuatro meses de clases intensivas lo único que sabe decir es «yes», y ese detalle se le ha escapado a Maragall.

Me cuenta mi espía en Exteriores que Moratinos está feliz porque Zapatero ha superado en los últimos días una de las pruebas más difíciles del «Máster». Distinguir entre «no» –que se pronuncia «nou»–, y «now» (ahora) que se pronuncia igual. «Nou» es también «nuevo» en catalán, y Maragall se aprovecha de la casualidad.

No es que Aznar fuera Areilza, o Pujol, que habla seis idiomas, o el propio Arzallus que domina el alemán más o menos como Himmler, pero al menos el anterior Presidente del Gobierno no le decía «yes» a todo el mundo y ante cualquier petición. De haber nacido mujer, Zapatero tendría muy menguada reputación. Y todo esto que he escrito, creo recordar, viene a cuento de la afirmación de Maragall de que la nacionalidad catalana en la Constitución es un tema pesado. Sobre la «c». Es un tema pesado, pesadísimo, un tostón de tema, y por si fuera poco, inviable sin la aquiescencia del Partido Popular. Monumental chorrada.

-Alfonso Ussia (La Razón 17/08/2004)

Qué humor más fresco...

Fue Somófrates a les 10:55 | Comentarios (7)


17. august 2004

De lo bueno lo mejor y de lo mejor lo superior

Yo es que no puedo. No me sale por más que lo intente. Mis defectos tengo, por supuesto (nimios, livianos y efímeros todos ellos, seguro), pero a extremos no llego. Soy demasiado tonto para poder ser malo. Como mucho llego a indeseable; contrapunto que tiene que ver con la villanía, impropiamente dicha, lo que la velocidad al tocino. Esto es: algún que otro cerdo sobre excitado de por medio.

No tenía ni pajolera idea de quién era el tal Farruquito. Supongo que, a la par que el que suscribe, medio planeta estaba en las mismas telas de la inopia. Pero nada como conducir borracho y matar alguien para que tu carrera se dispare. ¿Quién no sabe ahora del milagroso bailador de atormentada conciencia? Aforos llenos hasta la bandera, oigan. Si sólo le falta anunciar algún modelo de automóvil alemán. O alguna franquicia de autoescuelas. O la San Miguel cero cero. Tal vez no sea un ejemplo muy adecuado, y es posible que el tal Farruquito no seas más que un gilipollas con suerte (¿alguien sabe cómo se llamaba el atropellado?).

Por eso no vale quedarse en medias tintas. Para ser realmente malo y poder así disfrutar de lo bueno de la vida, hay que poner toda la carne en el asador. Porque la membrana que separa al cabrón despiadado del pringao sin futuro es delgada. Vamos a ver, después de estos últimos cincomil años, ¿ustedes han visto que algún político, o algún clérigo, o algún militar nos hayan pedido perdón? No, ¿verdad? Pues en esas estamos, caramba. En todos los aspectos de la vida, ustedes pisen a fondo, y no se preocupen por sus congéneres (que aquí quien no corre es porque vuela, y lo que no cojan ustedes terminarán por cogerlo los demás). Si, al fin y al cabo, siempre podrán decir aquello de "es que se me echó encima".

