Véase como, satisfecha a reventar, la PPerra manipuladora luce los botines que sus siervos le traen.
El papel del culo tiene un gran valor sentimental.
También son de destacar la cabeza de ajo, el abrelatas, y la cosa esa de los cacharros.
"Jódete de envidia, Joaquín" repetía la chiquilla mientras acariciaba los dos platos del Rodilla cual Gollum con el anillo único.
Venga, va, por probar, y dado que estoy un poco vacío de ideas esta mañana (de momento, aunque tampoco prometo nada), me voy a sumar a la chorripollez esta de "las cinco del viernes" (expresión muy desaprovechada, por cierto), aunque sólo sea para hacer bulto.
1)¿En que ciudad o pueblo vives? Especifica país, que a veces las ciudades se repiten.
Bestine. En el planeta Tatooine. Aunque pienso mudarme dentro de poco a Ciudad AO, en el planeta Lok. En cualquier caso, ambos están en el mismo sector del anillo exterior (es que tampoco quiero irme muy lejos de casa de mis padres...)
2) ¿Un buen restaurante?¿Uno barato?¿Uno especial por algún motivo?
La cantina del "Fambaa flambeado". Es una puta mierda y no va nadie. La comida es mala y las esquinas han dejado de ser angulosas debido a la roña acumulada en ellas. Sin embargo, y a diferencia de la famosa "Hell-O-Sand tentacles" no está regentada por un sucio rodian estrábico. El imperio no necesita de esa basura alienígena...
3) ¿Qué es lo que más te gusta de tu población, y lo que menos?
Lo que más me gusta de mi población son las reuniones de vecinos en el bazaar. Algunos domingos se acerca el mercadillo de androides de los jawas, y es divertido ver los altercados que se desatan cuando las tropas imperiales locales deciden hacer practicas de tiro con ellos. Sin embargo, siempre vuelven, al parecer el beneficio que sacan en sus accidentadas visitas les compensa el riesgo que supone volver otro día.
Lo que menos me gusta es, precisamente, el olor a chamusquina que queda luego en las calles...
4) ¿Algún sitio, monumento o rincón de tu ciudad que sea un pecado no visitar?
El barrio Twi'Leck. Dicen que algo peligroso, pero es todo la mala fama que nuestros envidiosos vecinos de Mos-Espa quieren darle a nuestra gloriosa ciudad. Allí puedes encontrar desde adminículos de artesanía para adornar tus tentáculos, hasta extraños y exóticos seres que dicen "toto" y cosas por el estilo (activad los filtros de lenguaje obsceno de vuestros androides de protocolo, niños...)
5) ¿Sabes alguna leyenda, mito o curiosidad de tu zona?
Dicen que algunas noches de luna llena por entre los más oscuros callejones se dedica a deambular la fantasmagórica figura de un negro estirado y delgaducho con el pelo a lo afro bailando música disco.
Sí, por supuesto hablo del Star Wars Galaxies...
"La fellatio reduce el riesgo de contraer cáncer de mamas en las mujeres". Bastó esta frase para que varios medios de comunicación -LUN incluido- reprodujeran la noticia. Pero mientras muchas mujeres y sus solidarias parejas alrededor del mundo se pusieron en campaña para prevenir la enfermedad, en EE.UU. un joven llamado Brandon Williamson no paraba de reír.
Y es que todo el asunto del sexo oral fue una broma de mal gusto inventada por este estudiante de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, institución a la que atribuyó el falso estudio.
Tanta fue la atención que acaparó su invento, que hasta la CNN le creyó y lo reprodujo, logrando que el espacio en la web donde se anunciaba la falsa noticia lograra un total de 667.000 visitas en un día.
Así es. Todos fuimos víctimas de la "tallita de Brandon". Pero ésta no quedó impune, ya que Williamson pidió disculpas a su universidad, a la CNN y, en sus palabras, "a todos los hombres que no alcanzaron a sacar ventaja de la falsa investigación, mientras se creyó que era verdad".
Aún así, existe un creciente cúmulo de evidencias que día a día surgen para respaldar ideas como la inventada por Williamson. Ejemplo es un estudio de la Universidad de Adelaida (Australia), en el que se concluye que el semen tendría efecto preventivo sobre el cáncer a la cervix y a los ovarios. Según éste, el traspaso vía oral de TGFbeta -molécula del semen- aumentaría la cantidad y actividad de células asesinas, necesarias para matar células perjudiciales que ayudan a la formación de tumores.
Pero, según la doctora australiana Sarah Robertson, para obtener el beneficio ellas no necesitan tragar semen. Esto porque una alternativa a la TGFbeta es la leche de vaca. Más aún, algunos fabricantes farmacéuticos trabajan en el desarrollo de tabletas a base de semen.
Otros estudios indican que la eyaculación regular -a través del sexo o la masturbación- puede prevenir acumulación cancerígena en las glándulas de la próstata. También se afirma que las mujeres se deprimen menos si tienen relaciones sexuales sin condón.
El científico estadounidense Stuart Meloy dice haber inventado una máquina que produce orgasmos en las mujeres con sólo tocar un botón. Sin embargo, probar el invento le está resultando muy difícil: no encuentra voluntarias.
El experimento consiste en insertar bajo la piel un implante, en la base de la espina dorsal, que provoca una respuesta refleja para producir la sensación del orgasmo.
