Y de repente llega un día, de vez en cuando, con una frecuencia no muy concreta, en el que ya no me apetece compartir ni tiempo ni espacio con nadie. No se trata ya de recibir un trato agradable o no; se trata de que tener a alguien respirando a menos de un metro de mí me irrita. Tener que mantener aunque sea un puñetero silencio con alguien que está conmigo me enfurece. ¿Y si me apetece ponerme a andar en círculos? ¿O tirarme un rato a ver las nubes?
No sólo me irrita el tener que llenar ése espacio y ese tiempo con algo, me irrita que cuando yo acepto el hecho de lo banal del esfuerzo, son las otras partes las que hacen eso mismo. ¿Qué coño esperan? ¿Un puto "ja ja"? ¿Un comentario sobre el tiempo? Oh, no, claro, ya lo sé: ingenio. Humor. Complicidad.
No soporto tener que soportar a nadie. De repente se vuelve un suplicio el tener que hablar con un compañero en la oficina. De acuerdo, llevamos tres años juntos. De acuerdo, nos hemos hecho amigos. De acuerdo, hemos salido de juerga más de una y de dos y de diez veces. Y hasta tenemos un millón de batallitas que recordar. Pero, cojones, si te aburres no es mi puto problema. No me apetece tener que seguirte la conversación, no me apetece reír contigo hoy, no me apetece romper mis procesos mentales por atenderte a tí.
Dejadme crear. Crear para mí mismo. Por un momento todo el mundo se me antoja monstruoso y obsceno. Desagradables. Quiero estar sólo, quiero vomitar pensamiento tras pensamiento, quiero pintar, quiero crear un millón de cosas y luego ver cómo se oxidan, cómo se erosionan y cómo se desintegran. Quiero que el tiempo lo corroa todo, que lo reduzca todo a carcasas vacías y deslucidas, y que la tierra absorba el humus resultante.
Nunca he sido capaz de ver la belleza que se les supone a todas las personas. No obstante, sí soy capaz de odiar de vez en cuando a todo ser humano por igual. Y en días como este puedo decir que me inspira más confianza un perro que cualquier persona.
Un sentimiento pasteurizado que me llena de pasión por mí mismo. Un impulso atroz por devolverle al mundo, con todo mi amor y todo mi cariño, el resentimiento y el desprecio que ha volcado sobre mí multiplicado un millón de veces.
No veo el momento de salir de aquí y recluírme en mí mismo. En estar tranquilo y reconfortarme. En dedicarme tiempo sin que nadie me importune. Sin que me miren, sin que me desprecien, sin que me admiren, sin que esperen nada de mí, sin que me juzguen y sin que intenten hacerme daño constantemente con tal de demostrarse algo a ellos mismos.
Es todo tan grotesco. Tan horrible. Tan inherente a ellos mismos. Tan inevitable. Aceptad vuestra miseria de una maldita vez, joder.
Dejadme en paz, coño. ¿Qué esperáis de mí? ¿Qué cojones queréis? Vale, de a cuerdo, habéis ganado. Sois todos muy graciosos, y muy ingeniosos, y muy listos, y muy guais, y folláis mogollón. Sois, en general, unos putos figuras. Pero por lo que más queráis, dejad de forzar mi paciencia. Dejad de buscarme. Ahora volved al agujero del que salgáis cada uno y a mí dejadme en paz de una maldita vez.
A veces os echo tanto de menos que podría odiaros.
Vuestro olor, vuestro tacto, vuestra voz.
Saber que no volverán.
Quiero romper algo.
Vale, paso de traducirlo todo (para eso teneis el traductor del lycos, o lo que sea, tíos vagos), tan sólo comento un poco de cada lado.
Paranoid
Paranoid personality disorder is characterized by a distrust of others and a constant suspicion that people around you have sinister motives. People with this disorder tend to have excessive trust in their own knowledge and abilities and usually avoid close relationships with others. They search for hidden meanings in everything and read hostile intentions into the actions of others. They are quick to challenge the loyalties of friends and loved ones and often appear cold and distant to others. They usually shift blame to others and tend to carry long grudges.
Vale, esta creo que nole, sobre todo por lo de el impulso de desafiar la lealtad de amistades y personas queridas. Además, yo nunca sospecho que las intenciones de otros sean perniciosas, excepto las del Gablin (lo cual no denota paranoia, sino sentido común) y las de mi Porris (aunque no necesariamente contra mí, sino contra la humanidad en general). Sin embargo, reconozco (vamos, no es que reconozca, es que me consta) que en ocasiones parezco frío y distante a los demás.
Schizoid
People with schizoid personality disorder avoid relationships and do not show much emotion. They genuinely prefer to be alone and do not secretly wish for popularity. They tend to seek jobs that require little social contact. Their social skills are often weak and they do not show a need for attention or acceptance. They are perceived as humorless and distant and often are termed "loners."
Si estar apollardao es evitar relacionarse y no mostrar emociones, me la pido. Eso sí, aborrezco estar sólo. Sin embargo, sí es cierto que aborrezco cualquier trabajo que implique tratar con el público. Lo de "humorless" aún no sabría si es porque aún no he encontrado a alguien que me ría debidamente las gracias o viceversa...
Schizotypal
Many believe that schizotypal personality disorder represents mild schizophrenia. The disorder is characterized by odd forms of thinking and perceiving, and individuals with this disorder often seek isolation from others. They sometimes believe to have extra sensory ability or that unrelated events relate to them in some important way. They generally engage in eccentric behavior and have difficulty concentrating for long periods of time. Their speech is often over elaborate and difficult to follow.
Me llaman cabezota. Y dicen que cuando algo se me mete en el coco ya no hay quien lo saque. También sé que poseo superpoderes, aunque estos aún no se han manifestado plenamente. Me pido también lo del comportamiento excéntrico y la dificultad para concentrarme durante periodos de tiemp oextensos. Y, mi forma de hablar, más que elaborada y difícil de seguir, es víctima de mis pocas ganas de esforzarme por ser entendido, y de mi facilidad para trabarme.
Antisocial
A common misconception is that antisocial personality disorder refers to people who have poor social skills. The opposite is often the case. Instead, antisocial personality disorder is characterized by a lack of conscience. People with this disorder are prone to criminal behavior, believing that their victims are weak and deserving of being taken advantage of. They tend to lie and steal. Often, they are careless with money and take action without thinking about consequences. They are often agressive and are much more concerned with their own needs than the needs of others.
Falta de consciencia. Tendencia al comportamiento criminal. Pienso que los demás merecen estar por debajo. No tengo cuidado con el dinero. Actúo sin pensar en las consecuencias. Más preocupado por mis necesidades que por las necesidades de los demás...
Pido el comodín del público y me acojo a que nunca robo y no soy agresivo (pero por falta de ganas).
Borderline
Borderline personality disorder is characterized by mood instability and poor self-image. People with this disorder are prone to constant mood swings and bouts of anger. Often, they will take their anger out on themselves, causing themselves injury. Suicidal threats and actions are not uncommon. They think in very black and white terms and often form intense, conflict-ridden relationships. They are quick to anger when their expectations are not met.
Lo de auto-herirme, ni de coña. Las tendencias suicidas, fuera.
Sin embargo, lo de pensar en término de blanco y negro, y ponerme verde cuando mis espectativas no se cumplen...
Histrionic
People with histrionic personality disorder are constant attention seekers. They need to be the center of attention all the time, often interrupting others in order to dominate the conversation. They use grandiose language to discribe everyday events and seek constant praise. They may dress provacatively or exaggerate illnesses in order to gain attention. They also tend to exaggerate friendships and relationships, believing that everyone loves them. They are often manipulative.
Me gusta ser tenido en cuenta, pero no necesito ser centro de atenciones. Y mucho menos interrumpir o elevar mi tono de voz para ser escuchado. De hecho, lo aborrezco. Manipulador nunca.
Lo de exagerar amistades y relaciones, y creer que todo el mundo me quiere, me suena de algo. Pero no, definitivamente esto no va conmigo.
Narcissistic
Narcissistic personality disorder is characterized by self-centeredness. Like histrionic disorder, people with this disorder seek attention and praise. They exaggerate their achievements, expecting others to recongize them as being superior. They tend to be choosy about picking friends, since they believe that not just anyone is worthy of being their friend. They tend to make good first impressions, yet have difficulty maintaining long-lasting relationships. They are generally uninterested in the feelings of others and may take advantage of them.
De nuevo la atención y los halagos. Bueno, me hice un blog para algo...
¿Exagerar mis logros esperando que los demás me reconozcan como alguien superior? ¿Qué logros...?
Lo de elegir los amigos, sí, mira tú por dónde. Por supuesto que para ser digno de ser considerado amigo mío no vale cualquiera.
"Tienden a causar una buena primera impresión, aunque les cuesta mantener relaciones duraderas. Generalmente desinteresados en los sentimientos de los demás y pueden aprovecharse de ellos". Por favor, que alguien me diga que no...
Avoidant
Avoidant personality disorder is characterized by extreme social anxiety. People with this disorder often feel inadequate, avoid social situations, and seek out jobs with little contact with others. They are fearful of being rejected and worry about embarassing themselves in front of others. They exaggerate the potential difficulties of new situations to rationalize avoiding them. Often, they will create fantasy worlds to substitute for the real one. Unlike schizoid personality disorder, avoidant people yearn for social relations yet feel they are unable to obtain them. They are frequently depressed and have low self-confidence.
Ansiedad social. Se sienten inadecuados. Evitan situaciones sociales. De nuevo los trabajos con poca interacción. Miedo a sentirse rechazado. Preocupados por quedar en ridiculo frente a los demás. Exageran los potenciales obstáculos de una situación para poder racionalizarlos y evitarla (más que para evitarla, yo lo hago para poder quejarme). Sienten incapacidad para relacionarse, frecuentemente depresivos y baja autoestima. Creo que cojo un poco de todo. Pero con no mucha intensidad.
Lo de crear mundos de fantasía que suplanten al real, eso sí que no.
Dependent
Dependent personality disorder is characterized by a need to be taken care of. People with this disorder tend to cling to people and fear losing them. They may become suicidal when a break-up is imminent. They tend to let others make important decisions for them and often jump from relationship to relationship. They often remain in abusive relationships. They are overly sensitive to disapproval. They often feel helpless and depressed.
¿Suicidas? Directamente descartado. Lo de dejar que los demás tomen las decisiones importantes, tal vez, pero no por dependencia, sino más bien por miedo a la responsabilidad. Sensible a la desaprobación, supongo que como todos. De lo demás, nada de nada.
Obsessive-Compulsive
Obsessive-Compulsive personality disorder is similar to obsessive-compulsive anxiety disorder. People with this disorder are overly focused on orderliness and perfection. Their need to do everything "right" often interferes with their productivity. They tend to get caught up in the details and miss the bigger picture. They set unreasonably high standards for themselves and others, and tend to be very critical of others when they do not live up to these high standards. They avoid working in teams, believing others to be too careless or incompetent. They avoid making decisions because they fear making mistakes and are rarely generous with their time or money. They often have difficulty expressing emotion.
Lo de que mi necesidad por hacer las cosas bien interfiere con mi productividad queda descartado desde el momento en que mi productividad, ya de por sí, es más bien escasa. Lo de quedarse en los detalles y no poder ver el cuadro entero, tal vez. Tiendo a ser crítico. Evito trabajar en equipo. Evito tomar decisiones. Tengo pánico al fracaso. ¿Dificultad para expresar emociones? Yo creo que no. Tal vez dificultad para encontrar a alguien a quien contárselas.