En el Soho londinense, estaban rodando una película pornográfica, y ante la afluencia de espectadores casuales de a pié, y por prevenir posibles algarabías (ya me contarán), las autoridades pertinentes mandaron a dos agentes para supervisar al gentío. Pues resulta que los dos adalides de la ley y el orden, acabaron en una furgoneta con algunas muchachas del reparto. Con la mala fortuna de que les grabaron en vídeo. Por supuesto, han sido expulsados. Expulsadísimos. Cierto es que cometieron la injuria de descuidar sus sacras obligaciones de intimidar al gentío, y acabaron usando una porra en lugar de otra. Pero, ¿en serio pretenden decirme que estos dos muchachos merecen castigo ejemplar? ¿Es esto lo peor de lo peor que podría engalanar las primeras planas de la prensa británica? A mí me da que es envidia cochina de algún pez gordo de Scotland Yard. Seguro. Es más, mejor nos iría si las fuerzas del órden vinieran bien folladitas antes de empezar a pastorear a las masas. Que cunda el ejemplo, por Dios. A ver si es posible que a la próxima manifestación anti-guerra que hagamos contra la enajenación mental de George, en vez de pasarles unas rallitas a los antidisturbios antes de sacarlos del furgón para que estén a tono, les pueden proporcionar otro tipo de estímulos carnales. Seguro que después daría gusto tratar con ellos.
Claro que, ahora que lo pienso, sería mejor ir directamente a la raíz del problema. Creo que es George el primero que va por ahí mal follado.
En fin, que se me va la pinza. La moraleja es que no es lo mismo ser malo, que hacer mal las cosas. Los miserables suelen reunir las dos (como Aznar y similares). Los realmente malos suelen hacer bien las cosas (los llamados "hijos de puta", que suelen usar a los miserables, y que son los que realmente triunfan). Y los tontos sólo saben hacerlas mal (como Farruquito, o los dos policías londinenses).

Nada como romper una jornada laboral ausentandose del trabajo por causas mayores. Como un funeral. ¿Recordais que hace unos días os comenté que al papá de mi amigo O. le habían cantado el 'final countdown'? Pues eso.
Supongo que será casualidad, pero no he pisado un tanatorio sin que afuera lloviese a cántaros. Si tuviese que relacionar la idea de un tanatorio con otra cosa, serían chaquetas de pana y paraguas.
Es increíble el pésimo gusto con el que decoran estos sitios. Por fortuna el muerto está muerto. Personalmente elegiría algo un poco más alegre (claro que yo soy un payaso y un gilipollas insensible), pero comprendo que a la mayoría les guste algo un poco más triste, o un poco más sobrio. Pero es que estos sitios inciden en lo soso.
Luego está la gente. Lo que realmente conforma el sarao. La fies. Esto es Jolibud, amigos. ¿Habéis visto lo que el viento se llevó? Pues aquí hay más drama que en el último episodio de "escalera hacia el cielo" (sinceramente, espero que mi funeral no pase del clásico "Chanquete ha muerto").
Imaginad que la habéis diñao. Vale, os meten en un buga hortera a más no poder, salen a la carretera con vuestro miserable cuerpo (sí, ése que no se parece en nada al de las revistas) y os siguen otros tantos coches. Llegáis al cementerio, y os dan una misa como en el autoservicio de un McDonalds: el coche fúnebre se para, la gente se baja de los coches, y por un altavoz se oye a un supuesto cura decir cuatro payasadas. Curiosamente, al decir lo de "señor, apiadate de *introducir nombre aquí*", uno se empieza a acordar de aquellos teléfonos de información en los que una voz aterciopelada y sensual dice aquello de "para averías, pulse el uno; para reclamaciones, pulse el dos; para..."
Bueno, pues allí estábamos los tres (yo, mi cigarrillo y mi camiseta de los transformers, formando un todo de lo más ecumenico y ceremonioso), cuando el altavocillo ése intentaba acojonarnos a todos con aquello de que hay que adorar a Dios, porque si no en el más allá (nota mental: escribir algún día sobre Ceuta) se nos va a caer la colita y no nos van a querer las chicas.
Punto álgido: "Los hombres no vivimos para nosotros. Los hombres no morimos para nosotros". Y ahí es cuando yo pienso "ahora dirá que lo hacemos por los demás, que al fin y al cabo, hasta la fé cristiana tiene su puntito ético y cívico". Y va el andoba y suelta: "Lo hacemos por Dios. Vivimos y morimos por Dios. Por eso vivió y murió JC, y por eso debemos obedecer y recibir a Dios, para así el último día levantar de entre los muertos y ser recibidos en su seno eterno".
Tíos, el día que me enterréis (bueno, en realidad me molaría que me incinerarais y os liarais unos porros conmigo -¡a ver a quién le toca la china gorda! ¡jojojojo!-), dadle un empujoncito al cura, que le voy a dar yo seno eterno.
Bueno, pues después de la misa esta cutre salchichera, la hora del bricomania. Cogen a la mujer, a la madre, a la abuela, a los hijos, y a todo quisqui y los ponen a mirar, entonces sacan al fiambre, lo meten en una pared entre Eulalia Jiménez Santos (tu familia no te olvida) y Estéban García Escudero (nunca te olvidaremos), lo tapan todo bien para que no se escape, y hala. Pa casa. Y digo yo: ¿no hay forma de evitarle esto a la familia? Vamos a ver, señores, que estamos enterrando los despojos de un pobre hombre, no ignaugurando un pantano...