"Pensé que la gente iba a derribar mi puerta para formar parte de la prueba", afirmó el doctor Meloy, especialista en dolor, a la revista 'New Scientist'.
Hasta ahora sólo una mujer ha completado la primera fase de la prueba, con resultados aparentemente asombrosos, y una segunda voluntaria ha accedido a tomar parte.
Necesita ocho mujeres
El doctor Meloy espera hallar ocho voluntarias más dispuestas a dejarse insertar los electrodos en la médula espinal para conectarse a una máquina del tamaño de un marcapasos implantado bajo la piel para aumentar su placer sexual.
La mujer que probó la maquina, denominada "orgasmatrón", no había experimentado un orgasmo en cuatro años. Pero durante los nueve días en que la usó, tuvo varios.
"(La mujer) incluso me dijo que tuvo el primer orgasmo múltiple de su vida usando el dispositivo", comentó Meloy.
Un orgasmo inesperado en una consulta médica
El investigador se topó con el inesperado efecto secundario mientras usaba un estimulador de médula espinal hace unos años para tratar a una paciente que sufría de grave dolor en la espalda.
La mujer ya se había sometido a una operación de la espalda para el tratamiento de una enfermedad degenerativa de los discos intervertebrales y para fusión quirúrgica.
Cuando Meloy colocó los electrodos en una zona específica de la médula espinal para identificar los haces nerviosos que transmitían las señales dolorosas al cerebro, la mujer gimió con placer.
"Va a tener que enseñarle a mi marido a hacer eso", dijo la paciente, según el relato del médico.
Útil para hombres y mujeres
Las minúsculas descargas eléctricas aplicadas a los electrodos, al parecer, activaron el mecanismo orgásmico de la paciente.
Aunque algunos expertos médicos se muestran escépticos sobre el procedimiento y dicen que un vibrador produciría los mismos resultados, Meloy cree que puede ayudar a mejorar la respuesta erótica en las mujeres que no logran alcanzar orgasmos y también puede ayudar a los hombres.
Un implante integral del dispositivo costará cerca de 22.000 euros.
"No veo diferencia alguna entre este procedimiento y otros, como los implantes mamarios", expresó Meloy a la revista.
Sí, lo sé, se me han petado todas las imágenes del blog. Pero no os preocupéis, que yo no pienso mover un dedo. Seguro que en seguida llega alguien y lo arregla.
Normalmente, por las noches, me suelo dedicar a quinientas o seiscientas cosas diferentes a la vez, todas ellas relacionadas con el ordenador. Juego, chateo, leo, escribo, ceno, veo películas pendientes y todo ello aderezado por mi gato, que el tío se sienta encima del monitor y el rabo le hace de limiaparabrisas. Es por todo esto que, al final, no puedo dedicarme en condiciones a nada. No me entero de lo que leo, no presto a tención a toda la gente que habla conmigo por el messenger, dejo las partidas a medias, pierdo el hilo de lo que escribo, y la cena se me queda fría. Un desastre.
Normalmente procuro dar prioridades a según qué temas, sin embargo anoche tenía unas cuantas ventanas de messenger, a cuál más urgente. El caso es que dejé, más o menos, desatendida a una persona que está pasando uno de esos baches que parecen hundirlo todo hasta las rodillas, más o menos. En fin, problemas de verdad, de los que uno alarga la mano y los puede tocar, y no las chorripolleces que se me pasan a mí por mi calvo cabezón.
Persona desatendida, si te sirve de consuelo por mi constante distracción de anoche, dedicado a tí va mi blog de hoy. Mucho ánimo con todo, que ya verás como dentro de unos meses todo pinta mucho mejor, y ya ni te acordarás (o no querrás acordarte) de estas cosas que, quieras que no, y en mayor o menor medida, acaban pasándonos a todos.
Un sincero abrazo.
Pasaros por aquí, y si comentáis algo, para un lado o para el otro, que al menos sirva para que la chiquilla reciba más comments de los habituales. Aunque sea a mi costa. O a costa de que no los dejéis aquí.
Ye olde good Somo style:
http://les.zonalibre.org/archives/009105.html
Pues yo también quiero un día de la tortilla de patatas con pimientos verdes, qué cojones. (Igual luego pongo otro post...)
Hoy traigo una nueva entrega de lo que es mi lamentable recopilatorio de LO QUE PUDO SER, DE NO SER PORQUE ESTABA EMPANADO CUAL CROQUETA.
Hubo una mujer, hace ya unos añitos, que me aconsejó abrazar la misoginia, que lo suyo era una rara perversión que hacía que las causas perdidas le hicieran mojar las bragas. "Curiosa forma de proponerme algo, manda huevos", habría dicho yo si no fuese porque había confianza, y todo se enmarcaba irremediablemente en el más puro cachondeo.
Hasta que un día dejó de hacerlo. Dejó de hacerlo de cachondeo, quiero decir; supongo que se hartaría de ver crecer el césped, o algo. Y aún así he tardado en darme cuenta de que un gato cojo, aunque consiga correr más que la hembra, no va a clavar un clavo en su puta vida, se ponga como se ponga (afortunado yo, que entre las féminas de la especie humana, existen desequilibrios mentales y parafilias como las de esta muchacha...)