Eso sí, soy generoso tanto con mi tiempo como con mi dinero. De eso no tengo ninguna duda.
Casi que tengo un poco de todo, ¿no...?
El sistema no es perfecto. Tiene lagunas. Y cuanto más dinero tengas, más lagunas se pueden encontrar. De esto se dio cuenta el señor Decebal Bogdam cuando el rey de la carne, Campbell Sturrock, salió impune de su último paseo por los tribunales, esta vez acusado de secuestro.
Supongo que es el propio señor Bogdam quién ha contactado con La Agencia. Nunca se me ha hecho saber el nombre de un cliente, por su seguridad y por la mía, pero dada la naturaleza del contrato, y dado que el caso ha sido primera página en Rumania, es lógico pensar que el señor Bogdam se ha decidido por jugar al mismo juego. En cualquier caso, no es justicia. Ni si quiera es personal. Como siempre.
La pequeña Alize sigue estando desaparecida y buscada por la policía, mientras que Sturrock celebra en una exclusiva fiesta su pequeña victoria, acompañado por Andrei Puscus, su abogado, un pez que aprendió a nadar en el fango y ya nadie quiere en su estanque.
La fiesta se celebra en uno de los mataderos de Sturrock. Una tapadera tan buena como cualquier otra, con el aliciente añadido de la practicidad que supone el tener una embutidora industrial para deshacerse de según qué molestias. De ahí su apodo, el rey de la carne.
Y los ciento ochenta mil dólares ingresados por adelantado, deberán ser para mí motivación suficiente como para hacer vegetariano a Sturrock, retirar a Pescus y encontrar a Alize, la hija de Bogdam.
Llovía, pero eso no impedía que varios invitados a la fiesta esperasen pacientemente a ser cacheados en la entrada. Todo el mundo llevaba máscaras, incluidos los guardias privados que había contratado Sturrock. Los invitados más atrevidos lucían cuero y hasta tachuelas. Mucha carne. Muy apropiado.
Probemos la puerta trasera. Más guardias armados. Sin embargo, un empleado del matadero cargaba desde un camión piezas de carne hasta el interior de la fiesta. Y a mí no se me ocurría nada mejor para moverse libremente dentro de la fiesta de Sturrock. Esperé a que volviese al camión, y entré tras él. Al cinto, en una funda de cuero, llevaba un cuchillo sucio de carnicero que debía de haber estado usando. Sin dejar que me viese directamente la cara, cogí su propio cuchillo desde atrás, y le invité a hablar.
-¿Trabajas en el matadero? -Algo de aire salía con dificultad de su garganta, como si le estuviese costando pensar. Cuando sorprendes a alguien de esta manera, la prioridad es saber qué está pasando. No se paran a considerar si estás dispuesto o no a cumplir tu amenaza, simplemente quieren saber qué pasa. Y mi trabajo es no dejarle pensar demasiado. Es el principio de la psicología, saber lo que piensa tu paciente sin que él sepa lo que estás pensando tú. De manera que le animo a seguir mi ritmo en la conversación con la punta del cuchillo.
-Servicio de catering. Por favor, no me mates. -Ése "no me mates" significaba que estaba dispuesto a traerme a su madre drogada y de los pelos para que la violara y la descuartizase, no necesariamente por ese orden, si se lo pedía, con tal de salvar su miserable pellejo. Y eso es buena señal.
-¿Dónde está la niña? -Probemos suerte.
-Segunda planta. Su hermano... -Bingo. No necesito nada más, así que hago que se calle. Con cuidado, claro: necesito su ropa.
Los guardias no prestan atención cuando entro cargado con un trozo de vaca al hombro. Quiero decir, tapándome la cara con un trozo de vaca al hombro. El interior del matadero se puede resumir en una música ensordecedora, lo que algún inocente calificaría de sexo sórdido, carne fresca de vaca colgando de infinidad de ganchos, sangre, y luces estroboscópicas. Por un momento me da cargo de conciencia cobrar la pasta que voy a cobrar por matar a alguien aquí dentro. Cuelgo el trozo de carne del primer gancho que veo y empiezo a buscar algún acceso a las oficinas de arriba. Antes de matar a nadie, quiero cerciorarme de que la rehén está donde se supone que debe de estar. Sería estúpido eliminar a dos personas, y con el pequeño margen de tiempo que pudiera procurarme para la huída, tener que buscar algo que no está donde se supone que debería estar.
En el piso de arriba no hay guardias. En apariencia, no hay mucho. Puertas dobles que han sido abiertas infinidad de veces por manos manchadas de sangre de vaca. La música de la fiesta se amortigua aquí arriba, y puedo oír un aparato de radio a través del cual alguien canta algo en rumano. El sonido sale de uno de los portones dobles. Los abro despacio, consigo una rendija por la que echar un vistazo, intentando no hacer ruido.
Una habitación alicatada, con un sumidero en el suelo. Sangre reseca lo salpica todo, y la única iluminación surge de infinidad de velas colocadas por el suelo. Un hombre obeso y desnudo, ataviado únicamente con un delantal ensangrentado, silva al ritmo de la música que sale de la radio mientras trocea un pedazo de carne con un hacha en lo que parece ser un pequeño altar improvisado con cajones de madera. En el altar, una fotografía de Alize a la que le faltan los ojos y escrita la palabra "puta". Un centenar de hilos cuelgan del techo, y en cada uno, un ambientador de coche con aroma a pino. Y con los ambientadores, cuelga boca abajo lo que queda de Alize.
Lo cual es un alivio, ya que así no tendré que cargar con la niña. Bastará con que le lleve un pedazo a su padre. Lentamente termino de abrir las puertas y me acerco al hombre desnudo sin que él se haya dado cuenta de nada. La sangre del suelo ayuda a que mis pasos sean más sutiles aún. En el trayecto, cojo uno de los ganchos de carne que cuelgan del cuerpo de Alize, y lo uso. Bajo su caja torácica. Atravieso su diafragma e intento perforar su pulmón izquierdo. Subo el volumen de la radio y él grita como un cerdo. Giro y cargo con él a mis espaldas tirando del gancho. Cientos de cosas crujen se desatan y se rompen dentro y fuera de él, y en pocos segundos sus gritos son tan sólo un gorgojeo. Ledzig Sturrock, el hermano del rey de la carne.
Lo que troceaba en el pequeño altar era uno de los brazos de Alize. Justo lo que necesitaba. Si su padre querría pruebas de que se trataba de su pequeña, bastaría con comprobar sus huellas dactilares, así que con un trapo intento retirar los restos de semen que lo cubren y guardo un par de dedos en una bolsa de plástico. Hago un par de fotos de la habitación con mi teléfono móvil. Intento que se vea el cadáver de Alize y el de su asesino. Un problema menos.
Al salir recojo de la pared una especie de capucha de cuero con una bola roja que cuelga a la altura de la boca. Nunca se sabe.
Bajo de nuevo. El piso de abajo consiste, básicamente, en una pista de baile adornada con casquería e infinidad de sofás y sillones en los que entretenerse con las fulanas que Sturrock ha contratado, una cocina, unos lavabos y un fumadero de opio. Andrei Puscus, el abogado del rey, no debe de andar muy lejos. Veo a un par de camareros ataviados de un modo similar al mío, y procuro actuar como ellos para moverme de un lado a otro durante unos minutos para examinar el sitio. Existe otro acceso al piso de arriba, apartado de las oficinas, donde supongo que estará Sturrock con sus más allegados, pero eso lo dejo para luego. Puscus descansa en uno de los departamentos del improvisado fumadero de opio. El encargado del fumadero es un hombre cano, ataviado con pantalón negro, camisa roja, pajarita y una máscara. Me acerco a él y le susurro que hay un problema con el opio en la despensa. En principio se muestra confundido, pero accede a seguirme para averiguar qué pasa. Dentro de la despensa es fácil noquearle con el mango de mi cuchillo. Tengo cuidado, eso sí, de no arruinar su pajarita. Le desnudo y me pongo su ropa. A él le pongo la capucha de cuero, le ato de pies y manos con un par de pulseras de plástico (son como mi american express, no salgo de casa sin ellas) y escondo las ropas de carnicero y el cuchillo. Lo saco fuera, y le dejo sentado apoyado contra la pared. Si lo ve alguna de las fulanas colocadas de Sturrock se hará cargo de él, ya que van serviciales a ocuparse de todo invitado desnudo y sólo que encuentran a su paso, y dada la naturaleza de la fiesta, no creo que la mordaza y las ataduras levanten sospechas.
Cojo una pipa de opio, y me dirijo a ver al señor Puscus. Los dos guardias apostados junto a la cortinilla de su departamento me cachean antes, y no encuentran nada. Me dejan pasar. Sin mediar palabra, le cedo la pipa al señor Puscus, y mientras é fuma, yo finjo ordenar las mesitas donde hay pequeños jarrones con incienso. En unos segundos se queda tendido y absolutamente colocado. Registrándole, encuentro su cartera y una pistola automática, lo cual me ahorrará el tener que hacer el trabajo con las manos. Apoyo un par de los cojines que hay en la habitación sobre su pecho, para amortiguar el ruido del arma. La música de la pista de baile hace el resto. Retiro los cojines, y saco otra foto con mi teléfono. Recojo la pipa y salgo fuera. Informo a los guardias de que el señor Puscus no quiere ser molestado.
Cuando empiezo a pensar en cómo llegar al pez gordo, a Sturrock, la solución aparece ante mis ojos por sí sola. Uno de los camareros lleva una enorme bandeja con un suculento montón de carne picada asada. Abordo al muchacho, le pregunto si es la cena del señor Sturrock, y el asiente. "Yo se la llevaré" le digo.
Es probable que en el piso de arriba los guardias del rey quieran también cachearme, así que a medio tramo de escaleras escondo la pistola del abogado en la montaña de carne picada.
Los guardias no encuentran nada y me dejan pasar.
Campbell Sturrock reposa como un buda desnudo en una enorme cama con dos fulanas. Un avatar de la obesidad mórbida en una constante lucha por respirar.
-La cena, señor Sturrock -le anuncio desde la distancia, preparándome para desenterrar la pistola de aquella bandeja.
-Largaos, cerdas. Dejadme comer tranquilo.
Fantástico. No tendría que ocuparme de sus fulanas. Las chicas salen de la habitación sin rechistar y cierran la puerta. Sturrock se inclina como puede, en un grotesco gesto con las manos extendidas hacia mí, repitiendo una y otra vez "dame, dame". Comer era para Sturrock incluso mejor que el sexo.
Es en estos momentos cuando me apetece sentarme a charlar. A contarle mi vida a alguien. A intentar ver en sus ojos qué pasa cuando les digo lo que voy a hacer. Pero esto es sólo un trabajo. Es sólo dinero. No es nada personal. No hay discurso, no hay un "fulano me envía porque le hiciese esto o aquello". Entre otras cosas, porque no me considero ni mejor ni peor que mis presas. Simplemente hago mi trabajo. Simplemente disparo.
Al carecer de occipital izquierdo, el aire entra en contacto directo con la masa encefálica de Sturrock. Y eso no le sienta bien. Última foto con mi teléfono.