Hijos míos, si es que esto es un asco, y el mundo es una mierda, y la vida no vale ná, y la gente es gilipollas de remate (me first). Así que yo, como el Bisbal: con el bum-bum-bum de mi pantalón. Y si Adán lió la que lió por comerse una manzana, yo estoy dispuesto a tragarme un camión de sandías, que esto se acaba.

Hale.

Fue Somófrates a les 15:31 | Comentarios (2)


11. august 2004

I´m the power made flesh

Y vamos con una de frikadas. Yo, ejemplo lo mal que puede envejecer un friki, como un día me denominó cierto malagueño, debo mi ocio a evasiones que tal vez hoy en día puedan ser incluso raras hasta para el más pintado.
Hace muchas, muchas lunas, yo frecuentaba e incluso llegué a servir en una tienda del madrileño Barrio del Pilar llamada "El Baluarte" (más que servir, parasité, e incluso llegué a atentar contra los habituales menores de quince años, dado mi amor por los niños que no comparten consanguineidad conmigo). Por aquel entonces este tipo de tiendas podían sobrevivir tan sólo con el rol, los cómics, los wargames y el catálogo de chessex. Tal vez éso, junto a mi condición de cabezota inmune al desaliento, ha conseguido que, pese a que ya no lo practique, no cambie una partida de Battletech por una mano de Magic (*ptuh!*).
De aquella época uno de los recuerdos que más atesoro y con más cariño eran las recreativas. No era extraño dejarse media paga en aquellos cacharros, o incluso hacer peregrinaciones al centro de la ciudad en busca de títulos y contrincantes nuevos con los que fundirse los cuartos. Igual que Hattori Hanzo en Kill Bill, puedo decir sin atisbo de vanidad alguno, que dominé hasta el punto de pasar con veinte duros una sesión de horas de rey de la montaña (esto es: dos jugadores luchan, el que gana sigue la partida contra el siguiente que quiera jugar, y el que pierde se va con veinte duros menos a la puta calle) al incomparable Street Fighter.
Con el tiempo, estas tradiciones se han perdido. Videoconsolas habemus, supongo. La gente ya no socializa ni para darse de tortas (¡vergüenza!).

palizote.jpg 10 segundos de furia tailandesa

No hay nada como el sudor en tu frente, la ceniza de tu cigarrillo cayendo en bloques y el humo escapando de la comisura de tus labios, mientras una concentración quasi-mística se apodera de tí y de tus manos en un duelo de destreza, agudeza, ingenio, reacción e inteligencia que ni Leonardo Dantés escribiendo sus temas frente a una hoja en blanco, oiga.

Todo esto viene a un vídeo que he visto hoy en yonkis.com. La final de Street Fighter de la convención del 2004 de juegos de lucha de Chicago. Tal vez quien no domine hasta cierto punto la mecánica del juego, no entienda bien lo que implican las imágenes del vídeo. Quien lo haga, como yo, va a flipar en colores con lo que hace el ganador para ganar el combate. Tan sólo procurad poner el volumen, porque la maniobra final es de una dificultad, el momento es de una apoteósis tal, que es imposible no levantarse y aplaudir.

EL VÍDEO
Fue Somófrates a les 00:22 | Comentarios (10)


7. august 2004

Elvis ha abandonado el edificio.

Love me tender, love me sweet, never let me go. You have made my life complete, and I love you so.

Love me tender,
love me true,
all my dreams fulfilled.
For my darlin' I love you,
and I always will.