Por mi parte, yo ya tenía a mi familia y a mis amigos. Tan sólo quería a alguien con quien pasar las mañanas de lunes a viernes. No la necesitaba, y me repetía a mí mismo una y otra vez que no era culpa mía. Todo se fué a tomar por culo en creo coma, claro.
A mi vieja le encantaba esta chica, y cada vez que me veía en casa por la mañana me preguntaba por ella, porque viviendo como vivía en Fuencarral, era raro verme sólo en casa por las mañanas, sin ella. Se llevaban muy bien. Hasta se parecían. Yo me metía mucho con ella porque llevaba un piercing en la nariz, y varios en las orejas, y mi madre la defendía. Siempre consideré aquello una forma absurda de mutilarse el cuerpo. No me parecía muy coherente criticar a los mártires que en semana santa se flagelan, y no hacer lo mismo con los que se perforan el cuerpo. Los primeros al menos, lo achacan a lo religioso. Un acto de fé. Evidentemente, existen matices que se me escapaban (y yo soy mu cabezón...)
Ayer me la encontré en el metro. En Herrera Oria. Ella bajaba y yo subía, y en ambas direcciones las escaleras iban de gente hasta arriba, de manera que la conversación que tuvimos de a penas seis o siete segundos fué bastante... incómoda. Se ha cortado el pelo, y lo lleva con gomina, o cera, o algo así. Le queda muy bien. Ha ganado algo de peso, y le hace una cara mucho más simpática, tiene un aspecto mucho más sanote que el que tenía hace tiempo. Además, a mí las mujeres siempre me han gustado como las jarras de cerveza: con asas de donde cogerlas. Se me hizo raro, eso sí, verla con una ropa tan distinta. Supongo que ha pasado de ser la tía rara del nocturno a una jóven profesional. O algo. Estaba muy guapa. En cuanto me vió, me reconoció y sonrrió.
- ¡Hola!
- ¿Qué tal?
- Pues aquí...
- Ya, como siempre.
- ¡Me he hecho un piercing!
- Jajaja. ¿Qué tal está tu madre?
- Ehm... bien. Está bien.
- Hasta luego.
- Adiós.
Ni si quiera un "a ver si te llamo un día y quedamos". En cualquier caso, ella no tiene mi teléfono, y yo no conservo el suyo. Pero reconozco que ilusión me habría hecho.
Metería todas estas cosas en posts diferentes, pero ya sabéis lo mucho que me jode tener que ponerle un título a todo. Hoy traigo un poco de todo, desde cosas que dejo a medio escribir y termino de un día para otro, hasta verdaderos expedientes X.
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Primeramente, me gustaría pedir disculpas por no haber asistido el expocómic de este año. Este tipo de eventos no combinan bien con la lluvia, y además no me ha sido posible conseguir una acreditación para entrar (lo siento, pero es que para comprar tebeos, en la tienda de mi barrio, no me hacen pagar entrada). Por lo que tengo entendido, la feria en cuestión se podía ver de sobra en una escasa hora. Es más, detesto a los monstruitos de última generación. Son capaces de convertir una afición en una enfermiza obsesión. Amén de que ahí, por supuesto, todo el mundo quiere ser guai, y saber un montón de cosas, y conocer a un montón de gente, y blahblahblah.
Me he quedado con las ganas de ver a algunas personas que iban a estar este fin de semana en Madrid, pero mi agenda estaba plagada de compromisos, y no me ha permitido verles. Tal vez este próximo saló en Barcelona...
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Ahora, aquí, debría ir una conversación que tuve hace dos semanas con alguien más o menos desconocido. Pero después de leerla y releerla, me ha parecido un poco absurda. Uno de estos textos "de cuando tienes la regla", que diría Robin Jú (pero ya hemos descubierto dónde ponen tartas de chocolate con chocolate y más chocolate, ¿verdad...?)
Os lo resumo en que me pone muy nervioso tener que hablar a veces con la gente. Con alguna gente. Y es algo que estaba empezando a obsesionarme, pero que a día de hoy creo que no merece la pena más que el comentario. Molo tanto que no me importa ser un monolito cascarrabias.
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Me gustaría tener la voz del tipo que dobla a Robert de Niro en sus películas. Es una voz no muy grave, bastante nasal, pero que te vale tanto para un roto como para un descosido. Es la voz del tipo duro que no enseña los dientes, si no del que habla tranquilamente por teléfono con su corredor de apuestas mientras te aplasta los dedos de la mano con un martillo. Apuesto diez a uno a que si veo ahora mismo Casino en versión original me parecería que Sharon Stone sobreactúa al llevarse los disgustos que se lleva. Gracias por regalarme Taxi Driver.
Germán, necesito ese reproductor tuyo de DVD que captura imágenes... quiero que mi fondo de escritorio haga juego con la alfombrilla de mi ratón.
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- ¿Sí?
- ¿Alejandro?
- Sí, soy yo.
- ¿Somófrates?
- Sí...
- Si realmente eres quien dices ser, este es un momento emocionante.
Efectivamente, amigos. El viernes pasado hicimos contacto con Murcia. Por unos segundos me sentí como Josemari charlando con Pedro Duque... La búsqueda ha terminado.
Fígaro existe. Es real. Yo estuve allí.
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- Vamos a tardar un huevo.