Sugiero que le dejen reposar la cena. Salgo de allí, recupero mi ropa, y envío en un paquete certificado la tarjeta de memoria de mi móvil y una bolsa con dos pequeños deditos. Tengo un billete de tren para Montecarlo y he de estar en la estación dentro de cuarenta minutos.
Es la primera vez que hago la novelización de un juego.
Estoy enfermo...
Ah, lunes. El problema de dormir con el ruido de la lluvia en la calle por la mañana, es que en mi persona eso hace que pase del sueño a la más pura inconsciencia. Eran las ocho y media cuando he conseguido ser, de una vez por todas, consciente de que hacía ya dos horas que debería de haberme levantado. Miento. Primeramente, y básicamente la causa de que haya podido escapar de las garras de Morfeo, mi adorable minino ha mullido mi barriga con sus uñitas. Esas uñitas capaces de arruinar un sofá de cuero. Esas uñitas capaces de arruinar la más recia de las alfombras.
Me encanta el café con hielo. Pero no logro entender por qué extraño mecanismo subyacente de este miserable universo, no sabe igual que el mismo café dejado a enfriar durante dos horas. Menos mal que existe el microondas.
El café de un lunes recalentado en el microondas de mi padre podría ser, por sí mismo, tema suficiente para dedicarle todo un día de blog, tanto por sus propiedades alimenticias, como por la amenaza que supone al emporio mundial de las empresas dedicadas a la explotación de las energías de origen fósil.
Mi i-pod. Reproductor de reproductores. Bestia parda del MP3. Toda la noche enchufado para recargar su potente batería de más de diez horas de autonomía en reproducción contínua. Lo que no estaba enchufado, eso sí, era la regleta que uso para estos menesteres. Un día de lluvia sin música para mí, puede llegar a ser como una factura sin pagar por parte de Yugoslavia en concepto de póstes de telégrafo a Alemania hace noventa años. Una lluvia de radiación gamma comenzaba a agitar mi testículos a un nivel molecular.
Segundos después un estallido de furia hacía saltar por los aires uno de los laterales del palacio de congresos y exposiciones de Madrid, cubriendo la avenida del General Perón con restos y cascotes, mientras ALEZ, un accidente genético de seis toneladas desbocadas de carne radioactiva ataviada tan sólo con los restos de un pijama rosa y con la única función de aniquilar, lanzaba un autobús de la línea 43 lleno de gente inocente contra los pisos once y doce de Torre Europa, bateaba horripilados transeúntes con la ayuda de un semáforo arrancado de cuajo, y golpeaba el asfalto bajo la lluvia al grito de "¡¡¡SMAAAAAAAAAAAAAAAAASH!!!".
Lo cual tan sólo quería decir que casi me quedo dormido otra vez en la ducha, con la frente apollada contra la pared...
En vez de eso, me visto y bajo por el ascensor, como siempre. Y como siempre el portero está de cháchara con las asistentas del bloque (es tradición que, en lugar de acudir a sus puestos de trabajo, desperdicien algunos momentos en comentar el diez minutos). Les doy los buenos días y les dedico una de mis sonrisas recicladas biodegradables (tres al precio de dos, precios familiares), y, como siempre, a nadie parece importarle.
Me detengo frente al semáforo, esperando a que ese gracioso muñequito verde aparezca (¿por qué les quitaron el sombrero?). En el otro lado de la calzada hay dos mujeres esperando. Una de ellas morena, de pelo largo, gafas, y un gracioso conjunto de chaqueta y pantalón (que consigue caer por el zapato, pero que no logra tocar el sucio suelo) bajo un paraguas. La otra, negra, con el pelo recogido en graciosos "moños", con vaqueros y una chaqueta de cuero. Las dos impecables. Parece no importarles que esté lloviendo.
Bajo la mirada y observo. El viento racheado hace que mis pantalones estén húmedos hasta las rodillas. Mis zapatos parecen dos balletas sucias. Y acabo de descubrir que la suela del derecho tiene una grieta. El brazo con el que sujeto mi paraguas flojea. Creo que ahora entiendo ése anuncio de Carefree.
Dos minutos después, el paseo de la Castellana. El hombre contra el hombre. Una lucha encarnizada a paragüazo limpio. La eterna lucha entre nosotros mismos representada en una mortal danza por yupis, estudiantes de economía, viandantes casuales, y el repartidor del diario gratuíto "metro". Días como estos son los que hacen que la Once sea lo que es.
Cuarenta minutos después, en la calle Julián Camarillo, es cuando me doy cuenta. Una camioneta decorada con un gracioso y sonrriente personaje avícola y un rótulo en el que se leen las palabras "Gran Pollería EL SABROSO" pasa a mi lado. Demasiado cerca. Agua. Mucha agua. Y es en ese momento, bajo la incesante e inflexible lluvia, con un extraño cálculo de matemática abstracta en algún estrato inferior de mi viscosa masa encefálica, cuando comulgo de nuevo en un éxtasis, entre celular y exstencialista, con el líquido elemento, la fuente de vida de la que provenimos todas las especies de este planeta, el milagro que junto con algo de hidrógeno y alguna extraña carga eléctrica hizo que el plancton consiguiese andar, trepar por los árboles, y, en su cúspide evolutiva, escribir la saga de Harry Potter.
En esa orgía macrobiótica que era ahora mi riquísima vida, poca importancia tenían ya los pormenores cotidianos. Tan sólo era lunes en mi mente, en esa dominante parte racional que nos guía a todos. Mis vestiduras, junto con el agua, eran incómodas tan sólo porque son fruto de la malinterpretación y la imperfección de la abobinable idea que un día tuvo alguien peludo de ponerse el cadáver de un mamífero por encima. Quería ponerme a recolectar champiñones desnudo. Tan solo eso tenía ahora sentido.
Mi paragüas no tenía ya sentido de ser (sobre todo porque no es mío, es del Gablin -te lo devolveré cuando recupere el portaminas que me dejé en tu casa-), y entré en la oficina con el tranquilo y anodino semblante de una vaca sagrada hindú, algo que parecía ofensivo a los ojos del beligerante guardia de seguridad de la puerta (malsana envidia por haber conseguido encontrar la felicidad en un día como este, seguro).
En fin. Quiero compartir algo especial con mis semejantes. Voy a la azotea del edificio para masturbarme a modo de celebración y bendecir con mi simiente a mis hermanos peatones.
Taluego.
Las autoridades sanitarias estadounidenses prohibieron ayer que quienes se hayan inyectado drogas en los últimos cinco años o los hombres que hayan tenido relaciones sexuales con otro hombre puedan donar semen, células o tejidos. La prohibición forma parte de las nuevas normas de la FDA (Food and Drug Administration), agencia del medicamento de Estados Unidos, y tiene, por tanto, ámbito federal.
Se ha paralizado la LOCE.
Y yo encantada, oigan. Y es que al fin y al cabo algunas de las "reformas" que tenía esta ley era la de una clase de religión obligatoria. Clase impuesta para que así todos los niños del futuro nos salgan buenos cristianos, peperos, antiprisa...los negros y árabes se vuelvan blancos, y los chinos también leñe; y que los gays se hagan curas, así se pueden casar con alguien de su mismo sexo, porque Dios es hombre, claro...las lesbianas son otro tema, tendrán que conformarse con hacerse monjas y estar casadas con un hombre, pero de refilón con la virgen María.
La ley se ha paralizado y se han quitado de raíz la Religión Católica o el Hecho Religioso como materia obligatoria y puntuada, si. Pero no puedo evitar indignarme, y es que cada vez que cambiamos de gobierno cambiamos de ley de enseñanza. Y así los niños viven mareados, que no saben que les va a pasar, si van a repetir, si van a pasar de curso automaticamente...Vamos, un desbarajuste.
Que digo yo que los dos "partidos principales" se podrían poner de acuerdo en esto. Que no es para tanto ponerse de acuerdo en algo. Pero claro, en el PP quieren religión obligatoria; pues no oiga, estamos en un estado aconfesional y laico si quiere usted religión obligatoria para sus hijos lleveles a un colegio de pago, o vaya de hurtadillas a donde guardan la cosntitución saque su goma de Milán y borre los parrafos donde pone que en nuestro estado no somos todos católicos, apostólicos y romanos. Pues bien, si dejamos aparte el caso de la religión obligatoria...¿qué problemas hay en lo demás señores?.
Verán yo les explico unas cosillas. No se debe dejar pasar de curso a un chaval solo porque ya haya repetido una vez...si no caben en las aulas las hacen mas grandes, pero no se puede dejar que el chiquillo vaya a un curso superior sin saber ni lo más básico del anterior.
Las horas de inglés deben aumentar pero sin ser más que las horas de castellano, la lengua es igual de importante que las matemáticas (porque nadie puede entender un problema planteado si no sabe lengua. Puede que algunos de ustedes no diferencie sujeto de predicado pero, creanme, es importante).
La educación sexual es una materia que debe ser tratada en mayor profundidad. Pero si usted quiere que las niñas de 12 años aborten pues nada, nada siga a lo suyo.
La ética es algo que debe tratarse desde que un niño ha aprendido a entender mas o menos las cosas, o al menos la definición de bueno y malo. Y esa clase de igualdad (o como se llame) que quieren implantar, me parece cojonuda.
Y la asignatura de religión como bien he dicho antes, pues no. Eso si, si me ponen ustedes una asignatura de religiones y culturas me parecería muy bien. Una asignatura en la que se expliquen los principios de todas las religiones a través de la historia, donde los niños puedan darse cuenta de que no solo lo suyo o lo mas cercano es bueno. Asi a lo mejor en el futuro dejarían de decir que los islamistas son unos mamones, y que la jihad es algo horripilante.
Si, la yihad de la forma en la que la quieren entender muchas personas y de la forma en la que la explican muchas otras es deplorable, pero en un principio y eso es importante, la yihad era un concepto (y lo sigue siendo para muchos) bello. Un concepto que habla de una constante lucha interior para ser mejor persona.
Si ustedes me ponen esta última asignatura, que bien podría llamarse comprensión (en esta asignatura también debería dedicarse tiempo a el ateismo y a el agnosticismo como tal) yo encantada. Y si dejan de considerar a las matemáticas superiores a las letras, genial. Porque saber hacer algoritmos es genial, pero hay tanta gente que no sabe ni poner una hache...
En fin, harán lo que les de la gana, pero dejen de marear a los alumnos. Que en esta "guerra de estudios" los únicos que salen ganando son los fabricantes de libros, si incluso han empezado a quejarse por paralizar la LOCE ya que no les viene bien...
Muchas gracias, de nada.
P.S.: Y sí, mi ortografía no es la mejor del mundo ni mucho menos
Aunque también podrían pasar por Elvis, Alaska y Panchito Céspedes...
Siempre ando el andén de Gregorio Marañón de un lado al otro antes de coger el tren. Normalmente incluso dejo escaparse el metro si no me ha dado tiempo a llegar al otro lado.
Al llegar a la estación de García Noblejas, me levanto apoyando el hombro (casi el pecho) contra la barra del vagón, sin despegar ni las manos ni los ojos de mi lectura. Despacio, no tengo ninguna prisa por salir el primero, de hecho me gusta salir siempre el último.
Una vez fuera del tren, termino de leer apresuradamente las hojas que me falten hasta el final del capítulo (no suelo usar marcapáginas) sin moverme ni un milímetro del sitio. Cierro el libro, lo guardo en mi bolsa, y compruebo que en mis cascos esté sonando lo que tiene que sonar.