Love me tender,
love me long,
take me to your heart.
For it's there that I belong,
and we'll never part.

Love me tender,
love me dear,
tell me you are mine.
I'll be yours through all the years,
till the end of time.

(When at last my dreams come true
Darling this I know
Happiness will follow you
Everywhere you go).

Fue Somófrates a les 12:48 | Comentarios (3)


6. august 2004

Exámen

Pues sí, amiguitos. Hoy, exámen sorpresa. No se permiten libros ni apuntes, y al que pille copiando le crujo. Podéis empezar.

1.- ¿Y tú qué cojones me aportas? Razona tu respuesta.

Éso es todo. No habrá repesca, aunque una prueba oral podría subir nota.

Fue Somófrates a les 11:44 | Comentarios (24)


5. august 2004

Aquellos maravillosos lo que fueran

Recuerdo la luz. Detalles como aquella pintura verde sobre las barras de acero que componían barandillas, rejas y picaportes. Era una tarde naranja de viernes (las tardes de viernes siempre eran naranjas, no me preguntéis por qué). Cosas como el color de las paredes, por ejemplo, se han desintegrado. Creo que eran altas láminas de plástico vainilla, pero la sensación de recogimiento monacal que exudaban aquellos pasillos que recuerdo me hacen dudar. A lo mejor eran marrones.
Recuerdo al conserje. Un tipo bajito y delgado. Moreno. Con bigote. Vivía en una casita dentro del patio. Vivía en el colegio, vamos. Y criaba gatos. Pero no de los normales, si no de los que daban miedo. Se llamaba Marcos. El conserje Marcos.
Recuerdo aquellas escaleras. Recuerdo un plumier pelícano. Recuerdo un sacapuntas metálico que sabía ácido. Recuerdo que aquella tarde estaba siendo especielmente feliz y sin motivo aparente.
Recuerdo a Cristina, recuerdo a Juan Alberto y su piel blanca como el papel recuerdo a Juanelo explicandole a Pedro qué era eso de follar. Primero creyó que le tomaba el pelo, que aquello era una gilipollez. Luego, preocupado, se dedicó a preguntar cosas como ¿y si te entran ganas de mear? Recuerdo a Parish que llevaba, como yo, una bolsa de deporte para ir a clase de judo. Recuerdo a aquellas dos niñas gemelas que vivían al lado de mi casa e iban al colegio conmigo, pero no recuerdo sus nombres. Su madre era extranjera, y ellas eran rubias y pecosas. Éramos muy buenos amigos los tres, pero no recuerdo sus nombres. Recuerdo a Javier, un pelirrojo tartamudo. Recuerdo a África, que se tiraba el día discutiendo conmigo sobre la existencia de Dios. Dos niños discutiendo sobre la existencia de Dios. Más que sobre la existencia, era a cerca del sobrecogedor poder que se le suponía. Si alguien así de meapilas era capaz de semejantes cosas (y de semejantes castigos) era mejor que no existiera. Joder, si te portabas mal, los reyes magos te traían carbón. Pero es que este hijo de puta mataba niños y hacía llover azúfre. Hay una diferencia, joder.
Por fortuna, los reyes magos resultaron ser falsos más o menos al mismo tiempo que Pedro comprendía lo que significaba la palabra "puta", lo cual supuso un cierto respiro en mis tésis ateístas. A lo mejor Dios también son los padres. Fué mi argumento definitivo contra África.
La panoplia que ante mí se mostraba aquél viernes merecía su estudio. Primeramente, tenía una cinta betamax que Ilán (el niño argentino, rico y repelente con antena parabólica en su casa) me había grabado de los transformers. En inglés, claro. Luego estaban los tente. A mí me gustaban más los tente que los lego (los lego eran más redonditos, más mariquillas). Tenía tres botes de detergente colón llenos de piezas de tente. Me molaba vaciarlos en la alfombra del salón y pasarme horas construyendo movidas. Luego estaban los clicks, pero tampoco me hacían mucha gracia, con tanta sonrrisa, tanta vaca y tanta pollada. Pero estaban bien para jugar con otros niños. Claro que yo los mezclaba con los he-man. He-man no me molaba nada de nada, pero los monstruos sí que me tiraban. Eran asquerosos. ¿Quién pollas quería ser un Ken hipermusculado con taparrabos cuando podías comerte los clicks de tu vecina con un hombre serpiente que disparaba agua por la boca y le salían tentáculos del culo? Además, en la colección de He-man sólo había un personaje femenino, que encima era la novia del eonuco del prota. Lo cual conformaba una especie de acercamiento a la cruda realidad, ya que a las tías no les gustan los monstruos que escupen y con tentáculos en el culo, sobre todo si son de Mattel. Pero bueno...
También estaban los muñecos de la guerra de las galaxias, claro. Con los tubos de colgate te regalaban uno, y normalmente ese uno era Chewbacca, con lo cual yo tenía una dentadura impecable y cinco Chewbaccas. Por su puesto, a lo que me molaba jugar con aquellos muñecos era a ver quién los tiraba más alto, porque si algún niño me descogorciaba algún chewbacca (cosa que dudo, ya que su integridad estructural era tan solo superada por la de los ewoks), me quedaban más. Y, a fin de cuentas, si tu me desgracias un chewbacca, yo le arranco la cabeza a tu Boba Fett.
Pero luego estaba el plan maestro. De lo que consistía la vida. Lo que haría que en futuro fuéramos lo que somos. Hace dos meses conseguimos crear un arma de destrucción masiva que hizo que Juanelo no pudiera sentarse debido a los moratones de su culo durante una semana (exactamente la que nosotros nos pasamos castigados sin tele). E incluso con el diseño de Juan Alberto conseguimos reventar un botellín de cerveza. Su nuevo diseño se basaba en la acumulación de gomas elásticas, y, muy astuto él (su blanquecina piel resaltaba su cualidad de genio del mal) asaltó una tarde al cartero de su barrio, el cual llevaba el carro de la correspondencia repleto de gomas. Su plan fué brillante, pero... yo llevaba una semana haciéndo agujeros en un trozo de tubería. Y lo mejor de todo, es que el cartero llevará gomas para la correspondencia, pero al pescadero los langostinos se los traen en cajas de poliuretano atadas con unas gomas verdes, gordas, letales y monstruosas.
Aquel viernes, un Chewbacca murió descalabrado. Boba Fett perdió un brazo. Vimos una cinta de los transformers en inglés. Pedro consiguió vomitar fanta de naranja por la nariz. Y el loro de la vecina no murió gracias a mi tiragüitos nuclear hecho a base de gomas de pescadero, pero le fué por poco (no así, el cristal de la ventana de su salón).