- ¿Y eso cuánto tiempo es?
- Pues un huevo...
- ¿Más de una hora?
- No creo.
- O sea, que podemos decir que un huevo es menos que una hora...
- En este caso, sí.
- ¿Y cuántos huevos tiene una hora?
- Es relativo a la distancia que recorras.
- En este caso, ¿podríamos coger alguna otra escala para dividir un huevo?
- Si. No. No me ralles.
- Me refiero a que si podríamos medir el tiempo en un "hue", por ejemplo.
- Sí, en "hue" y en "vo".
- ¿Y por qué no en claras y en yemas?
- Porque la yema siempre va en medio.
- Bueno, pues entonces lo hacemos en "hue", "yema" y "vo".
- Hueyemavo.
- Sí, hueyemavo.
- Rallas.
- ¿Hay huevos con dos yemas?
- Sí.
- "Hu", "yema", "e", "yema", "vo". Huyemaeyemavo.
- ...
- ¿Qué?
- Vamos a tardar la rehostia.
- ¿Eso es más que un huevo?
Y ahí fué cuando mi hermano subió el volumen de la voz del señor Dickinson hasta que fuese indistinguible de la mía.
Mil años tardó en morirse,
pero por fin la palmó.
Los muertos del cementerio
están de Fiesta Mayor.
Seguro que está en el Cielo
a la derecha de Dios.
Adivina, adivinanza,
escuchen con atención.
A su entierro de paisano
asistió Napoleón, Torquemada,
y el caballo del Cid Campeador;
Millán Astray, Viriato,
Tejero y Milans del Bosch,
el coño de la Bernarda,
y un dentista de León;
y Celia Gámez, Manolete,
San Isidro Labrador,
y el soldado desconocido
a quien nadir conoció;
Santa Teresa iba dando
su brazo incorrupto a Don
Pelayo que no podía
resistir el mal olor.
El marqués de Villaverde
iba muy elegantón,
con uniforme de gala
de la Santa Inquisición.
Don Juan March enciende puros
con billetes de millón,
y el niño Jesús de Praga
de primera comunión.
Mil quinientas doce monjas
pidiendo con devoción
al Papa santo de Roma
pronta canonización.
Y un pantano inagurado
de los del plan Badajoz.
Y el Ku-Klus-klan que no vino
pero mandó una adhesión.
y Rita la cantaora,
y don Cristóbal Colón,
y una teta disecada
de Agustina de Aragón.
La tuna compostelana
cerraba la procesión
cantando a diez voces clavelitos
de mi corazón.
San José María Pemán
unos versos recitó,
servía Perico Chicote
copas de vino español.
Para asistir al entierro
Carrero resucitó
y, otra vez, tras los responsos,
al cielo en coche ascendió.
Ese día en el infierno
hubo gran agitación,
muertos de asco y fusilados
bailaban de sol a sol.
Siete días con siete noches
duró la celebración,
en leguas a la redonda
el champán se terminó.
Combatientes de Brunete,
braceros de Castellón,
los del exilio de fuera
y los del exilio interior
celebraban la victoria
que la historia les robó.
Más que alegría, la suya
era desesperación.
Como ya habrá adivinado,
la señora y el señor,
los apellidos del muerto
a quien me refiero yo,
pues colorín colorado,
igualito que empezó,
adivina, adivinanza,
se termina mi canción,
se termina mi canción.
El duro trabajo en la oficina.
La terrible y brutal muerte del señor mandarina.
Las hay que no se cansan de hacer lo que sea con tal de salir en este blog.
Pero claro, luego pagan el precio de la fama...
Hala, ya está todo. Gablin, acompaña a estos señores a la puerta, que ya se marchan.
Yo le enumeraba a todos los luchadores de la WWF, y ella me hablaba de tenistas. Si yo le hablaba de Clint Eastwood, ella me hablaba de Eduardo Noriega. Yo le hablaba de la Guerra de las Galaxias, y ella de Titanic. Yo le hablaba de mis buenos momentos de conciertos en la sala Canciller en San Blas, y ella de sus happening parties con sus amigas en La Moraleja. Y juntos nos meábamos de la risa. Éramos el amigo raro el uno del otro.
Yo arrugaba el paquete vacío de Fortuna, e intentaba pegarle una patada para que le diese al otro lado de la vía del metro. Ella me apuntaba con dos dedos, guiñaba un ojo para apuntar mejor, y movía los labios a modo de "bang" (era tímida, y mataba siempre con silenciador...)
Las liábamos tales en el bar de abajo, que un día incluso llegué a casa con una croqueta espachurrada en el pelo. La de cosas raras que pudieron pasar en ese bar. "Cuando estoy borracha no puedo mentir", decía sin separar el labio inferior del vaso. Y como no podía mentir, pues se quedaba callada, y tan sólo se reía. Y yo como un tonto a verlas venir.
"Ayer llevaba un pedo tal, que no me acuerdo de nada". Es lo que nos tuvimos que decir un par de veces. Y mira tú por dónde que el Domingo me dió por acordarme de ella. A saber...
22, 23, 24, ... -en ese momento Clint se daba la vuelta, y el último de los malos caía al suelo- ... y 25.
- ¿Todo bien, muchacho? -preguntaba Lee Van Cleef desde su caballo-.