Ahora he de volver a desandar este andén. Y es lo que me encanta de mis mañanas. La estación de García Noblejas, de la línea siete del Metro de Madrid, no es muy vieja (no tendrá más de quince años), y es la típica estación sin nada. Sin transbordos, sin muchos tramos de escaleras, sin muchas salidas, sin muchos adornos, sin muchas esquinas limpias, sin muchos olores concretos. Rezuma mediocridad. Y sin embargo, al otro lado del andén, después del rato que yo he tardado en terminar el capítulo de mi libro, como todas las mañanas, la gente sigue abultandose en las inmediaciones de las escaleras mecánicas. Cientos de personas llegan a esta mediocre estación por la mañana para trabajar en talleres y oficinas.
Y así es como todas las mañanas doy un pequeño y breve paseo por el mediocre andén de García Noblejas, escuchando la música que se supone que debería escuchar, saboreando el regusto amargo de un café sólo y sin azúcar que he asimilado casi por ósmosis hace media hora, jugueteando con mi llavero sin sacarlo del bolsillo, a un millón de años luz de toda esa gente que intenta llegar a la superficie con la ayuda de esos ruidosos peldaños negros.
Y me doy cuenta todas las mañanas de que si algún día se me revelase el verdadero sentido de la vida, tendría la misma sensación de entre vértigo y tranquilidad que experimento de Lunes a Viernes a las ocho de la mañana.
En el blog de Jasp me han borrado un comentario. Supongo que por error. En cualquier caso, y para evitar futuros malentendidos, le repito a usted lo que le dije aquí, y a otra cosa, mariposa:
Pues sí, me aburro, y precisamente por eso paso de vez en cuando por aquí.
Insulto ninguno, ya que despreciar (o menospreciar) una postura, un texto, o cualquier cosa susceptible de ser la propiedad intelectual de alguien no es, ni mucho menos, despreciar a ese alguien. Le reitero mi respeto.
O, al menos, el respeto de mi anterior comentario, claro.
Sobre la envidia... me va a permitir que sea políticamente incorrecto (una nota más que disonante en este blog); quédese con su caterva de aduladores, que yo ya tengo la mía.
Esto no viene a significar otra cosa que, pese a lo que le pueda parecer, mi comentario no fué percutado por la envidia, sino más bien por ese extraño afán humanitario mío de querer dar empujoncitos a quien se queda rezagadito.
Sobre las supuestas faltas de ortografía, le agradezco la puntualización. Y quiero hacer énfasis en lo de "supuestas".
Y, por último, respecto a mi "grupito de amigos", le sugeriría que no hiciese juicios tan a la ligera, no vaya a ser que patine. En mi blog puede escribir quien quiera, lo cual no significa que yo le tenga el más mínimo apego. No obstante, no le consiento a usted que tache a mis amigos de "perturbadores de culos", sin tener ni puta idea (no, no necesito que me perdonen por la expresión) de quienes son o a qué se dedican.
Reciba, sin más, un cordial saludo.
Echadle un ojo a los ultimos comentarios de este post.
Bueno, pues hala, ya se ha terminao el saló del cómic. Ahora tendré que esperar a que Eme A me pase las fotos que ha tirado para poder adornar un poco todo esto.
En cualquier caso, no esperéis una crónica del salón en sí, ya que bastante poca atención le he puesto. Me he dedicado a hacer turismo (más o menos) con la Tani tol día parriba y pabajo por Barcelona, soportando amenazas de muerte de otakus irredentos y viendo monumentillos (qué timo lo de la sagrada familia, por Dios), compartiendo desodorante, cacao de labios, y hasta algún que otro támpax. Afortunadamente no nos ha hecho mal tiempo, y yo he ligado (bronceado, se entiende) a base de ir a tirarnos al césped (o "prau-oh", para que no se nos soliviante la asturiana) durante las sobremesas.
He visto a Rut, que es mu maja, y mu guapa, y mu simpática, y me ha regalao un llavero mu chulo, y tiene una amiga mu bollo que nos enseñó un restaurante mu "cool". Y, por supuesto, me lamió las pelotillas. Y me debes un copazo, resalá.
He visto a Apio, a la que le iba a dedicar toda una retahila de cumplidos y agasajos, pero después de ver su blog, se jode y baila y se aguanta y se queda con las ganas. Que te aprovechen los pósters de U.R.D.A.C.I., pedazo de trozo de cacho. Por supuesto, esta también me lamió las pelotillas.
He visto a Angua, que iba colgada de Jamfris, que me ha amenazado de muerte si no enlazaba su blog en el mío, que me llevaron a un sitio muy grande, que ponían de beber grátis, que estaban los húngaros, que son como los teleñecos pero con menos pelo y dicen más palabrotas.
Y el hombrecillo verde se ha traido un dolor de muelas y un Moquete.
Y mi engendrito se ha traido un dolor de piés y un peluchín de Stitch.
Y Eme A se ha traido una jartá de tebeos.
Y Anuka no sé qué se habrá traido.
Y a mí la Asesina Ninja Mortal (tm) en la Rambla me ha comprao un anillo, y un piercing nuevo para que la gente ya no me lama más las pelotillas (ahora me vais a tener que chupar la puntita...) Y tengo un colgante nuevo de Escorpión Misterioso del Desierto (tm).
Ah, y lo más importante: he estrechado las manos de DarkMan y de Bazathlon. Y no, no me las pienso volver a lavar en la vida.
Esto de volver a tener acceso a internet y a la prensa nacional del día es la leche. Hoy, leyendo a Alfonso Ussía he tenido uno de estos extraños accesos de inspiración política que me dan a mí de vez en cuando. Más que a Ussía, a la plétora de opinadores semiprofesionales que pasan por los foros de periodista digital a hacer fuerza. Ayer era con los legionarios de Cristo Rey, nietos de Blas Piñar que subieron a un escenario a dar una paliza al señor ése de la obra "me cago en Dios". Hoy han cargado contra las madres de la plaza de Mayo, y más concretamente contra Hebe de Bonafini. Ussía se recrea en su inmundicia descalificando a esta señora y, por supuesto, no respalda ni aporta ningún dato, tachándola de proterrorista y demás lindezas (esta señora declaró, en Noviembre de 2000, su apoyo a las madres de los presos vascos especificando que no así este apoyo iba para con la banda terrorista). Pero dá igual, el caso es que las masas se calientan y comienza el espectáculo. Sólo os copio un ejemplo de lo que estos días se puede encontrar por periodista digital:
(...)No todas «las madres», como ella dice, porque un amplio sector de auténticas madres de hijos desaparecidos se escindieron del grupo radical de la gorda por graves y profundos desacuerdos con el proceder y el buen vivir de la impostora y nauseabunda porcina.
Después de leer esto, uno no tiene por más que dedicar unos segundos a frotar sus ojos y releer el texto, no vaya a ser que la imaginación nos haya jugado una mala pasada. Este es el señor que ayer se quejaba porque consideraba ofensivo que una obra de teatro se titule "me cago en Dios", y exigía respeto para la moral cristiana.
Dudaba yo entre imprimir el artículo por las impresoras de la oficina, o simplemente comenzar a orinar desde la ventana de un tercer piso, cuando entre los comentarios que siguen a la columna aparecen cosas como:
Don Alfonso es el mejor columnista de España, junto con Federico Jiménez Losantos. Lo que les jode a los progres es que llame a las cosas por su nombre y diga siempre la verdad. Si esta asquerosa es una gorda grasienta, y además huele mal, no tiene por qué callárselo. A joderse.
04/05/04 14:16 Autor : flavia02002
No me reía tanto desde que ví a Concha Velasco anunciando Teena Lady.
Manda cojones que hayamos tenido que irnos hasta Marte para bucar vida inteligente. ¡Pardiez! (iba a decir "me cago en Dios", pero eso sólo lo hacen los vascos... los vascos malos, además...)
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And in another news:
Mañana por la noche salgo pa Barcelona. Estaré hasta el Domingo (en principio, inflando a hostias a las señorita Apio). Quien quiera tocarme, o rezar una plegaria, dejar algún tipo de ofrenda, o regalarme a alguno de sus vástagos, que me mande un e-mail, o algo.
Es el imam de la mezquita de la M-30 de Madrid, la más importante de España y la más grande de Europa. Moneir Mahmoud, egipcio de 44 años, conoció a varios de los detenidos por el 11-M y se enfrentó a ellos, especialmente a Serhane, El Tunecino.Desde los atentados, puso un empeño especial es desvincular el islam del terrorismo, pero sus intentos han sido vanos. El ministro del Interior, José Antonio Alonso, con su propuesta de elaborar una ley para controlar a los imames de las mezquitas, les ha vuelto a colocar en el punto de mira.LO cuenta Ana del Barrio en El Mundo.
Pregunta.- ¿Qué opina de que el Gobierno quiera elaborar una ley para vigilar a los imames?
Respuesta.- Hay que controlar, sin duda. Yo ya había dado antes este consejo. En cualquier país hay extremistas. Si yo voy andando por el camino recto, ¿por qué voy a tener miedo? No se puede decir una cosa ante los musulmanes y otra detrás. Bienvenido sea el control.
P.- ¿No opina que la propuesta puede vulnerar la Constitución que defiende la libertad de culto?
R.- Controlar en el sentido de conocer qué dicen algunos imames me parece bien. Si hay un imam extremista, que invita a hacer daño y al terrorismo, tiene que salir de este país. Tiene que respetar la ley.
P.- ¿Cree que en España existe un cierto fundamentalismo islámico que se ha descontrolado?
R.- Es verdad, es así. España necesita controlar las mezquitas pequeñas y si hay un imam extremista, el deber del Gobierno es pararlo, en España, en Egipto y en cualquier país.
P.- Los expertos insisten en que el principal problema reside en esas pequeñas mezquitas, que están en un piso y no las controla nadie.
R.- La mayoría de las mezquitas pequeñas no tienen sabios. Hay que distinguir entre imam y sabio. Cualquier persona que conoce algunos capítulos del Corán puede ser imam para dirigir las oraciones.En España hay muchos imames, pero dame el nombre de algún sabio.El sabio ha estudiado durante muchos años para dar las respuestas y poder dirigir el pensamiento. En España, cualquier carnicero o carpintero puede ser un imam. No hay especialistas.
P.- ¿Y no deberían ser más exigentes con los requisitos?
R.- En nuestros países sí que lo son. Yo tardé siete años en hacer mi tesis doctoral sobre el Corán. Previamente, estuve 20 años estudiando ante los sabios musulmanes. En el Islam, como pasa con las otras ciencias, las matemáticas o la medicina, hay especialistas.
P.- Es decir, que en sus países de origen se les demanda un nivel de estudios, pero en España no.
R.- Exactamente. No puede ser que cualquier persona pueda dar fatwas. Esto es sólo para los sabios, no se puede dejar a cualquier persona. Ese es el problema de los musulmanes en el mundo occidental, donde cualquier carpintero o carnicero dirige oraciones. Las mezquitas necesitan especialistas.
P.- Los expertos opinan que en las mezquitas grandes no se realiza el adoctrinamiento, pero sirven de lugar de captación de presuntos terroristas.
R.- La mezquita no es un piso ni una casa. Es como un hospital donde cualquiera puede entrar y está abierta para todo el mundo.No se puede decidir que éste sí pasa y éste no. Es un sitio sagrado para la oración. Cuando conozco que hay un extremista dentro de la mezquita que invita a su pensamiento, no le puedo dejar.Aquí no va a encontrar una tierra donde cultivar sus plantas.El extremista va a chocar contra una pared muy dura.