¿Por qué la vida ya no es tan interesante?

PD: Feliz cumpleaños, Germantequilla.

Fue Somófrates a les 13:15 | Comentarios (8)


Busca las quince mil setecientas diez diferencias

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Fue Somófrates a les 01:29 | Comentarios (3)


4. august 2004

Mushi Mushi

-Ring, ring.
-Residencia de los Huxtable.
-Perdón, me he equivocado.
-Que no. Que es coña.
-Ah... Eh... je... ¿Alejandro González?
-Si, soy yo. ¿Quién eres?
-Mira, te llamo porque estamos ofreciendo un curso de informática blahblahblah maravilloso blahblahblah la leche blahblahblah curso y matrícula dos mil euros.
-Es que yo de ordenadores no entiendo ni jota, chica. Pero nada nada.
-Ah... ¿usted no trabaja en una asesoría informática?
-Sí, pero desde el accidente el 80% de mi trabajo consiste en descargar vídeos pornográficos de private para móviles.
-Ah... Eh... Bueno, tal vez le interese saber que el 80% de nuestros alumnos consiguen trabajo a través de nuestra propia empresa mediante una bolsa de trabajo en la que se garantiza un sueldo mínimo de mil quinientos euros mensuales.
-Vaya, eso está muy bien. Es más de lo que yo cobro. ¿Y todo haciéndo un curso de informática?
-Si, señor.
-Desde luego es toda una oportunidad.
-Eh... sí, supongo que sí... Bueno, ¿le interesa?
-Depende. ¿Las teleoperadoras cobráis más de mil-qui al mes?
-Eh... ja... eh... no, no creo.
-¿Y entonces por qué no haces tú también el curso este de informática?
-Eh... Pues... Oiga, que si no le interesaba el curso bastaba con un "no". Beeep. Beeep. Beeep.