- Sí, Coronel. Es que no me salía la cuenta.
Así se llenaba un carro de cadáveres. Y es que la muerte tenía un precio: un puñadito más de dólares.
Ya no se hace cine como este. Los tipos duros ya no pueden fumar, ni llevar dos dedos de polvo detrás de las orejas, ni galopar hacia el horizonte al atardecer porque la maziza no puede montar en ese caballo con ese modelito.
Antes, cuando no había efectos especiales, las peleas eran como las que podríamos tener usted y yo ahora mismo en la calle. Y, claro, había que adornarlas con grandes frases para el recuerdo.
Sin embargo, el viernes ví una película que sí me gustó, y que no sigue muy al pié de la letra los últimos cánones impuestos para la taquilla, pese a tener más efectos especiales que el gepeto de Cher, y más tortas que una misa de semana santa. Claro, que también es una película china. Hero ("Ying Xion" en su puta casa).
No llega a los cien minutos, está estupendamente bien contada, y la fotografía es de morirse. Algún que otro detallito no me ha entrado muy bien (supongo que ese concepto oriental por el virtuosismo tan exacerbado no me termina de cuadrar del todo), pero nada en comparación con el todo que conforma la película en sí. Mancantao.
Basta con poner a Bob Marley en la oficina. En un minuto estamos moviendo la cabeza, soltando grititos maricones, y dando golpecitos en la mesa. Y empiezo a recordar cosas. Días de sol en un parque. Un montón de chavales saltándonos las clases de la tarde.
Ahora entiendo las letras de Bob, y disfruto mucho más su música, pero no puedo evitar recordar aquellos momentos hace diez años. Mucho más sencillos. Mucho más felices. No es que ahora no sea feliz, que lo soy (aunque siempre sentí verdadera pasión por aquello del "insuficiente alto" en todos los aspectos de mi vida), es que hace diez años lo era y no le daba importancia. Supongo que cuando ser feliz es lo normal, se desvirtúa un poco cada minuto que pasas.
Mientras tanto, en la eterna lucha entre los sexos, los hombres vamos ganando por abrumadora diferencia. 62 muertas por malos tratos en lo que va de año en España. Qué mal perder tienen algunos.
Ayer un tipo de 35 años lanzaba por la ventana a su compañera de 24. Y es increíble, porque conozco de gente que se ha agarrado verdaderos cabreos con episodios de histeria incluídos, y ni una mala tele ha salido por la ventana.
Otro de cincuentaymuchos mataba a la propia de cincuentaypocos. Y luego se mataba él. ¿Qué animal en la naturaleza mata a otro para luego matarse él? Somos tan absurdos... Y es que el orden de los factores sí que altera el producto. Al menos, en este caso.
Un hincha de un equipo de futbol mata a otro del equipo contrario, en un claro exceso de celo por su rivalidad, y se monta la de Dios. Un tipo mata a su "compañera sentimental", y alguien hace otra rallita en una hoja llena de ellas. ¿Es más normal matar al ser querido que a un tipo que llevaba la cara pintada de unos colores que no me gustan?
Puedo "entender" que a Christian Slater su mujer le rompa un vaso en la cabeza. Todos los días alguien tira media vajilla al suelo, joder. Todos nos cabreamos alguna vez con alguien. Sobre todo si tenemos en cuenta que la gente que más nos importa suele tener facilidades añadidas a la hora de sacarnos de nuestras casillas. Es algo hasta normal, coño. Vamos, digo yo que será más normal cabrearse antes que pasar de todo.
¿Pero tirar a alguien por una ventana? No lo entiendo. No puedo entenderlo.
Y no os hablo del abogado aquél judío que quería hacer firmar a su mujer un papel en el que ella se comprometía a tener relaciones sexuales (todas ellas claras, concisas y específicas) con su marido dos veces al día, porque se sale del territorio nacional, pero también tiene su miga, también...
"Contenidos incompatibles con la línea editorial de la cadena". Esto decían en telecinco para despedir al equipo directivo de un programa de tarde al que invitaron a una actriz porno, un bailarín de striptease y a un cocinero especializado en pastelería erótica. Uno de estos programas de testimonio.
Supongo que en telecinco deben de tener la creencia de que a un niño oír (o incluso ver) hablar a gente que se gana la vida en pelotas le supone más trauma que el que le pueden causar Coto Matamoros o a según qué concursantes de Gran Hermano...
A parte de que, ya de antemano, dudo que fuera a haber algún niño viendo semejantes patochadas en la televisión por las tardes, existiendo la playstation. Cuando yo era clik en la tele se pasaban toda la tarde poniendo programas para niños; supongo que cuando yo era clik la población infantil era más numerosa que ahora.
1.- Se acabó el plazo para pedirme los 12 CDs de hermanos de sangre.
2.- Germán, devuélveme días de fútbol.
3.- Yo Verde, he de dejarle a k-c el chillout sessions. Y me están pidiendo cowboy bebop.
4.- Vuelvo a tener shaolin soccer. Alguien ha metido en mi bolsillo una copia del commandos3, un screener de buffalo soldiers, otro de hero, otro de matrix revolvitions y terminator3 (ah, malvados piratas...)
5.- ¿Kill Bill en inglés subtitulada? Tal vez mañana...