P.- Sin embargo, la mezquita de la M-30 ha sido sufragada íntegramente por Arabia Saudí y se la acusa de practicar el wahabismo, la doctrina que sigue Osama bin Laden.
R.- Se puede acusar a cualquier persona, pero es más difícil obtener pruebas. Quiero una prueba de que soy wahabí y de que algún día he dado algún mensaje extremista. Nunca jamás. Soy egipcio, no soy saudí y no permito que nadie me obligue a decir una palabra fuera de mi pensamiento. Todos mis sermones están grabados y siempre invito a la paz.
P.- ¿Cuál sería su propuesta para que haya más control?
R.- Nosotros exigimos hace tres años crear un Congreso Superior de Sabios Musulmanes. Este Congreso sería muy positivo para España porque valdría para cortar el camino de algunos imames que hablan en nombre del Islam para ganar dinero o para dar un pensamiento extremista. Si en Francia existe un Congreso de Sabios Musulmanes, ¿por qué no en España?
Extraído de http://www.periodistadigital.com/religiondigital/object.php?o=24982
A la hora de comer he visto el vídeo "smells like teen spirit" en la televisión, y me ha venido a la memoria aquél capítulo musical de hace diez (¿once?) años.
Freddie Mercury había muerto, y en Wembley hicieron un concierto benéfico relacionado con el sida, con los supervivientes de Queen y un montón de gente. Axl Rose movía a cienmil personas en aquel estadio de fútbol cantando el "we will rock you". George Michael, David Bowie, Elton John, Robert Plant, Paul Young, Extreme, Def Leppard, Metallica, y un montón más que no recuerdo. El puto año en el que Metallica ganó el grammy a la mejor banda de metal con su "enter sandman". Joder, si hasta los Maiden sacaron su "fear of the dark". "Arise" de Sepultura. Red Hot Chili Peppers, "blood sugar sex magik". Manowar en concierto en la sala Canciller. Un buen momento, cojones.
Pero un buen día apareció un tío lo suficientemente gilipollas como para estar casado con Courney Love y escribir algo tan absurdo como "smells like teen spirit". Un tipo lamentable con aspecto en sus vídeos de estar pasadísimo de vueltas, un puto politoxicómano suicida que se convirtió en mártir en lugar de dejar cada trozo de su cabeza en su sitio y esperar a que el tiempo le pusiese donde debía estar. De repente se había convertido en un fenómeno de masas, y la explicación era que "conectaba perfectamente con el espíritu de aquella generación". No, oiga, perdone, yo por aquél entonces tenía 17 años, tres palmos de pelo, y hasta follaba de vez en cuando; y no conectaba una puta mierda con aquellos subnormales. Esos tíos no estaban llevando el rock y el metal a un siguiente estado de existencia, como decían en la Mtv; esos tarados no estaban dando un paso en la evolución de la música. El mundo se había vuelto loco, ¿o qué?
No, tío, nosotros le debíamos pleitesía a gente como Rob Halford o Yngwie Malmsteen, no a esos pringaos. Aún no sé qué puto mensaje se supone que transmitía alguien como Kurt Cobain. Vale que era un tío artificialmente raro, tímido, introvertido, con problemas en su infancia, y todas esas cosas que a más de un gilipollas le habría gustado tener para poder llamar la atención de alguna adolescente gilipollas. Coño, si hasta se casó con la subnormal de Courtney Love. No sé si por aquél entonces Neil Gaiman ya era millonario, pero lo que sí que sé es que Alice Cooper se comía los mocos allá por 1970 con su "wellcome to my nightmare" y su maquillaje (angustia interior a gogó, oiga).
Aquello era espantoso. Por primera vez en mi vida supe lo que era la verdadera frustración al ver a las masas adoctrinadas, escoria servil e ignorante, dejarse pelos y llevar camisetas a lo Charlie Brown con aquellas barbitas de tres días. ¿Es que los chicos de Pearl Jam eran invisibles, o qué? Nació oficialmente, como la primavera en el corte inglés, el movimiento grunge. Aquél año flipé en colores. Al año siguiente la primera chica por la que había sentido algo en mi vida (sin contar a mi abuela) se largó. Y al siguiente llegó Aznar al gobierno, y los primeros indicios de calvicie a mi cabeza. Puede decirse que desde entonces todo ha ido a mejor... a veces a Mick Jagger le sigue dando por coger un micrófono, y Bon Jovi no dá mucho la tabarra. El recopilatorio de los Guns N' Roses, en el número 3 de ventas en USA y UK. Aquí, el 17. God save Chenoa.
Ya estoy viejo para esto.
¿Por qué no podía haber sido Ford Fairlane, el detective pescador?
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Tío, esos versos son la más lamentable forma de husmear entre las cachas de una hembra que he visto desde que murió mi perro Gustavo (estaba sordo, ciego y cojo). Pero tranqui, no se lo diré a nadie. Todos hemos jugado alguna vez al rollo del chico sensible, aún cuando el orgullo sigue dándote golpes en la espinilla. Es más, los versos en sí son una puta mierda, tendrías más futuro como sexador de pollos. Pero si con ellos consigues meterla en caliente, brindo por tí, la puta herencia genética que te dieron tus papás, y el sabor a fresca menta recién cortada de tu jugoso semen. Al fin y al cabo, dá igual que te salgan las letras de Barry White que las de David Bisbal (para mí siempre serás como el Chivi); tú sigue poniéndote camisetas ceñidas y no te preocupes, campeón.
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Domingo 11 de Abril, 5:00AM, Paseo de la Castellana, Madrid.
- Ostias, mira esa.
- Puagh.
- Las pilinguis de esta calle ya no son lo que eran.
- Pero, ¿y esa tía sacará dinero?
- Joder, si está ahí será que sí.
- No me jodas. ¿Quién coños estaría dispuesto a pagar por follarse eso?
- No lo sé. Lo que sí que sé es quién coños no estaría dispuesto a pagar por follarse eso.
- Debería pagar ella, joder.
- Seguro que es una cerda de esas que hacen cosas que nadie más hace.
- ¿El qué?
- No sé. Algo realmente bizarrón. Supongo que si eres algún tipo de enfermo sexual y necesitas cosas realmente jodidas, a lo mejor estás dispuesto a pagar por ellas. Aunque eso signifique que sea esa tía la que te las haga.
- Ah, igual que Pedro J.
- Nah. El "strapon" y que te meen en la geta no justifican que te lo tengas que montar con un feto como ése. No es lo más fuerte que se me ocurriría. Y, desde luego, seguro que Pedro J. tiene los recursos y los contactos como para conseguir chicas mejores, incluso para hacer guarrerías más gordas.
- ¿Y cómo explicas lo del vídeo?
- Pedro J. es gilipollas.
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Hoy me he levantado con ganas de trabajar y todo, después de cinco semanas de baja. Y las dos primeras horas han estado bien, un café, mucho jiji, mucho jaja, coñas del tipo "puto cojo", "ojalá se te joda el ascensor" y "¿qué pasaría si te pego una patadita aquí?", pero luego todo el mundo se ha puesto a trabajar y a mí me ha tocado hacer lo propio. Si ya es jodido sobrevivir a una sobremesa en casa sin internet hasta que sea la hora de salir de juerga (esto es: tarde), más jodido aún es el tener que pasar seis horas de oficina sin internet. Vamos, que hasta he tenido que trabajar para entretenerme...
Por otra parte, creo que los frutos de la desintoxicación empiezan a hacer efecto; hasta me he jodido la garganta cantando una versión trash-heavy-death-metal del anuncio de las zapatillas leli-kely.
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En la televisión y en los periódicos, cada vez más, se viene hablando del problema terrorista, del cambio de gobierno, de tropas que van y vienen, y demás zarandajas. Lo que más miedo me da, es que se empiezan a escuchar soflamas contra el mundo islámico. Contra el moro malo, ejemplar que como todos sabéis es mucho peor que, por ejemplo, el castellano-manchego malo, o el mismísimo vallisoletano malo. Me preocupa que toda esta pasión visceral que nos embriaga pueda (que podrá, y empieza a poder) nublar las entendederas de los menos afortunados, que el día menos pensado los tendremos ataviados con antorchas y aperos de labranza (ésos grandes fetiches míos) a las puertas de alguna mezquita. Dios (el que sea) no lo quiera... Me gustaría poder invitar a todo el mundo a razonar, a reflexionar y a intentar pensar en el por qué de las cosas. Y tengo que hacerlo desde aquí, donde mi supuesto derecho a la libertad de expresión se limita a los cuatro gatos que entráis de vez en cuando (los que verdaderamente disfrutan del privilegio de la expresión libre, la colman de publicidad y noticias deportivas, por desgracia). No basta con decir que el terrorismo es malo, quedarse en eso es absurdo, y últimamente a mí se me calienta bastante la sangre cuando me lo pretenden recordar, que no puedo evitar que la imagen de un perro pastor ovejero se me venga a la mente. Matar, sin más, es malo. El terrorismo no pasa de ser una forma de hacer la guerra; y habrá guerras más justificadas y guerras menos justificadas. Todas absurdas siempre, y en las que siempre mueren los mismos, los más inocentes, y los menos pudientes, en el nombre de ideales que pregonan los de arriba. Hay quienes achacan el mayor peso de todo este problema al fundamentalismo islámico, y a mí me gustaría pensar que para decir esto, se debe decir también que el mundo islámico, desde el punto de vista religioso, es originariamente pacífico y fundamentado en un Dios misericordioso; una religión, si me forzáis, muchísimo más tolerante y abierta que la cristiana (todo esto, siempre, dentro de los parámetros en los que se puede mover una doctrina religiosa). El radicalismo religioso, el fundamentalismo, siempre debe de ser un factor a evitar; pero no sólo en el Islam, si no en todas las religiones. El fundamentalismo islámico es el fruto del expolio humano del que siempre ha sido víctima el medio oriente, y tan sólo se diferencia del cristiano en que este último goza de una posición infinitamente más cómoda. El culpable en último término de prácticamente todas las desgracias en el mundo viene a ser la pobreza. Con la pobreza se abren las puertas de la ignorancia, se mire por dónde se mire. Y es gracias a la ignorancia por la que los poderosos siguen siéndolo, y por la que los poderosos siguen y seguirán matando con las manos de otros, desde el marine norteamericano nacido en Puerto Rico al que le han prometido una beca universitaria tras la campaña persa, hasta el cabrero muyadín que espera poder dar su vida en acto de guerra a cambio de un más allá rodeado de vírgenes complacientes. Lo de menos es si matan con un rifle automático de dos mil dólares, o con cinco kilos de explosivos caseros atados al pecho. El caso es que lo hacen por el interés de otros, lo hacen como un sincero gesto de guerra, representan ambos la cúspide del desprecio por la vida humana, la suya y la de los demás. Es por eso que decir "no al terrorismo" es tan solo decir "no" a una forma de hacer la guerra. A toda esa gente que desconfía y recela del mundo árabe, pedirles que reflexionen, y que tengan en cuenta que es la propia comunidad islámica en nuestro país la que pide que se controlen las posibles influencias de ulemas e imanes radicales en nuestras mezquitas. El odio nunca es la solución. Cuanta más sangre haya de por medio, más acuciante será la necesidad de tener que afrontar el problema con serenidad y razonamiento, y prestar atención a todos los matices y los puntos de vista que podamos abarcar. Intentemos comprender el problema para poder solucionarlo. Maduremos como especie política y socializadora, y aprendamos de la historia que las banderas y los gritos no son el camino; dar la vida por la defensa de la patria es lo que han hecho esos terroristas, y es lo que se empieza a escuchar a voces aquí. Impongamos entre todos la razón entre todo este caos. Sin miedo.