Conclusiónes:
a) lástima que no me preguntase ni por el accidente ni por el otro 20% de mi trabajo.
b) es la tercera vez en mi vida que me llaman para venderme un curso de estos, y es la tercera vez que contesto con lo mismo. Pero es que nunca deja de tener su gracia, leches.
c) sí, sé que van a comisión, y sé que sólo hacía su trabajo, pero no es culpa mía.

Fue Somófrates a les 12:40 | Comentarios (8)


3. august 2004

Pienso (mejor que tú), luego existo (más que tú).

Comprendo las leyes de la energía hasta el punto de, sobre le papel, preveer el recorrido de un ente eléctrico. Comprendo el comportamiento teoremático de la materia oscura, que hace que el universo se expanda cada vez más despacio, que hará que se contriga de nuevo, y que, a fin de cuentas, es lo que hace que el infinito sea de su mismo color. Sé cómo acelerar un cuerpo de aluminio a seismil kilómetros por segundo usando un raíl magnético. Puedo calcular el peso de un fotón por su refracción dependiendo de la densidad relativa de la masa dónde lo haga. Comprendo cómo se forma y cómo funciona una singularidad cuántica. Sé que el oído humano capta frecuencias de entre 20 y 20.000 hertzios; siempre que su presión sea de al menos cero decibelios. Con cien decibelios el oído se empieza a ir a tomar por culo (con frecuencias medias, un poco más). Sé que el graznido de un pato no produce eco y que nadie ha sabido jamás encontrar un por qué. Sé que cada vez que atraviesas la barrera del sonido, entras en frecuencia atmosférica y emites ondas cada vez más y más divertidas. Sé que si un agujero negro me tragase, la diferencia de la fuerza con la que tiraría de mi cabeza a la que tiraría de mis piés, me partiría por la mitad. Bueno, en realidad me trituraría entero y me absorbería como un fino hilito kilométrico de puré. Sé que si dejas caer por una cuesta un objeto cúbico y otro redondo, el cubo baja más deprisa porque usa menos energía; menos trabajo. Sé que por mucha luz que se use, la sombra siempre va a ser la misma. Sé que el fuego no quema, lo que quema es el aire que alimenta una reacción dinámica sostenida de aceleración atómica que consume una masa, y el fuego es tan sólo un resíduo energético inmediato obvio. Del mismo modo que el frío es la ausencia de movimiento. Y también sé que me voy a mi casa, que me aburro mucho.

Tan sólo hay un par de cosas que no termino de comprender. Y teniendo en cuenta que incluso conseguí terminar por saber hacer ecuaciones diferenciales, creo que voy a terminar como un puto cencerro si sigo dándole vueltas, ya que mi ego se niega a admitir el hecho de que soy incapaz de comprender algo tan trivial y absurdo. Que alguien me despeje ésa equis, por el amor de Dios.

Hale.

Fue Somófrates a les 18:06 | Comentarios (10)


1. august 2004

El redondeo del leru.

Las dos primeras cañas no salieron mal. 2,60€ con tapita, y surgió aquél romántico "dime quién es tu ginecólogo para chuparle los deditos". Luego fuimos al café de oriente, a empaparnos de cultura en los veranos de la Villa. 6,20€ por dos refrescos. La cultura es lo que tiene.
Cena en restaurante exótico para dos, 44€. Cogimos aquél autobús conducido por el busero Paramount Comedy, y en el Hard Rock Café, 12€ por dos combinados. Y, para rematarlo, dos pelotazos en una terracita de la castellana, 17€.
75€. Y ni si quiera conseguí que me la chupases un poquito.

clavada.jpg
Fue Somófrates a les 10:53 | Comentarios (8)