Torre esperaba dentro del coche, con el motor apagado. Hacía días que no se afeitaba y llevaba una camisa de colores chillones por fuera de unos pantalones de pana verdes de lo que en tiempos debió ser un uniforme. Le gustaba descalzarse el talón de las zapatillas cuando apollaba los pies en los pedales. Acababa de salir de casa y tan sólo había desayunado los restos de una bolsa de patatas fritas, y casi no había dormido. Él siempre se acostaba tarde, pero esa mañana debía de estar allí a esa hora. Aunque el ambiente era frío, el cielo estaba despejado y el sol empezaba a dejarse ver, haciendo que los edificios de la calle proyectasen sombras alargadas. Torre sostuvo el porro que estaba liándo con una mano, se reclinó en el asiento con cierto gesto de esfuerzo en la cara, y sacó las gafas de sol de la guantera.
Al tiempo que Torre daba las primeras caladas y observaba cómo los del camión de la basura hacían su trabajo a pocos metros, Alfil apareció al otro lado de la calle. Serio, como siempre, y con aire meditabundo. Llevaba la chaqueta sobre el hombro, asiéndola por el cuello con los dedos de la mano derecha, y la izquierda en un bolsillo. Miró a ambos lados de la calle y cruzó hasta llegar al coche. Abrió la puerta, tiró la chaqueta en el asiento de atrás, y se sentó mirando al frente.
Torre. Ey, qué pasa tío...
Alfil. *Resoplo*
T. (pasándole el porro a Alfil) Ten, anda. Me alegro de verte.
A. (fuma con dificultad) Sí, ya...
T. ¿Te encuentras bien?
A. (tose levemente) Es sólo que dejé de fumar hace tiempo, ya lo sabes.
T. No me refiero a eso.
(unos segundos de silencio mientras Alfil suelta algo de humo y mira fijamente el porro)
A. No lo sé.
T. No quiero ser puñetero, pero ya te lo dije. Ya lo sabías. Siempre ha sido así.
A. Sí. Supongo que soy un cabezota.
T. ¿Por qué pensaste que iba a ser diferente esta vez?
A. Supongo que olvidé. Creí que a lo mejor había cambiado. Creí que esta vez... Ha pasado tanto tiempo...
T. El mismo error.
A. El mismo puto error. No lo entiendo.
T. No hay nada que entender. Tan sólo tenerlo en cuenta. Siempre es así, no importa el por qué.
A. ¿Y tú? ¿Qué has hecho todo este tiempo?
T. Aburrirme.
(Alfil saca de su bolsillo una pistola, la descarga, baja la ventanilla del coche y la tira a la calle)
A. (mirando por primera vez en toda la conversacióna Torre) Volvamos a casa...
Alfil, Torre y el coche salieron volando y se perdieron en el cielo.
Artistas. Creativos. Gente que crée serlo. Personas que pasarán su vida queriendo ser lo que nunca serán, salpicados por sus frustraciones, anunciándose como el más primitivo y básico de los exibicionismos. De una arrogancia insultante, creyendo poder parir a este mundo basura más enriquecedora de la que podría escupir cualquier otro. Una concepción enfermiza de un ser humano que ahonda en su mediocridad precisamente por querer sacudírsela. La mayor de las masturbaciones.
Ilusión. Inspiración. El arte no es si no la sublimación del lenguaje. ¿Qué se puede esperar de alguien incapaz de expresarse en los términos más simples? ¿Por qué esperar a esa inspiración? ¿Por qué esperar para expresarse? La necesidad de plasmar algo que no se puede encontrar dentro de tí es la prueba. Ser arte es expresarse; a cada momento, en cualquier lugar. Hay que estar alegre para expresar alegría. Hay que estar triste para expresar tristeza. O tal vez no... Cuando se busca la interpretación del mensaje a dar antes de ni tan si quiera plantearse el transmitir algo, se está incidiendo en un fraude. Un desprecio insultante a la inteligencia.
Inteligencia. La capacidad de ser coherente. De discernir. La parte más intangible de nosotros, la que menos nos gusta usar y la que más queremos lucir. El cebo de la vanidad. Con la edad las cosas comienzan a mancharse con un aceite agrio, y se hace nítido lo relativo de los individuos, lo lamentable de la ignorancia ilustrada. La inteligencia no es un requisito para ser persona, y sin embargo cuando es otorgada en ciertas dósis se quiere convertir en manantial. Ridículo.
Predicarán torpemente y con palabras parcas sobre la concepción de los pequeños detalles, cuando en realidad se trata de menoscabar la capacidad superior de comprender un conjunto. Capacidad que no poseen. Nunca procurarán una solución a un problema, si no que intentarán deformar, justificar y renombrar el problema hasta adaptarlo a los pocos preceptos que se hayan formado en su escasa experiencia. Su ridículo, sacro y minimalista concepto de lo que es la vida.
El común de los egoísmos, un contradictorio concepto que hace que los necios se revuelquen en su idocia en manada. Y el inteligente (el que no necesita dejar perpetua constancia, el que está por encima de todo esto, reciba desde aquí mi saludo), transige humilde, paciente y con infinito afán paternalista.
Es lógico no poder evitar sentirse como el puto programa S.E.T.I.