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Lo que a simple vista puede parecernos un guiño a un anuncio televisivo barato y absurdo no es más que una reivindicación al sentirse bien tal y como una es. Para empezar, la regla no me parece algo genial y, lo siento por los publicistas, pero yo sí me entero de que ha llegado; la depilación me parece un maltrato innecesario y manipulador (¿acaso sabemos cómo de estéticas quedarían las piernas de todos los hombres si se la practicasen?); las cremas antiarrugas, una máscara que oculta lo mejor que te da la vida, el seguir viva; las revistas femeninas, un insulto a nuestra inteligencia; las dietas para el verano, una burla a todo aquél que no puede elegir qué llevarse a la boca
¿Hasta cuándo? Pido más libertad para elegir, hombres y mujeres, cómo sentirnos más personas.
-Libertad para elegir, Paula Guerrero.
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Dicen los canadienses que se van a cargar a trescientas mil focas este año. Y digo yo que podrían empezar por todas las que hay en mi barrio, que además son de esas que se empeñan en emperifollarse hasta el ridículo, y que si no se dejan el bigote de Josemari es porque se les confundiría con la raya del pintalabios... Pensaba que el dueño del restaurante tailandés que hay bajo mi casa era lo más exótico que se podría encontrar a la altura del paseo de la Castellana (un mal barrio, de esos llenos de inmigrantes, con la diferencia de que estos hablan inglés y alemán), aún por encima de según qué camisones que pasean desde mi famoso quinto piso hasta el cuarto de basuras en el montacargas. Pero no. Hoy un resplandeciente faisán octogenario rodeado por una jauría de lo que a mis ojos parecían ratas gordas y peludas (perritos "lamecoños" los llamaban en El Ejido, creo recordar) ha tenido a bien de permitirme compartir unos segundos de buenos días en el ascensor esta mañana. En un momento así lo único que pude pensar fue "ahora sí que estoy preparado para dejar este mundo en cualquier momento". Fué entonces cuando una de las ratas gordas y peludas procedió a expeler sin miramientos su pesada carga intestinal en una de las esquinas del habitáculo, mientras el gran faisán mantenía alzada su noble testa con gesto digno, talmente británico podría decirse, sin deslucir ni por un momento sus sinuosas (puede que a causa de la propia orografía de su dermis) pinturas de guerra fucsias y azulonas.
¡Qué momento, amigos! Si tuviese su número de teléfono, daría gracias a Dios por permitirme vivir en esta ciudad...
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Tenía Porras razón. No, no me refiero a aquella guarrería de la pasta de dientes y el hojaldre crudo en el bañador, si no a que mi primer día de oficina sin internet me procuré lectura, al segundo material dibujo, y este tercero ya he de estar subiéndome por las paredes. En fin, seguiré escribiendo documentos de texto que luego subiré al blog todos de golpe y no habrá Buda que se los lea (que es casi igual que cuando tenía internet, solo que ahora no me leo vuestras polleces
)
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Ayer por la tarde lo pasé fatal. Primero me echaron el sermón por llegar quince minutos tarde (y todos sabemos que un mago nunca llega tarde), sin pararse a considerar que la historia de "es que me he entretenido por el camino para poder donarle un riñón a un niño huérfano" podría ser verídica. Bueno, pues no contenta con intentar contagiarme la lepra (que la tiene, que lo sé yo, que lo he visto), va la tiparraca y me pone a caminar desde moncloa hasta la plaza de Callao, sin miramientos con aquello de que acabo de recuperarme de un esguince crónico y no me conviene pegarme semejantes caminatas. Por supuesto en el camino no faltaron las agresiones, tanto físicas como psíquicas, sustracción de gorra e intento de homicidio en un semáforo incluidos. Y es que ya no lo soporto más, que de vez en cuando acceda a pasar algo de tiempo con los más desfavorecidos no significa que la tía salvaje esta tenga derecho a abusar de mí de este modo, máxime cuando corro el riesgo de contraer sabe Dios qué enfermedades (menos mal que este tipo de cosas luego desgravan al hacer la declaración), y todo por aguantar a la fea esta de los cojones, que encima no hace otra cosa que atiborrarse de chocolate en cuanto tiene la más mínima oportunidad (y la gente decía de Germán...) A todo esto sumadle un par de extraños ataques epilépticos en los que a la tipeja le daba por zarandearme mientras gritaba indecencias (algo sobre coprofagia a cincuenta euros y una cinta de Laura Paussini), o me pedía una falda de tablas porque se le veían las bragas. Lamentable. Por fortuna, en el zoo dan de comer a las bestias a las nueve, de manera que ya me disponía yo a dar la tarde por zanjada, iluso de mí. Pues no, la susodicha se emperró en que le pagase una cena, amenazándome con maltratar mis tebeos si no accedía a sus pantagruélicas exigencias. ¡Si hasta se bebió mi propio refresco!
Entérate tipeja: ¡no te soporto! ¡Ah! ¡Y los de Rammstein esos son mega-gays!
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Talla 46 y bajando...
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- ¡Joder! O te ha encogido la cicatriz, o te ha crecido la cabeza.
- Hola, tío Manolo, cuánto tiempo. Es la cabeza, que me ha crecido desmesuradamente.
- Anda que fué un buen accidente aquél en el que te la hiciste. Ya te podías dejar el pelo para tapartela.
- Como no me haga una peluca con los pelos de los huevos...
- Anda, como yo. Todo el mundo dice que estoy calvo, pero en realidad lo de mi cabeza es una cicatriz gorda, por eso no me crece el pelo.
- Ni cicatriz ni gaitas. Eso es de tomar el sol en Fuerteventura sin una mala gorrita.
- Que te digo yo que es una cicatriz, que me tuvieron que transplantar un trozo del culo para taparla, por eso brilla tanto.
- Termina de emborracharte de una maldita vez y deja de decir tonterías, viejo.
- Leñe, que te digo que es un trozo de culo. Mira, huele...
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Imaginad la víspera de una boda en Salamanca (dejamos el pedo, la resaca y la tendencia al cachondeo de los residentes y residentas salmantinas del viernes para otro post). Ahora imaginad que la familia de la novia (mi prima) se compone de integrantes de la CNT, punkies, concejalas del PSOE por el ayuntamiento de Pontevedra, estudiantes de cine, licenciados en historia del arte, poetas canarios, lesbianas profesionales y algún que otro iluminado al que se le daban mal las matemáticas.
Es ahora cuando os pinto a la familia del novio. Una jauría de niños vestidos de domingo, de pantalón corto y calcetín largo. Juventudes de flequillo y raya a la derecha. Una madre directora de estudios de internado, una tía casada con el mismísimo Dios, nueras ultravioletas de salto mortal desde el armario y jovencitas dignas de los foros del visualdisco.
De momento la guerra va a nuestro favor, ya que la boda se limita a ser por lo civil, aunque con algunas bajas. Insu no pudo entrar en el ayuntamiento vestido de ése modo, con ésa cresta, y menos aún llevando a su perra de la correa. Durante la ceremonia nos percatamos de que el enemigo nos supera en número. Por muchísimo. Don Escribá de Balaguer aprieta pero no ahoga, suponemos... Ave César para el padre del novio, eso sí, que el hombre se vé acorralado por el director del banco, su médico, y su mujer. Y como ninguno le dejan fumar, repartió habanos entre los demás (le guardo uno a mi PPerra, pero hay que fumarselo prontito, que si no esto se seca y es una pena...)
El evento en sí, normalito, lo bueno es el banquete. En el menú, cocido. Y, sinceramente, que me saquen de Madrid para comer cocido no me parece virtuoso. Es más, me permito tomarmelo como una afrenta personal y directa que clamará por una satisfacción tarde o temprano (nunca antes de la segunda botella).
Al parecer, entre las filas del enemigo existe una jóven licenciada en físicas (dos embarazos en un año), y alguien debió decirle que uno de los hijos de mi padre estudiaba lo mismo. Resulta que por mi innegable personalidad y notable percha, me sientan en la mesa presidencial, con los novios, de manera que comienzo a hablar con los vecinos, y a presentarme. "Hola, soy Alex, el hijo de Tito, primo de Esther" -"Ah, ¿tú eres el que estudia físicas?". A la quinta vez que esto se repite, mi prima Juluta contesta "no, ése es su hermano, este es el actor porno gay" al tiempo que yo ofrezco mi mano a modo de saludo. This means war.
Al segundo viaje de sacarle comida al perro de Insu y mi prima Julita (mi favorita), la madre del novio, la jefa de estudios, con aire jovial y anfitriónica que tira de espaldas, procede a golpear machaconamente una copa y manda silencio. Orgullosa anuncia que el sector "niñas de visualdisco" han preparado una canción para dedicar a los novios. Estupefactos y sin saber bien qué clase de oscura brujería era esta (¡por Crom!), vemos colocarse a cuatro chavalas otras tantas cuartillas fotocopiadas con un texto delante. La cosa era un texto ñoño y empalagoso entonado con la fanfarria de aquel "viva la gente" que las monjas hacen canturrear en las escursiones del cole. Las caras de vergüenza ajena, mirandose unas a otras procurando encontrar una explicación a todo esto comenzaron a cundir por todo el comedor. Quince segundos tardó mi tío Manolo (un cruce entre Gandalf y Fidel Castro) en empezar a partirse el pecho de risa. La mesa del clan González explotó en carcajadas.
Cuando creímos que nada podría superar esto, repitieron lo mismo (con otra canción, más absurda aún si cabe, que resaltaba el hecho de que el novio había regalado a la novia un anillo de oro fino), pero esta vez el sector veterano. Monja incluída. Y aquello ya fué mítico. Impaciente espero a poder colgar fotos, vídeos y archivos de audio para poder dar testimonio al mundo de lo que aquella tarde sucedió en aquel salón.
Escribiré más profundamente sobre esto cuando tenga de nuevo internet y las fotos para engalanarlo.
Mención especial a mi sobrina Pauli, que se me cae la baba con ella.
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Hace tiempo colgué la letra del 'Believe' de Savatage, y subí la canción al radioblog. Sigo diciendo que es una canción especial que debería escuchar todo el mundo; de esas canciones que puedes contar con los dedos de una mano holgadamente. A los que no la escuchásteis, os invito otra vez a hacerlo.
El otro día en mi I-Pod cantaba Alice Cooper este tema, 'Poison'. Otro tema que pesa en el pecho cuando lo oyes. Una canción para dedicar, que sin embargo no me atrevo a dedicar. Porque es de ese tipo de canciones que sólo se dedican una vez en la vida; una vez la has dedicado, olvidate de ella, no se puede dedicar a otra persona, es una canción que ya sí que ha dejado de ser tuya. Y el caso es que me apetece dedicarla, de manera que se la dedico a todas las que fueron, a las que no fueron, a las que no son, a las que no quise que fueran, a las que no quise querer que fueran, a las que no quisieron ser, a las que me quisieron poco que no son pocas, a las que lo serán si quiere Dios y a las que no lo serán nunca ni aunque quieran.
Your cruel device
Your blood, like ice
One look could kill
My pain, your thrill
I want to love you but I better not touch (Don't touch)
I want to hold you but my senses tell me to stop
I want to kiss you but I want it too much (Too much)
I want to taste you but your lips are venomous poison
You're poison running through my veins
You're poison, I don't want to break these chains
Your mouth, so hot
Your web, I'm caught
Your skin, so wet
Black lace on sweat
I hear you calling and it's needles and pins (And pins)
I want to hurt you just to hear you screaming my name
Don't want to touch you but you're under my skin (Deep in)
I want to kiss you but your lips are venomous poison
You're poison running through my veins
You're poison, I don't wanna break these chains
Poison
One look could kill
My pain, your thrill
I want to love you but I better not touch (Don't touch)
I want to hold you but my senses tell me to stop
I want to kiss you but I want it too much (Too much)
I want to taste you but your lips are venomous poison
You're poison running through my veins
You're poison, I don't wanna break these chains
Poison
I want to love you but I better not touch (Don't touch)
I want to hold you but my senses tell me to stop
I want to kiss you but I want it too much (Too much)
I want to taste you but your lips are venomous poison, yeah
I don't want to break these chains
Poison, oh no
Runnin' deep inside my veins,
Burnin' deep inside my veins
It's poison
I don't wanna break these chains
Poison
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Dos horas de viaje en coche dan para mucho, y me sorprendió a mí mismo que algo de debate pudiese volver a ocupar mi mente (y lo que es más: mi parca conversación) durante tantísimo tiempo. Los ingredientes sólo son una tarde de viernes, un cargador de CDs en el coche, y un conductor predispuesto para la charla. En esas dos horas mi hermano y yo acercamos posturas, e incluso sacamos algunas cosas en claro:
- Yngwie Malmsteen mola más que Glenn Typton. Y Glenn Typton mola más que Slash. Pero Slash mola más que Yngwie Malmsteen. De manera que desde ahora, en lugar de jugar a piedra papel o tijera, jugaremos al Yngie, Typton o Slash.
- Helloween mola. Los otros cuatrocientos grupos que les copian no. Incluidos ellos mismos.
- Gamma Ray te valen tanto para un concierto como para un especial del club de la comedia. Aunque copien a Helloween.
- Dio es un venerable. Ozzy, un decrépito senil.
- Los Twisted Sister cantaron más de un tema. Europe no. Poison no sabemos si llegaron a cantar uno alguna vez.
- Por mucho que me rape la cabeza, por mucho que me cague en el Load de Metallica, aunque me tatúe un unscared en la barriga, o incluso si me voy a vivir a Nueva Orleáns, jamás seré Philip Anselmo ni pareceré un cowboy del infierno.
- A piedra papel y tijera también se puede jugar con Rob Halford, Freddie Mercury y Joey Tempest. Adivinad en qué categoría
- Eric Adams, voz de Manowar, es de nivel doce. Y, claro, el chaval se ha flipao porque ahora hace tres ataques por turno
- Vixen es lo más grande del mundo (en sentido figurado, claro; pobre señora
)
- El imaginations from the other side de Blind Guardian venía en una caja mu bonita. Pero poco más. Excepto que imitan a Helloween, claro.
- HammerFall no imitan a Helloween. Imitan a Blind Guardian, que es como cien millones de veces peor.
- Las melodías más simples son las mejores. El virtuosismo no consiste en tocar más cuerdas por segundo que los demás.
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Me estoy dando cuenta de que no necesito un blog. Lo que en realidad me pasa es que el tiempo se me hace demasiado largo, y me dá por escribir. Dibujar, o cualquier otra actividad requerirían bastantes más medios, y además no resultan igual de discretos en un entorno de trabajo (Sigo sin explicarme a qué se dedicaba la gente en las oficinas antes de que existiesen internet y salsa rosa, y no me digais eso de "trabajar", porque no cuela).
Me gustaría volver a ser el pistolero silencioso de gatillo fácil que patrullaba internet, pero ya nadie se lo creería. Estar sin internet me está ayudando en algunas cosillas, y el día me cunde muchísimo más, sobre todo cuando llego a casa (y no, no he buscado sustituto en la televisión o el porno), y quedo muchísimo más con gente que tenía bastante abandonada (y es que los amigos son un tesoro, pero quien haya jugado al sims sabrá lo jodido que es encontrar tiempo para todos). Una vez alguien me dijo "no basta con ser un buen tipo, también hay que aparentar que lo eres". No me veo poniendo eso en práctica. Primeramente porque no estaba seguro de ser realmente un buen tipo (ahora sé que lo soy, aunque la cláusula para pasar al reverso chungo de la fuerza la tengo baratita); y, en segundo lugar, porque yo paso de aparentar ser absolutamente nada. Aunque lo sea de verdad. Este soy yo y esta mi idiosincrasia vital y personal (¡amos ya cómo ma quedao eso!). Aún así, sí que echo de menos algunas cosillas del internet. La gente me dice que Sufrido se ha taladrao el cimbrel, que una tal Audrey que dice ser un avatar del glamour ha soltado los perros de la guerra porque a un administrador no le ha gustado un blog, que en las chaposprites quieren invadir zonalibre (eso no pasará mientras yo esté pagando la manutención del servidor, de manera que os daré una oportunidad: lo haremos según las reglas de Bangkok, nadie desenfunda hasta que el Hombre Malo ponga un post).
Echo de menos los insultos de esa ramera alcohólica de Apio (sí, me tienen al corriente de tus incursiones vikingas, pequeño lemur agitador e insidioso). Echo de menos las discusiones maritales vía messenger con mi Porris. SOMOmizar a Greman en el IRC. Comprarle a alguien la era del apocalípsis todas las noches. Hablar de culos y tetas con Tanita. A Joaquín dandome la tabarra con alguna de sus genialidades. Al viejo tercio de rockeros irredentos aullando a la luna versos prohibidos. Algún combate a muerte defendiendo el aborto en un foro de política. Asistir a la ruptura en vivo de una pareja de lesbianas cincuentonas. Leer algunas tiras cómicas. A Federico Jiménez Losantos, a Luis María Ansón, a Alfonso Ussía, y toda esa caterba torrencial de librespensadores del periodismo nacional. Hasta ver lo mucho que se puede parecer algún canal de chat de manga a una granja de hormigas.
Escuchando "Killing yourself to Live" de, por supuesto, Black Sabath. Normalmente no pongo lo que escucho cuando escribo, pero dado que esto lo escribo desde la oficina y está sonando esto en mi I-pod, no he podido resistir el haceros partícipes de tamaña ironía. Pese a que con tanta palabra de por medio seguro que pierde gracia. En fin... Que alguien pase a publicidad, por Diso.
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¡Vamos, Jazz, nena! Vale, estás preciosa, perdona. Mira, luego te saco de paseo, te meto una hamburguesa en la boca y lo pasamos bien, ¿ein?
Anda, reina... *cachetín*
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Yo, que procuro no mezclar trabajo con placer, y por no romper frágiles alianzas interdepartamentales, hago como el buen espectador profesional que soy cuando en la oficina les da por debatir la actualidad, limitando mis funciones a ocultar la vergüenza ajena, a estarme calladito, y a dar tabaco. Si os digo que más de un proyecto he visto retrasado dos o tres días por un Madrid-Barça, imaginaos lo que podría suponer un debate entre seres y copistas.
En cualquier caso, y dado mi alineamiento caótico malvado (tm), me deslizo cual aviesa víbora entre estas líneas para atentar contra el mundo de la razón libre opinando (siempre he dicho que es mejor y la garganta sufre menos- predicar entre los fieles ya afines, que no entre los infieles) desde aquí, donde no pueden interrumpir mi envenenadora y perniciosa verborrea. Dicen que sacar a las tropas de Irak es dar nuestro brazo a torcer ante el terror (nota: terror = moromalo). Y el caso es que a mí, antes de ponerme a discutir si esto es verdad o no, lo que de verdad me gustaría saber es quién dice esto. Me explico: puedo respetar la opinión de todo el mundo (he dicho que puedo, no que lo vaya a hacer), pero existen circunstancias. Siempre existen circunstancias.
Si de patriotismo, deber y no negociar con terroristas me habla un caballero que va a trabajar todos los días en un coche oficial blindado a prueba de bombas, mientras soy yo quien va en el metro todas las mañanas a ganar el -brand new!- salario mínimo interprofesional, pues como que me da la risa. Cuando eso mismo me lo dice alguien que viene conmigo a trabajar en el metro, no es risa lo que me da, sino más bien ganas de ponerme a llorar. Veréis, yo soy un gran patriota. Soy tan patriota, que no creo sociedades anónimas para evadir impuestos. Tan patriota, que procuro no molestar a mis vecinos por la noche con gritos o la radio de mi coche. Tan patriota, que hasta cedo mi asiento en el autobús. Y es que el respeto y el amor que siento por mis congéneres es desmedido. Vamos, tan desmedido, que a veces no me explico ni por qué hago las cosas que hago por ellos. Y no es que quiera ahora ir de mártir, pero me echan en cara que apoye la retirada de tropas, dicen que eso es propio de un mal español. Y hasta me llaman traidor (cómo será la cosa, que incluso me han lanzado un ¡progresista!, que creo que es el desprecio más absurdo que ha inventado la derecha de este país desde que Fraga anunció que la Tocino era las mejores piernas de la política española). Tal vez mejor persona fuese aquel guardia civil voluntario que abatieron en Irak, que en un alarde de exacerbada responsabilidad y sentido del deber, abandonó a sus tres hijas y a su esposa por ir a jugarse la vida al desierto persa. Y digo yo, toda esta gente que tanto se queja por la retirada de las tropas, ¿conocerán la situación concreta de nuestros soldados allí? Yo no, desde luego, pero en cualquier caso tampoco creo que sea muy conveniente. Es más, por no saber, no sé ni qué están haciendo allí. Eso sí, hacerles volver es un acto de cobardía y de traición, que deja a nuestra noble nación con el culo al aire. Y mira que a toda esta gente que tanto se preocupa por el sentido apátrida y desertor de esta maniobra no les veo yo correr a tatuarse el consabido novio de la muerte en el brazo y salir cagando virutas a alistarse, ¿eh
?
Vamos, que digo yo que en lugar de tanto político y tanta carta al director en los periódicos, estaría requetebién que fuesen a preguntar a algunos de nuestros soldados allí desplegados. O a algunos de esos agentes de seguridad o contratistas civiles armados hasta los dientes que los americanos (and company) están contratando con los fondos de reconstrucción de Irak (sí, sí, esos que recaudaron en unas jornaditas que Ánsar organizó en Madrid). Ahora vais a ver cómo muere un italiano dijo aquél civil antes de que le pegasen el tiro en la cabeza; y seguro que a más de un vecino mío se le mojaron las enaguas de la emoción al leer la noticia y pensar que ojalá tal acto de desafiante arrojo ante la muerte pudiese protagonizarlo algún español de bien, dando la vida por esta nación (que, según Trillo, es lo más de lo más, casi casi como hacer la primera comunión). Para que luego hablen de fanatismo
(que el italiano en cuestión fuese un mercenario -10000 al mes- contratado por una empresa americana, que anteriormente se ganara la vida pegando palizas por los clubes nocturnos, adquiriese experiencia de combate durante el conflicto yugoslavo, y fuese capturado por la resistencia iraquí armado hasta los empastes de las muelas guardando un oleoducto he aquí la reconstrucción-, se obvia.)