Me pidieron rescate por ella hace ya un tiempo, pero siempre me hice el sueco y me negué a negociar. A ver si con un poco de suerte acababan con ella y no volvía a molestarme. Sin embargo, ayer sucedió lo que en el fondo siempre he sabido que acabaría pasando: se escapó ella solita.
Cuando me enteré, me quedé pálido y el estómago se me hizo un nudo. Fué de estas cosas que, aunque sabes que llegarán, siempre te pillan desprevenido. Fuera, en la calle, llovía, lo cual le daba mucho más dramatismo a todo esto, y yo sabía que volvería a por mí. Me serví uno con hielo y me senté en el sofá a esperar lo inevitable.
Me quiere demasiado como para matarme por lo que le he hecho. Por eso mismo sólo me dió una paliza en el patio de detrás; y mientras me iba propinando golpe tras golpe, recordé lo que era estar con ella, y volví a quererla conmigo. La sangre que me hace derramar es siempre la más cálida, la que hace que cualquier otra herida sea insípida y liviana. Dios, cómo echo de menos pagar el precio de sus besos. Dignidad -dije mientras escupía un diente y algún nombre-, te quiero. Perdóname.
Y así es como mi brazo y mi espada dejan de estar al servicio incondicional de la corona y su reina, que últimamente el vino me sabía a veneno rancio y ya me veía a la Santa Inquisición apilando leños. Y no es que tenga miedo a caer (que hasta le empiezo a coger el chiste), pero siempre son de agradecer los sinceros aperos de labranza y antorchas del pueblo llano, antes que los refinados puñales de plata por debajo de omóplato; esos que en vez de atravesarte directamente el corazón, se limitan a sajarte un pulmón para que no tengas resuello y evitar así que ni tan si quiera puedas gritar. Además, a mí el dulce me empalaga, y rara es la guillotina de mi talla.
No necesito más cruzadas ni más políticas ni más clericalismos. De buen grado las cambiaría por un galeón repleto de ex-convictos bien vestidos y la patente de corso del imperio. Dejaré que los tesoros y la equis en el mapa hecho pedazos los busquen otros; nada sabe mejor que el oro manchado de sangre, el arte del abordaje en el Atlántico abierto, a quemarropa, sin blanqueador dental ni prisioneros. Mientras me den cartelitos de esos de "no molestar" que se cuelgan en las puertas de las habitaciones de hotel, me dá igual una granja en Lancasher que una casa victoriana en las antillas holandesas. Y es que las rosas, por bellas y hermosas que sean, además de ser un recurso bastante manido, carecen de fragancia. El salitre y la pólvora quemada, sin embargo, conforman un aroma que ayuda a recordar un collar hecho con lenguas de sirena.
Se lo dije a mi profesor de matemáticas después de pegarle la patada en la boca al subnormal aquel que me tiró el plumier al suelo: si me quedo castigado después de clase, por favor, que sea para sacarle provecho a la tarde, que a mí escribir en la pizarra me dá dentera y me jodería copiar cien veces la tontería de turno, máxime cuando volvería a pegarle una paliza a cualquier idiota las veces que hagan falta.
Qué fácil es despreciar y qué rápido se olvidan las palabras cuando se vive entre espejos.
Joder, lo que molesta el escaneo este...
Reflexionando sobre los eventos solares de los últimos días, John Kohl del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica en Estados Unidos, dijo que era "como si La Tierra estuviera en la punta del cañón de una enorme pistola con la que El Sol nos estaba apuntando... y nos disparó dos veces".
"El Sol está realmente agitado. Lanzar dos gigantescas llamas en dirección de La Tierra, una tras de otra es un hecho sin precedentes".
"Nunca he visto nada similar en toda mi carrera como físico solar. La probabilidad de que esto suceda es tan baja que es una anomalía estadística".
Cosas como estas son las que a uno le hacen dudar de su convencimiento empírico sobre la existencia humana. Que estamos en la cúspide de la cadena alimentaria, es un dato más que probado; que seamos evolutivamente superiores al resto de las especies, también. Hay quién no estará de acuerdo con esto, pero negarlo es algo tan abstracto como el pretender demostrar lo contrario. El no tener (o conocer) una finalidad u objetivo en nuestra existencia, al igual que cualquier otro organismo en el planeta, no significa que estemos al mismo nivel (los hay que también se arropan bajo la figura de un Dios cuando necesitan explicar o saber). Para mí, esto ya es una finalidad, el ser superiores. Toda una meta.
Tenemos la capacidad (y responsabilidad) de explotar los recursos naturales de nuestro entorno para comenzar a evolucionar en otros aspectos, al margen o en conjunción al meramente biológico. Carecemos de pelo, de equilibrio, y hasta nuestros genitales estan expuestos. A cambio, hemos desarrollado la herramienta necesaria para acceder a un estado superior de consciencia. No solo nos adaptamos y sobrevivimos, algo que de un modo u otro ha de hacer toda especie, si no que además comprendemos, asimilamos, moldeamos, mejoramos y utilizamos nuestro entorno a una escala planetaria.
Lo que no me queda tan claro es que en esta especie de "madurez" evolutiva estemos tan por encima de otros aspectos de nuestro entorno. Nuestro hábitat, en todas sus magnitudes y con todos sus integrantes, merecen y reclaman nuestra responsable atención como especie superior que somos. Algo que no hacemos. Ni de lejos.