Un osado instalador eléctrico me ha preguntado ¿tú a quién prefieres de aliado? ¿a Estados Unidos, o a Francia y Alemania?. Pues mire usted, yo quisiera tenerlos a los tres; pero en cualquier caso, me gustaría saber qué puñetas tiene usted contra Francia o Alemania. Recordemos que si de remuneraciones se trata, Europa seguimos siendo el mercado más grande del mundo y formamos parte de él. Que parece que de aquello de los aranceles siderúrgicos americanos no nos acordemos, leñe. Europa tiene un compromiso con nosotros y nosotros con ellos, no así la administración Bush. Igual es que yo no veo las cosas desde la correcta perspectiva, pero es que cada vez que alguien me intentar convencer de algo con el argumento de que Estados Unidos es la parte fuerte y, por lo tanto, la más conveniente no puedo evitar que me venga a la mente la imagen de Christopher Lee caracterizado de Saruman. Y con esto tampoco quiero demonizar al yankee malo (que para eso ya se las pintan ellos solitos la mar de bien, y yo tan solo demonizo a su administración), pero es que a veces la gente se agarra a un clavo ardiendo con tal de justificar un dogma absurdo.
Es que me da la risa tonta cuando me dicen que retirar las tropas de Irak es ceder ante las exigencias de un saudita que lucha por el thaliban way of life y se dedica a plantar bombas en Europa. Que a mí hoy casi me atropellan en un semáforo en rojo con un polo descapotable; eso sí, con una patriótica bandera de España bien hermosa sobre la matrícula, un patriótico lacito negro, y un patriótico toro de Osborne con unos patrióticos cojonazos bien gordos.
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Menudo patinazo pegué anoche. Volví a casa a eso de las once y media, y antes de meterme en la cama me apetecía jugar un poco al ordenador. Al encenderlo me fui al baño y cuando volví a mi cuarto resulta que al arrancar, el muy puñetero había conectado el módem y había entrado en internet, con la consiguiente ejecución del cliente de Messenger. Juro por lo más sagrado que lo apagué enseguidita. De los millones de mensajes que me escribisteis en diez segundos, tan sólo respondí brevemente al primero (Tanita) para aclarar lo sucedido con apenas dos líneas propias de una conversación de teleósteos. Júrolo. La desintoxicación prosigue, no me tengáis esto en cuenta.
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Muy musical estoy yo últimamente. Sobre todo recordando viejas glorias. El otro día iba en el coche escuchando ése experimento de rock 24 horas llamado rockservatorio (105.7 y 90.6 FM). Un invento de Mariano García, que de momento anda un poquillo pelao de contenidos, pero que quiera Dios que les vaya bien y aquello progrese. Ya me habría a mí gustado en mis días de colegio que existiese algo así, y no tener que estar comiendo día y noche cuarenta principales como un cabrón. Por aquel entonces no quedaba otra que estar pegado al loro por las noches y esperar a que diesen las diez (¿o eran las once?) para escuchar en el 97.2 el discocross (también de la mano de Mariano García). Cintas y cintas tendría yo grabadas de programas. Y durante años sonaba la misma música a modo de cortinilla, que me hacía revolverme en la cama y tirar lo que fuese que estuviese leyendo para subir el volumen y darle al botón de grabar. Hoy en día aún espero escuchar de un momento a otro la voz del Mariano dando las buenas noches cada vez que escucho este temazo. Neon Nights, de Black Sabbath (¡Ronnie James DIO! ¡DIO, DIO, DIO!).
Oh No
Here it comes again
Cant remember when
We came so close to love before
Hold on
Good things never last
Nothings in the past
It always seems to come again
Again and again
Again and again oh yeah no
Cry out
To legions of the grave
Time again to save us
From the jackals of the dream
Ride out
Protectors of the realm
Captain at the helm
Who sail across the sea of lights
Circles and rings
Dragons and kings
Weaving a shock and a spell
Blessed by the night
Holy and bright
Called by the toll of the bell
Bloody angels fast descending
Moving on a never bending line
Phantom figures reap forever
On a shadow shining ever bright
Neon Nights!
Neon Nights!
Alright
Cry out
To legions of the grave
Time again to save us
From the jackals of the dream
Ride out
Protectors of the realm
Captains at the helm
Who sail across the sea of lights
Again and again
Again and again and again
Neon Nights!
Neon Nights!
Neon Nights!
Alright
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Esta chica es un solete. Si hasta los beach boys le dedicaron una canción ("Barbara Anne", que como todos los políglotas sabemos significa "Ana la salvaje"). El gran Demiurgo Somófrates está complacido con tu ofrenda, y acepta gustoso tu hosca manifestación artística. Habría preferido un contrabandista congelado en carbonita para decorar la pared antes que esta especie de... idolillo. O incluso un par de androides. Pero vamos, que la intención es lo que cuenta, y a cambio el todopoderoso Somófrates procurará que tu familia tenga una buena cosecha este año (o lo que sea que haga tu familia a parte de pacer por el prau...)
PD: Obviamente, queda denegada su solicitud para la creación de una plataforma pro-Anuka. Se aguanta, se jode, y traga con lo que me tenga que tragar sin rechistar. Y la próxima botella de absolut con martini, que a mí las mariconadas con sabor a frutas salvajes ("Barbara Fruit", como diría José María García) me sientan muy mal a la tripita, oiga.
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Y continúan con el mismo tema. Ladrando su rencor por las terceras, como dice Peridis. Me resulta verdaderamente triste que tantísima gente esgrima argumentos sobre orgullo nacional o dignidad castrense cuando en ése desierto está muriendo gente. Gente matando gente. ¿Qué estómago se puede tener para ni tan si quiera poder abrir la boca ante eso? Pues no sólo la abren, si no que hablan de vergüenza. ¡De vergüenza! Pero es que estamos locos, ¿o qué? ¿Vamos a necesitar nosotros también una lluvia de ataúdes? ¿No nos bastan los americanos o los propios iraquíes (que, esos ya, ni ataúdes)?
¡Gente matando gente, coño! ¿Es que nadie lo ve? Nuestros soldados están pegando tiros a diario, y ahí no caben ni orgullo ni vergüenza ni nada de lo que aquí se pueda gritar. Están matando gente, y se están arriesgando a que tarde o temprano les maten a ellos.
Llevamos quinientos mil años andando por este planeta, y aún no hemos aprendido nada. Seguimos como el puto primer día, coño. Babilonia no tiene la culpa de que las cosas no se solucionen hablando. La historia nos ha demostrado lo contrario, aunque sigamos ignorandolo. Por lo que más queráis, dejad de matar.
A lo mejor es que yo soy gilipollas, pero es que me entran ganas hasta de llorar al escuchar a la gente decir que lo único que funciona con esos moros es la fuerza. Es un sentimiento de impotencia y frustración tremendo, y en más de una ocasión me apetece mandar al mundo entero a la mierda.
Supongo que tenemos lo que nos merecemos.
Escuchando Mouth for War (vulgar display of power), Pantera.
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Jodida PPerra, ahora, cada vez que escucho el mítico Smoke in the Water de los Deep Purple, me viene a la mente la noticia aquella de la señora de valencia que se fue al baño a cagar y al encender un cigarrillo hizo que el metano acumulado en las tuberías volase el edificio entero.
Y, aprovechando que esto no lo leerás hasta que lo cuelgue en mi blog (esto es, el sábado) y suponiendo que te daremos el regalo por tu cumpleaños antes, que sepas que Germán, Porras, Anuka y yo nos lo hemos pasado pirata comprándote el vibrador inflable. Bueno, el que mejor se lo pasó fue Germán, que es quien se empeñó en probárselo antes de comprarlo. (El proceso de selección fué sencillo: pasamos a Anuka por todos los mostradores y en cuanto se le pusieron los ojos como platos dijimos todos "¡ese!").
Eso sí, no lo hinches mucho cuando lo uses, pitufa, que como eres chiquitita, igual se te queda el cuerpo con forma de polla después.
Lo que no sé es cómo voy a explicarle a mi viejo el pago con tarjeta del artículo en cuestión en aquel sex-shop como se le ocurra mirar el extracto
Otra vez a la carga con el tema del aborto. Hoy en un editorial de La Razón (sí, desde que no tengo internet, he cambiado El Jueves por el diario del sillita) mucho se lamentaban de que un tema que tan sólo concierne a la población pendenciera propia de la progresía [1], fuese a pasar a ser ley y estatuto, la del aborto libre a cargo de la seguridad social durante los tres primeros meses de gestación. A esto deciden hacerle frente desde la postura de que si esta ley se lleva a cabo, se estaría agrediendo contra la moral y el sentido ético de quienes no están a favor. Y digo yo: quien no quiera abortar, que no aborte. Esto es, que si les parece un atentado contra su moral, que no lo practiquen. Hay quien usa anticonceptivos preventivos, como ir a misa los domingos, y nadie les dice nada. Personalmente, abogo por la legalidad de la venta y consumo del tabaco (por ejemplo) aún cuando yo ya no lo practico (salvo honrosas elecciones), y no por eso me deja de parecer una forma bastante absurda de envenenarse.
Lo que de verdad es un atentado contra la moral de nadie, señores de La Razón, es querer inmiscuirse en la forma de vivir y de ver la vida de millones de personas (personas que a ustedes, ni les van ni les vienen, obviamente), máxime cuando la decisión de ésas personas sobre sus propias vidas no les afecta a ustedes en absoluto. Mientras se respeten las libertades de los demás, aprendan de una vez a dejar que la gente viva sus vidas como buenamente les plazca.
Bastante es tener que soportar ya ésa prepotencia propia de los beatos, de considerarse por encima ética y moralmente de cualquier infiel que les pase cerca. Mientras no les molestemos, dejennos vivir la vida como nos dé la gana, del mismo modo que nosotros les dejamos vivir las suyas. La moral en sí, es un concepto interdependiente de cosas como el bien o el mal, términos que tan sólo atormentan al ser humano. Por lo tanto, su moral termina donde empieza la mía, y nadie tiene potestad (o debería de tenerla) para decidir cuál de las dos es mejor; de modo que lo único que nos queda por hacer es la práctica del mutuo respeto.
Y es, precisamente, desde este último concepto del mutuo respeto, dónde la ética (conjunto de normas morales que rigen la conducta humana) siempre me dará la razón a este respecto.
Me parece vergonzoso y aberrante que en el mismo artículo se aluda a la supuesta autoridad (?) de la conferencia episcopal, o se haga mención (alejada del respeto del que hablo, como siempre) a los homosexuales, y a la negación sistemática del reconocimiento de su derecho más básico y elemental como seres humanos que son (el de amar).
Inician ustedes su editorial con la frase el aborto libre y gratuito, a cargo de la sanidad pública, es una de las obsesiones de la izquierda española; pues entérense: aquí la única obsesión es la suya, la de querer controlar las vidas de la gente, la de querer imponer sus más que cuestionados valores, y la de recortar nuestras libertades a través de un ejercicio dogmático que lo único que persigue es dejar constancia de su hegemonía.
No quiero ser como tú. No me controles. Déjame vivir mi vida. No eres nadie para decidir sobre los demás. Sácate la cabeza del culo y apréndetelo de una puta vez.