Empiezo a vernos más como células corruptas pertenecientes a un organismo que ha empezado a sufrir las primeras agresiones. ¿Quién sabe si este organismo tendrá algún tipo de defensa contra nosotros...?
Hay quien , simplemente, considera a la naturaleza un superviviente aún más tenaz que nosotros mismos, y todo alcanzará su equilibrio dependiendo de nuestras necesidades mutuas. ¿Quién sabe? Igual Gea es permisiva con nuestra violenta simbiósis, y acabamos viviendo bajo una tierra irradiada, comiendo alacranes de cincuenta kilos con sabor a conejo y cultivando setas fluorescentes... y tan contentos.
Dicen que desde que entraron en vigor los juicios rápidos, la población reclusa en España ha aumentado un 20%. Yo sigo achacándolo al precio de la vivienda. Pero en fin, yo hoy estoy contento porque Letizia Ortiz se casa. Oleole.
Resulta que una de las personas que conozco dentro del Star Wars Galaxies (ése juego online al que juego ahora), un tal "Fibrizo", tiene todo el tiempo del mundo para pasárselo conectado. Y no debe de tener muchos amigos, porque tiene un vicio total. El caso es que como yo no puedo jugar mucho, el chaval me pasa pasta y equipo dentro del juego (hasta me ha puesto una casita amueblada, y todo). La condición que me puso a cambio de esto, es que este fin de semana yo debía de echarle una mano con sus deberes de inglés para el cole, ya que la semana pasada fuimos juntos por un par de ciudades del planeta Tatooine a vender algunas cosillas y tuve que encargarme yo de las negociaciones con los jugadores guiris que nos intentaban comprar algo. A mí, que no me cuesta nada gastar unos minutos en un par de ejercicios de inglés de nivelillo de instituto, me pareció un trato justo.
Los cojones. Resulta que, como se habían portado mal en clase, la profesora les ha mandado para un fin de semana los deberes de todo un mes. Hora y media haciendo ejercicios de fonética. Esto me pasa por gilipollas.
Todo sea por no decepcionar a los chavales...
Terminé de ver los diez capítulos de Hermanos de Sangre, serie muy recomendable de la HBO. El primer y séptimo capítulos ocupan dos CDs cada uno, para poder tener mayor calidad de sonido (las escenas del sitio a Bastogne durante la ofensiva de las Ardenas y el salto nocturno sobre las playas de Normandía lo merecen) Los productores ejecutivos son Steven Spielberg y Tom Hanks. Este último ha dirigido un par de capítulos, además. Las escenas de combate ponen los pelos de punta y están muy muy bien hechas.
El problema es el de siempre: yankees; que aunque en esta ocasión no se peca de un excesivo patrioterismo, sí que se echa de menos algo similar desde otro punto de vista que no sea siempre el norteamericano.
Odio las líneas de metro con andenes centrales. Sobre todo por las mañanas. Normalmente, cuando el metro va hasta arriba y llegas a una estación grande, sabes que va a haber un montón de gente que va a querer salir y otro montón de gente que va a querer entrar. Es emocionante ver esos breves segundos de preparación entre que los altavoces anuncian la próxima estación y la llegada al andén. Me recuerdan a los primeros temas de mi libro de ciencias naturales de primero de BUP, donde uno tenía que hacer dibujitos de los movimientos de las placas tectónicas de la tierra. Siempre hay alguien que te pregunta si vas a salir en la próxima estación; "espero que no" suelo responder yo, pero aún así es dificil. En cualquier caso, no hay mayor problema, todo va en una sola dirección, si es necesario sales del vagón, te apartas, y vuelves a entrar cuando cambie la corriente.
Sin embargo, las estaciones con anden central son otra historia. El puto Krakatoa del transporte público. Aquí no hay preguntas corteses, ni corrientes homogéneas, no. Aquí se abren las puertas por ambos lados del vagón, y a la gente no le vale con salir por la más cercana, si no por la que quede más cerca de su destino, y de nada sirve rendirse a la corriente para volver a entrar, porque se trata de dos auténticas fuerzas demoledoras de la naturaleza enfrentadas una contra otra que transforman en pulpa todo lo que pillan en medio. Y aún así, si consigues sobrevivir a la tempestad, te queda el llamado efecto "bomba de vacío", en el que el espacio que se va quedando despejado es inmediatamente ocupado por las masas enfervorecidas que esperan en el andén. Nada de "deje salir antes de entrar". Cuando uno puede observar este fenómeno desde fuera, es como ver los momentos previos a la batalla esa famosa de la película de Bravehart. Vamos, que solo falta que los que esperan a un lado de la vía le enseñen el culo a los del otro lado a modo de desafío. Y es por eso que no vale esperar a que la gente salga para entrar ellos, porque nada te garantiza que los del otro lado vayan a dejarte un hueco. Tras todo esto, mientras los supervivientes mantenemos la respiración y las puertas automáticas han intentado ya cerrarse tres veces porque debían de estar pillando la cabeza de a saber quién, el tren vuelve a ponerse en marcha, y a uno sólo le queda escuchar el lamento de los moribundos menos afortunados y saquear los cadáveres de los caídos. De recomponer el periódico que estabas leyendo, ni hablamos, por supuesto...
La foto, además, está tirada por un abogado...